VOCES DE SAN LUIS.pdf - Gobierno de San Luis

El general don Juan Sa·. Acotaciones a la conferencia del seÒor
Felipe Vel·zquez. Publicada en Revista Ideas. San Luis, julio y agosto
de 1933.
Nicol·s Avellaneda. Conferencia en el Ateneo de la Juventud
JosÈ Ingenieros. San Luis, mayo 1935.
El terremoto de Mendoza. Solidaridad fraternal de San Luis.
Aporte documental de nuestro Archivo HistÛrico. Publicado en Revista
Ideas. San Luis. Nros. Septiembre, octubre y noviembre, 1938.
San Luis, durante la ConfederaciÛn; su participaciÛn en la
organizaciÛn nacional. Conferencia bajo los auspicios del Instituto
PedagÛgico de la Universidad Nacional de Cuyo. San Luis, octubre
1942.
El poder de la elocuencia en la vida polÌtica argentina.
Conferencia en San Francisco del Monte de Oro. San Luis, 1942.
Un notable esfuerzo de colonizaciÛn criolla: Villa Mercedes, San
Luis. Conferencia en el Rotary Club, San Luis, 1941.
Juan Bautista Alberdi. El constructor de un orden imperecedero.
Conferencia en el Ateneo de la Juventud, 1939.
El Commonwealt brit·nico. Bajo el signo de la libertad.
Conferencia en el Instituto del Profesorado en San Luis, con motivo de la
visita de Sir Eugen Millington Drake, representante en jefe de la AmÈrica
latina del Consejo Brit·nico. San Luis, enero 1943.
San Luis, Rey de Francia y Patrono de la ciudad. Conferencia en
el Instituto del Profesorado. Universidad de Cuyo. San Luis, 25 de
agosto de 1943.
Problemas atingente con la organizaciÛn judicial en San Luis.
Necesidad de establecer el Colegio de Abogados. Discurso de apertura
de las tareas del poder judicial. San Luis, febrero 1944.
La vida de un pueblo heroico. San Luis en el 350 aniversario de
su fundaciÛn. Conferencia e el teatro club social. San Luis, 24 de agosto
de 1944. Folleto.
Homenaje a Bernardino Rivadavia. San Luis, 1945.
LA VIDA DE UN PUEBLO HEROICO. SAN LUIS
(Fragmento)
ìLa leyenda y la historia de San Luis dan realce y hondura a su
fisonomÌa geogr·fica, por muchos conceptos parecida a la de Castilla.
Leyendo a G·lvez en ìEl solar de la razaî, la mente asocia lo
nativo inmediato con lo ancestralÖî un sol abrasador cae pesadamente
sobre estos campos. No se ve un alma, ni una casucha, ni un caballo, ni
un arado, ni signo alguno de vidaÖ la tierra est· reseca,
espantosamente reseca; no se percibe una sola mata de hierba, no se
adivina hacia ning˙n lado una gota de agua, y un aire calcinante, hostil,
acrece la sequedad del sueloÖ Cada pueblo constituye una informe
masa de contornos precisos, netos, que dan la impresiÛn de una talla, y