ORDENANZAS MUNICIPALES DE LA - Juan Luis Pérez Arribas

Capítulo VII
Dehesas y sargales
Este artículo prohíbe pastar a los rebaños en las dehesas, ya sean de
ganado menor o mayor. Si un guarda encontraba ganado dentro de la dehesa,
tenía que traerlo al pueblo y cerrarlo en los corrales del Concejo, en tanto el
pastor o dueño del ganado no pagara la multa correspondiente.
Los guardas debían ser de la villa o de las aldeas donde estuviesen las
dehesas, jurando su cargo ante la justicia.
Recomienda el artículo que se guarden los conciertos y concordias que
hay hechos en relación con los pastos y las aguas, con las villas y lugares
comarcanos. Estos conciertos existían con las Tierras de Hita y Atienza.
Las normas que rigen para pastar en las dehesas, rigen también para los
sargales que había en los márgenes de los arroyos. Igualmente no se pueden
cortas ramas de las sargas bajo la pena de un real por un brazado y tres reales por
un haz.
El que infringiese estas normas tres veces en una semana, además de las
penas pecuniarias, tenía de pena tres días de cárcel.
Algo más extenso es este capítulo, ya que ocupa los folios 50, 50v, 51 y
51v.
Capítulo VIII
Raya (límite)
En primer lugar se marca una amplia zona amojonada en la cual no podía
entrar el ganado a pastar, ni los vecinos a arrancar o cortar leña.
Al señalar los límites cita el artículo algunos lugares como: el camino de
Espinosa de sobre Henares, el camino de Fuencemillán, la casa del Val, la casa
del nublero, la Solana, el Colmenar, la ermita de San Vicente, la dehesa de los
Robles, el camino de Arbancón, la Vega del Cubo, San Sadornio, la viña Olalla,
Cabeza del Majano y el río Allende.
Se exceptúan de esta prohibición en cualquier época del año el ganado de
los carniceros obligados, más las reses de sus pastores.
En los folios 51v, 52 y 52v es donde está contenida toda la reglamentación
concerniente a este tema.
Capítulo IX
Caza y pesca
En este capítulo las ordenanzas se atienen a lo ordenado por las
pragmáticas del reino, por las cuales estaba vedada la caza en los meses de
marzo, abril y mayo.
Cualquier persona que vendiera caza en dichos meses tendría la misma
pena que si se le cogiese cazando.
Asimismo, los meses de veda de pesca eran noviembre, diciembre y enero
para las truchas, y para los demás peces los meses de marzo, abril y mayo.
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