19.05.2013 Views

sobre las siete palabras pronunciadas por cristo en ... - Corazones.org

sobre las siete palabras pronunciadas por cristo en ... - Corazones.org

sobre las siete palabras pronunciadas por cristo en ... - Corazones.org

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Pero no debemos pasar <strong>por</strong> alto <strong>las</strong> muchas excel<strong>en</strong>tes virtudes que se manifiestan <strong>en</strong> la<br />

oración del santo ladrón. Una breve revista de el<strong>las</strong> nos preparará para la respuesta de Cristo a<br />

la petición; “Seńor, acuérdate de mí cuando v<strong>en</strong>gas con tu Reino”. En primer lugar lo llama<br />

Seńor, para mostrar que se considera a sí mismo como un siervo, o más bi<strong>en</strong> como un esclavo<br />

redimido, y reconoce que Cristo es su Red<strong>en</strong>tor. Luego ańade un pedido s<strong>en</strong>cillo, pero ll<strong>en</strong>o de<br />

fe, esperanza, amor, devoción, y humildad: “Acuérdate de mí”. No dice: Acuérdate de mí si<br />

puedes, pues cree firmem<strong>en</strong>te que Cristo puede hacer todo. No dice: Por favor, Seńor,<br />

acuérdate de mí, pues ti<strong>en</strong>e pl<strong>en</strong>a confianza <strong>en</strong> su caridad y compasión. No dice: Deseo, Seńor,<br />

reinar contigo <strong>en</strong> tu reino, pues su humildad se lo prohibía. En fin, no pide ningún favor<br />

especial, sino que reza simplem<strong>en</strong>te: “Acuérdate de mí”, como si dijera: Todo lo que deseo,<br />

Seńor, es que Tú te dignes recordarme, y vuelvas tus b<strong>en</strong>ignos ojos <strong>sobre</strong> mí, pues yo sé que<br />

eres todopoderoso y que sabes todo, y pongo mi <strong>en</strong>tera confianza <strong>en</strong> tu bondad y amor. Es<br />

claro <strong>por</strong> <strong>las</strong> <strong>palabras</strong> conclusivas de su oración, “Cuando v<strong>en</strong>gas con tu Reino”, que no busca<br />

nada perecible y vano, sino que aspira a algo eterno y sublime.<br />

Daremos oído ahora a la respuesta de Cristo: “Amén, yo te aseguro: hoy estarás conmigo <strong>en</strong> el<br />

Paraíso”. La palabra “Amén” era usada <strong>por</strong> Cristo cada vez que quería hacer un anuncio<br />

solemne y serio a Sus seguidores. San Agustín no ha dudado <strong>en</strong> afirmar que esta palabra era, <strong>en</strong><br />

boca de nuestro Seńor, una suerte de juram<strong>en</strong>to. No podía <strong>por</strong> cierto ser un juram<strong>en</strong>to, de<br />

acuerdo a <strong>las</strong> <strong>palabras</strong> de Cristo: “Pues yo digo que no juréis <strong>en</strong> modo alguno... Sea vuestro<br />

l<strong>en</strong>guaje: "Sí, sí"; "no, no": que lo que pasa de aquí vi<strong>en</strong>e del Maligno”[84]. No podemos, <strong>por</strong><br />

lo tanto, concluir que nuestro Seńor realizara un juram<strong>en</strong>to cada vez que usó la palabra Amén.<br />

Amén era un término frecu<strong>en</strong>te <strong>en</strong> sus labios, y algunas veces no sólo precedía sus<br />

afirmaciones con Amén, sino con Amén, amén. Así pues la observación de San Agustín de que<br />

la palabra Amén no es un juram<strong>en</strong>to, sino una suerte de juram<strong>en</strong>to, es perfectam<strong>en</strong>te justa,<br />

<strong>por</strong>que el s<strong>en</strong>tido de la palabra es verdaderam<strong>en</strong>te: <strong>en</strong> verdad, y cuando Cristo dice:<br />

Verdaderam<strong>en</strong>te os digo, cree seriam<strong>en</strong>te lo que dice, y <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia la expresión ti<strong>en</strong>e casi<br />

la misma fuerza que un juram<strong>en</strong>to. Con gran razón, <strong>por</strong> ello, se dirigió al ladrón dici<strong>en</strong>do:<br />

“Amén, yo te aseguro”, esto es, yo te aseguro del modo más solemne que puedo sin hacer un<br />

juram<strong>en</strong>to; pues el ladrón podría haberse negado <strong>por</strong> tres razones a dar crédito a la promesa de<br />

Cristo si Él no la hubiera aseverado solemnem<strong>en</strong>te. En primer lugar, pudiera haberse negado a<br />

creer <strong>por</strong> razón de su indignidad de ser el receptor de un premio tan grande, de un favor tan<br />

alto. żPues quién habría podido imaginar que el ladrón sería transferido de pronto de una cruz<br />

a un reino? En segundo lugar podría haberse negado a creer <strong>por</strong> razón de la persona que hizo<br />

la promesa, vi<strong>en</strong>do que Él estaba <strong>en</strong> ese mom<strong>en</strong>to reducido al extremo de la pobreza, debilidad<br />

e infortunio, y el ladrón podría <strong>por</strong> ello haberse argum<strong>en</strong>tado: Si este hombre no puede<br />

durante su vida hacer un favor a Sus amigos, żcómo va a ser capaz de asistirlos después de su<br />

muerte? Por último, podría haberse negado a creer <strong>por</strong> razón de la promesa misma. Cristo<br />

prometió el Paraíso. Ahora bi<strong>en</strong>, los Judíos interpretaban la palabra Paraíso <strong>en</strong> refer<strong>en</strong>cia al<br />

cuerpo y no al alma, pues siempre la usaban <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de un Paraíso terrestre. Si nuestro<br />

Seńor hubiera querido decir: Este día tú estarás conmigo <strong>en</strong> un lugar de reposo con Abraham,<br />

Isaac, y Jacob, el ladrón podría haberle creído con facilidad; pero como no quiso decir esto,<br />

<strong>por</strong> eso precedió su promesa con esta garantía: “Amén, yo te aseguro”.<br />

“Hoy”. No dice: Te pondré a Mi Mano Derecha <strong>en</strong> medio de los justos <strong>en</strong> el Día del Juicio. Ni<br />

dice: Te llevaré a un lugar de descanso luego de algunos ańos de sufrir <strong>en</strong> el Purgatorio. Ni<br />

tampoco: Te consolaré d<strong>en</strong>tro de algunos meses o días, sino este mismo día, antes que el sol se<br />

ponga, pasarás conmigo del patíbulo de la cruz a <strong>las</strong> delicias del Paraíso. Maravillosa es la<br />

17

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!