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GUERRA ESPIRITUAL<br />
La gloria de Dios<br />
angelicales para engañar a los hijos de Dios, y así desviarlos<br />
de reflejar la gloria de Dios aquí en la tierra para que no<br />
puedan alcanzar el potencial con el que Dios los creó, el<br />
potencial de la glorificación después de la muerte.<br />
El primer deseo de Satanás fue el tener a las otras criaturas<br />
de Dios adorándolo y dándole la gloria que por derecho<br />
únicamente se le rinde a Dios. Sin embargo, no sería una labor<br />
fácil de llevar a cabo, especialmente si quería hacerlo de<br />
frente. Su objetivo tendría que ser llevado a cabo con trampas.<br />
La estrategia de Satanás<br />
Por lo tanto, la táctica principal de Satanás en su conflicto con<br />
Dios ha sido desde el principio engañar a los hijos de Dios,<br />
para que crean que el tremendo potencial que reside dentro de<br />
ellos puede obtenerse a través de vivir una vida bajo su propio<br />
control en lugar de estar bajo el control de Dios, y para que<br />
crean que hay una legítima fuente de poder aparte de Yavhé.<br />
No hay duda de que esta criatura humana hecha a la imagen<br />
de Dios tiene un tremendo potencial. Los humanistas, quienes<br />
dicen que hay grandes recursos ocultos dentro nuestro, en<br />
parte tienen la razón. Satanás fue lo suficientemente sabio<br />
como para darse cuenta de esto, y ha intentado convencernos<br />
del engaño del humanismo (por ejemplo, podemos alcanzar<br />
nuestro pleno potencial sin tener una relación con el Creador)<br />
de una manera u otra desde el primer encuentro con Eva en<br />
el Jardín del Edén.<br />
Conforme enfrentamos esta clase de humanismo en el<br />
movimiento de la Nueva Era, encontramos un claro ejemplo<br />
de cómo es que Satanás utiliza sus engaños para seducir a la<br />
gente y lograr que acepten el conocimiento y poder que viene<br />
de él sin reconocer que él mismo es la fuente. C. S. Lewis<br />
tiene un notable discernimiento perceptivo sobre este tema en<br />
su libro Cartas a un diablo novato cuando Escrutopo le<br />
escribe a Orugario:<br />
Nuestra política, porel momento, es lade ocultamos. Por<br />
supuesto, no siempre ha sido así. Nos encontramos,<br />
realmente, ante un cruel dilema. Cuando los humanos<br />
no creen en nuestra existencia perdemos todos los<br />
agradables resultados del terrorismo directo, y no<br />
hacemos brujos. Por otra' parte, cuando creen en nosotros,<br />
no podemos hacerlos materialistas y escépticos.<br />
Al menos, no todavía. Tengo grandes esperanzas<br />
de que aprenderemos, con el tiempo, a emotivizar y<br />
mitologizar su ciencia hasta tal punto que lo que es,<br />
en efecto, una creencia en nosotros (aunque no con<br />
ese nombre) se infiltrará en ellos mientras la mente<br />
humana permanece cerrada a la creencia del Enemigo.<br />
La "Fuerza Vital", la adoración del sexo, y algunos<br />
aspectos del sicoanálisis pueden resultar útiles en este<br />
sentido. Si alguna vez llegamos a producir esta obra<br />
perfecta -El brujo materialista, el hombre que no<br />
usa, sino meramente adora lo que vagamente llama<br />
"fuerzas", al mismo tiempo que niega la existencia de<br />
"espíritus"-, entonces el fin de la guerra estará a la<br />
vista.?<br />
Así que, en el movimiento de la Nueva Era, Dios como<br />
Creador-Sustentador soberano ha sido eliminado del sistema<br />
de creencias individuales; las personas, individual y colectivamente,<br />
se han convertido en dioses. Se piensa que los<br />
"poderes latentes de la mente" se desarrollan de diferentes<br />
maneras, y que canalizándolos aumentan ese poder poniéndolo<br />
a uno en contacto con personas de otras épocas. Todo<br />
esto involucra demostraciones significativas de poder, las<br />
cuales no importa cómo las definan los devotos de la Nueva<br />
Era, en verdad provienen de los demonios. Por lo tanto, al<br />
evangelizar a tales personas debemos estar preparados para<br />
una confrontación con las fuerzas espirituales-unencuentro<br />
de fuerzas- y además se debe estar preparado para confrontar<br />
el engaño satánico con la verdad y demostrar el poder de<br />
Dios sobre los espíritus engañadores, y no simplemente hablar<br />
de ello.<br />
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