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GUERRA ESPIRITUAL<br />
Ataques en el área espiritual<br />
es hacer que dudemos del carácter de Dios y que rechacemos<br />
su autoridad en nuestra vida. Esto con frecuencia se manifiesta<br />
en un cuestionamiento de la autoridad de la Palabra de<br />
Dios. Cuando esa autoridad ya no existe no está muy lejos<br />
nuestra desviación hacia el universalismo -una doctrina la<br />
cual es el enemigo mortal de la evangelización mundial.<br />
Sin embargo, existen otras maneras de dañar la autoridad<br />
de la Palabra de Dios. Amigos míos que provienen de un<br />
sólido tronco cristiano y que tenían un verdadero corazón por<br />
Dios se involucraron en un grupo donde los dones espirituales<br />
aparentemente estaban en operación. Al principio las profecías<br />
iban en armonía con las Escrituras, y era una experiencia<br />
estremecedora el ver ese tipo de poder. Gradualmente las<br />
palabras empezaron a ser más especiales y no según la comprensión<br />
normal de la verdad bíblica. Para este tiempo, sin<br />
embargo, ya confiaban en las profecías hasta tal grado que<br />
temían el cuestionarlas. Finalmente, al menos cinco hogares<br />
se rompieron por divorcios ordenados "por el espíritu", y<br />
cuando se confrontó esto con la base de las Escrituras las<br />
personas no estaban dispuestas a escuchar. Con la apariencia<br />
de una super espiritualidad, la autoridad de la Palabra de Dios<br />
había sido dañada. Es obvio, sin embargo, que el espíritu que<br />
daba las instrucciones no era el Espíritu Santo.<br />
Esta parece ser una situación similar a la que motivó a<br />
Pablo escribir a los Corintios, "Pero temo que como la serpiente<br />
con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de<br />
alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo"<br />
(2 a Corintios 11 :3).<br />
Esta clase de engaño no sólo afecta a los individuos<br />
involucrados, sino a todos aquellos que están listos para<br />
aceptar casi cualquier cosa sobrenatural como de Dios, los<br />
cuales terminan en el mismo equipo de ministerio que aquellos<br />
que no permiten ninguna demostración de poder en forma<br />
de dones espirituales o encuentro de poderes, y el ministerio<br />
sufre grandemente. He encontrado tales situaciones en mis<br />
viajes y he escuchado de muchas más.<br />
Sin embargo, el engaño de Satanás no necesita ser tan dramático<br />
como lo es el falsificar los dones espirituales. Se ha vuelto<br />
un experto en darle a los creyentes conceptos equivocados de<br />
Dios y por lo tanto conceptos erróneos sobre sí mismos.<br />
He aprendido a no dar nada por sentado en esta área. La<br />
mayoría de los cristianos que buscan ayuda saben las respuestas<br />
correctas desde el nivel teológico, pero incluso las personas<br />
dentro del ministerio a tiempo completo pueden ser<br />
víctimas de creencias erróneas sobre Dios en el nivel funcional<br />
o práctico. He escuchado cosas que me han asombrado de<br />
boca de personas que se encuentran en el servicio cristiano.<br />
El problema es que a menudo no mantenemos un clima en la<br />
Iglesia en el cual las personas se atrevan a ser honestas. Como<br />
resultado, mantienen escondidos sus verdaderos pensamientos<br />
y no tratan con el problema real. Los dos libros de Neil<br />
Anderson, a los que nos referimos anteriormente, tratan con<br />
mucha perspicacia este problema.<br />
Existen, por supuesto, muchas áreas de la vida espiritual<br />
en las cuales podemos volvemos vulnerables. Pero la mayoría<br />
de ellas se resolverán si empezamos con el compromiso de<br />
decir la verdad sobre todas las cosas de nuestra vida, si somos<br />
honestos sobre nuestras emociones y pensamientos, y si vivimos<br />
como la nueva persona en la que nos convertimos cuando<br />
estamos "en Cristo".<br />
Ataques a la mente<br />
Relacionado con esto, y verdaderamente yaciendo detrás de<br />
todas las áreas de encuentro que hemos discutido, está la sique<br />
humana y en especial la mente. Este es el verdadero campo<br />
de batalla en la mayoría de los casos. Tal v~z jamás sea<br />
correcto el decir: "El diablo me hizo hacerlo". El pudo haber<br />
empezado el proceso, tal como lo hizo con Eva, pero<br />
somos responsables por lo que hacemos con aquello que él<br />
pone en nuestra mente. El fallar en reconocer la fuente de tal<br />
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