19.05.2013 Views

sobre las siete palabras pronunciadas por cristo en ... - Corazones.org

sobre las siete palabras pronunciadas por cristo en ... - Corazones.org

sobre las siete palabras pronunciadas por cristo en ... - Corazones.org

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

conmigo <strong>en</strong> el Paraíso <strong>en</strong> el cual estoy con respecto a la parte superior de Mi Alma. Pero <strong>en</strong><br />

poco tiempo, incluso hoy, tú estarás conmigo, no sólo liberado de los brazos de la cruz, sino<br />

abrazado <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o del Paraíso.<br />

CAPÍTULO V<br />

El primer fruto que ha de ser cosechado de la consideración de la segunda Palabra<br />

dicha <strong>por</strong> Cristo <strong>sobre</strong> la Cruz<br />

Podemos recoger algunos frutos escogidos de la segunda palabra dicha desde la Cruz. El<br />

primer fruto es la consideración de la inm<strong>en</strong>sa misericordia y liberalidad de Cristo, y qué cosa<br />

bu<strong>en</strong>a y útil es servirlo. Los muchos dolores que Él estaba sufri<strong>en</strong>do podrían haber sido<br />

alegados como excusa <strong>por</strong> nuestro Seńor para no escuchar la petición del ladrón, pero <strong>en</strong> su<br />

caridad prefirió olvidar Sus propios graves dolores a no escuchar la oración de un pobre<br />

pecador p<strong>en</strong>it<strong>en</strong>te. Este mismo Seńor no contestó una palabra a <strong>las</strong> maldiciones y reproches de<br />

los sacerdotes y soldados, pero ante el clamor de un pecador confesándose, su caridad le<br />

prohibió permanecer <strong>en</strong> sil<strong>en</strong>cio. Cuando es injuriado no abre su boca, <strong>por</strong>que Él es paci<strong>en</strong>te;<br />

cuando un pecador confiesa su culpa, habla, <strong>por</strong>que Él es b<strong>en</strong>igno. żPero qué hemos de decir<br />

de su liberalidad? Aquellos que sirv<strong>en</strong> a amos tem<strong>por</strong>ales obti<strong>en</strong><strong>en</strong> con frecu<strong>en</strong>cia una magra<br />

recomp<strong>en</strong>sa <strong>por</strong> muchas labores. Incluso <strong>en</strong> este día vemos a no pocos que han gastado los<br />

mejores ańos de su vida al servicio de príncipes, y se retiran a edad avanzada con un magro<br />

salario. Pero Cristo es un Príncipe verdaderam<strong>en</strong>te liberal, un Amo verdaderam<strong>en</strong>te<br />

magnánimo. No recibe servicio alguno de manos del bu<strong>en</strong> ladrón, excepto algunas <strong>palabras</strong><br />

bondadosas y el deseo cordial de asistirlo, y ˇcontemplad con qué gran premio le devuelve! En<br />

este mismo día todos los pecados que había cometido durante su vida son perdonados; es<br />

puesto al mismo nivel con los príncipes de su pueblo, a saber, con los patriarcas y los profetas;<br />

y finalm<strong>en</strong>te Cristo lo eleva a la solidaridad de su mesa, de su dignidad, de su gloria, y de todos<br />

Sus bi<strong>en</strong>es. “Hoy”, dice, “estarás conmigo <strong>en</strong> el Paraíso”. Y lo que Dios dice, lo hace.<br />

Tampoco difiere esta recomp<strong>en</strong>sa a algún día distante, sino que <strong>en</strong> este mismo día derrama <strong>en</strong><br />

su s<strong>en</strong>o “una medida bu<strong>en</strong>a, apretada, remecida, rebosante”[88].<br />

El ladrón no es el único que ha experim<strong>en</strong>tado la liberalidad de Cristo. Los apóstoles, que<br />

dejaron o bi<strong>en</strong> una barca, o bi<strong>en</strong> un despacho de impuestos, o bi<strong>en</strong> un hogar para servir a<br />

Cristo, fueron hechos <strong>por</strong> Él “príncipes <strong>sobre</strong> toda la tierra”[89] y los diablos, serpi<strong>en</strong>tes, y<br />

toda c<strong>las</strong>e de <strong>en</strong>fermedades les fueron sometidos. Si algún hombre ha dado alim<strong>en</strong>to o vestido<br />

a los pobres como limosna <strong>en</strong> el nombre de Cristo, escuchará estas <strong>palabras</strong> consoladoras <strong>en</strong> el<br />

Día del Juicio: “Tuve hambre, y me disteis de comer... estaba desnudo, y me vestisteis”[90],<br />

recibid, <strong>por</strong> lo tanto, y poseed mi Reino eterno. En fin, para no det<strong>en</strong>ernos <strong>en</strong> muchas otras<br />

promesas de recomp<strong>en</strong>sas, żpodría hombre alguno creer la casi increíble liberalidad de Cristo,<br />

si no hubiera sido Dios Mismo Qui<strong>en</strong> prometió que “todo aquel que haya dejado casas,<br />

hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o haci<strong>en</strong>da <strong>por</strong> mi nombre, recibirá el ci<strong>en</strong>to <strong>por</strong> uno<br />

y heredará vida eterna”[91]? San Jerónimo y los otros santos Doctores interpretan el texto<br />

arriba citado de esta manera. Si un hombre, <strong>por</strong> el amor de Cristo, abandona cualquier cosa <strong>en</strong><br />

esta vida pres<strong>en</strong>te, recibirá una recomp<strong>en</strong>sa doble, junto con una vida de valor<br />

incomparablem<strong>en</strong>te mayor que la pequeńez que ha dejado <strong>por</strong> Cristo. En primer lugar, recibirá<br />

un gozo espiritual o un don espiritual <strong>en</strong> esta vida, ci<strong>en</strong> veces más precioso que la cosa<br />

tem<strong>por</strong>al que despreció <strong>por</strong> Cristo; y un hombre espiritual escogería más bi<strong>en</strong> mant<strong>en</strong>er este<br />

don que cambiarlo <strong>por</strong> ci<strong>en</strong> casas o campos, u otras cosas semejantes. En segundo lugar, como<br />

19

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!