el camino del rosario - FUNDACIÓN OBRA CULTURAL Roger de
el camino del rosario - FUNDACIÓN OBRA CULTURAL Roger de
el camino del rosario - FUNDACIÓN OBRA CULTURAL Roger de
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Su maestro y guía solía por aqu<strong>el</strong>la época justamente rezar una cierta forma <strong>de</strong> <strong>rosario</strong><br />
al que había tomado afición. No era nuestro actual <strong>rosario</strong>. No tenía ni Credo ni Gloria, ni las<br />
avemarías tenían aún una segunda parte <strong>de</strong> súplica, ni había misterios, ni nada por <strong>el</strong> estilo. Era<br />
más bien <strong>el</strong> <strong>rosario</strong> <strong>de</strong> la Leyenda d<strong>el</strong> Caballero. Simplemente la repetición <strong>de</strong> las cincuenta<br />
avemarías. Pero <strong>el</strong> prior había escrito incluso un librito sobre esta <strong>de</strong>voción, que había <strong>de</strong>dicado<br />
a una buena amiga suya que estaba pasando por un momento muy difícil <strong>de</strong> su vida, Margarita<br />
<strong>de</strong> Baviera. Adolfo, pensando ayudar a Domingo, le entregó <strong>el</strong> librillo, advirtiéndole que no hay<br />
nadie que repitiendo cada día las cincuenta avemarías al cabo <strong>de</strong> un año no haya podido cambiar<br />
completamente su vida.<br />
Así pues Domingo empezó con la práctica que su buen padre y consejero le había<br />
recomendado. Al poco tiempo, sin embargo, empezó a cansarse, pues le resultaba inútil y<br />
bastante aburrido. Se encontraba completamente <strong>de</strong>sanimado. Para muchos esta dificultad es<br />
complicada <strong>de</strong> vencer. Pero él consiguió encontrar <strong>el</strong> modo <strong>de</strong> convertir esta dificultad en una<br />
gracia, como su<strong>el</strong>e suce<strong>de</strong>r con los genios. En aqu<strong>el</strong>la época precisamente <strong>el</strong> prior Adolfo estaba<br />
escribiendo otro librillo <strong>de</strong> meditaciones <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> Cristo. Le entregó a Domingo su nueva obra<br />
sobre la Vida <strong>de</strong> Jesús, y ahí tenemos a nuestro novicio con un libro en cada mano y un montón<br />
<strong>de</strong> resistencia a la plegaria en <strong>el</strong> corazón.<br />
¿Y qué se le ocurrió hacer? Una síntesis provi<strong>de</strong>ncial, juntando la repetición <strong>de</strong> las<br />
avemarías con la meditación <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> Cristo, <strong>de</strong> forma originalísima. En efecto, al final <strong>de</strong><br />
cada avemaría, al llegar a la palabra Jesús, fue añadiendo una a una breves cláusulas<br />
meditativas correspondientes a los diversos momentos <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> Cristo. Un ejemplo:<br />
Dios te salve, María. Llena eres <strong>de</strong> gracia. El Señor es contigo. Bendita tú eres entre<br />
todas las mujeres y bendito es fruto <strong>de</strong> tu vientre, JESÚS,<br />
- al que por <strong>el</strong> anuncio d<strong>el</strong> áng<strong>el</strong> concebiste d<strong>el</strong> Espíritu Santo. Amén.<br />
Luego, a cada una <strong>de</strong> las siguientes avemarías iba añadiendo otras cláusulas distintas,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la concepción hasta la muerte y resurrección d<strong>el</strong> Señor. Y así hasta cincuenta, <strong>de</strong> modo<br />
que <strong>de</strong> pronto <strong>el</strong> <strong>rosario</strong> empezó a tener un contenido meditativo variadísimo y riquísimo,<br />
guardando sin embargo una misma estructura repetitiva fija.<br />
Se trata ya <strong>de</strong> un verda<strong>de</strong>ro <strong>rosario</strong> en <strong>el</strong> sentido actual <strong>de</strong> la palabra. De este modo<br />
Domingo compuso cincuenta cláusulas con las que iba recitando las avemarías haciendo<br />
lentamente una admirable meditación <strong>de</strong> los misterios <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> Cristo. Se encerraba en la<br />
soledad <strong>de</strong> su c<strong>el</strong>da. Se ponía a rezar con toda calma cada avemaría, susurrando luego cada<br />
cláusula, guardando un instante <strong>de</strong> silencio meditativo para saborear la escena evangélica<br />
evocada. Luego pasaba a la siguiente, y a la siguiente, y a la siguiente hasta terminar todo su<br />
recorrido espiritual. La recitación <strong>de</strong> su <strong>rosario</strong> podía llevarle por lo menos una hora, porque era<br />
un verda<strong>de</strong>ro ejercicio <strong>de</strong> meditación.<br />
Aqu<strong>el</strong>la meditación hecha junto a María le daba una increíble capacidad <strong>de</strong><br />
profundización en los misterios <strong>de</strong> Cristo y traía al alma <strong>de</strong> aqu<strong>el</strong> agitado novicio una nueva y<br />
b<strong>el</strong>lísima paz <strong>de</strong> espíritu. El alma <strong>de</strong> Domingo empezó a sentirse cerca <strong>de</strong> Dios y una nueva<br />
22