VOCES DE SAN LUIS.pdf - Gobierno de San Luis

su vida misma; y es su obra tan diseminada tan espaciada, tan imposible de
reunir que no constituye un monumento y su autor queda en el olvido.
ìM·s no agobia esto al maestro, no es tal su egoÌsmo y esparciendo la
semilla a manos llenas, no espera para sÌ la recompensa; es muy noble y
grande su apostolado.
ìSi tan sÛlo la tarea del maestro fuese instruir, °quÈ reducido su recinto,
cÛmo se estrecharÌan sus lÌmites!, m·s, debe llegar al conocimiento profundo
de la naturaleza del niÒo en toda su complejidad; estructurar su alma, auscultar
su corazÛn en toda la tonalidad de sus sentimientos; pulsar sus pasiones, y
entonces determinar su coeficiente de orden psicolÛgico que ser· la clave para
el mejor aprovechamiento de las aptitudes renditivas del trabajo y de su mejor
adaptaciÛn a la vida social.
ìEl ideal supremo ha de ser crear espÌritus fuertes, no tan sÛlo capaces
de seguirle, sino que le han de superar; que forjar espÌritus dÛciles e
intercambiarles de notarÌa que el maestro se ha preocupado demasiado de sÌ
mismo; es menester crear espÌritus nuevos, Ûrganos ˙nicos a ser posible, en la
m·quina del progreso.
ìEsos son los factores necesarios al mundo civilizado; espÌritus de
tolerancia, de valor, de integridad moral, anhelantes de libertad, son los que
requiere nuestra patria para afianzar sus pasos en la marcha; y hemos
deformarlos nosotros hoy, y maÒana vosotros desparramados en los amplios
confines de la Rep˙blica, auspiciados por sus instituciones culturales.
ìA nada ha de llegarse con timoratos, espÌritus pusil·nimes, que la
acciÛn no llega a realizarse si no tienen ante todo intensa vida en el
pensamiento; como dice Marden.î
ìEl robusto y vigoroso concepto de lo que se proyecta hacer es un
firmÌsimo paso inicial, asÌ como el pensamiento tÌmidamente nacido, ser·
tambiÈn tÌmidamente ejecutado.î
ìEducar antes de instruir ser· nuestro propÛsito; labor difÌcil para la
masa productiva y sÛlida. El maestro sabe que a la consecuciÛn de este fin dan
su aporte todas y cada una de las disciplinas mentales, sin excluir la m·s
abstracta de ellas ñlas matem·ticas- cuya debida ejercitaciÛn concurre a la
claridad de las ideas, a la rapidez de los conceptos, a la rectitud de procederes
formando criterios limpios, perfilados, sin sombras, y si todos son instrumentos
dÛciles de esa gimnasia del espÌritu que creando excitaciones funcionales le
adiestra pieza por pieza, fortificando y acrecentando el desarrollo intelectual y
moral.
ìAsÌ se formar·n caracteres, voluntades rectas con inteligencia que
tendr·n por norma servir al triunfo del principio moral: voluntades que
provoquen la eclosiÛn de los sentimientos nobles, quemando las radÌculas de
los malos instintos.
ìEducar la voluntad del bien, hacer que se quiera querer los que se
deba querer es ahogar el egoÌsmo, es consagrar el altruismo, es robustecer el
sentimiento y la conciencia de la responsabilidad, es enseÒar a ser libre; que
saber ser libre es saber gobernarse a sÌ mismo.
ìEs asÌ como se modelar·n los caracteres, es asÌ como se preparar·n
las generaciones que tender·n hacia un factor que sea nervio y acciÛn, que
sea esencia y savia, que sea promesa y poder.
ìNuestra patria necesita de esos hombres de voluntad, de esos fuertes
que miran con fiereza a la adversidad, que desdeÒan altivos la esclavitud del