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GUERRA ESPIRITUAL<br />

Ataques en el área física<br />

construyeran la casa de la misión. Nadie tomó el peligro de<br />

esto en serio, ya que "los demonios no le pueden hacer nada<br />

a los cristianos". Cuando yo estaba en el campo misionero<br />

tenía una teología no muy funcional sobre tales cosas, pero<br />

recuerdo vívidamente el observar cómo la familia que vivía<br />

en esa casa pasaba a través de ataques de enfermedades<br />

físicas, las cuales finalmente las sacaron fuera del campo<br />

misionero. Un ocupante reciente de la casa me dijo que hasta<br />

hace dos años las personas que venían de visita se enfermaban<br />

al llegar, pero perdían los síntomas al salir de la aldea. ¿Por<br />

qué sucedía el cambio? Hace dos años finalmente limpiaron<br />

la colina en un encuentro de fuerzas. A partir de ese momento<br />

no ha habido más ataques físicos. Sólo Dios sabe cuántos de<br />

sus siervos han sido echados a un lado por no haber reconocido<br />

las artimañas del enemigo.<br />

Ataques que involucran los apetitos<br />

Sin embargo, los ataques no están limitados a las enfermedades.<br />

Pueden venir a través del área de los apetitos físicos. W.L.<br />

McLeod cuenta de una mujer que vino a él con un compulsivo<br />

desorden por la comida. Durante cuatro años había batallado<br />

con algo en su interior que literalmente la forzaba a correr<br />

hacia la comida, llenarse la boca, vomitarla, y volverlo a<br />

hacer. Ella y su esposo informaban que "las cuentas" de<br />

comida eran enormes. Un poco de investigación reveló que<br />

ella también estaba involucrada en cuatro clases diferentes de<br />

actividades ocultas. Cuando vio lo que las Escrituras dicen<br />

sobre tal actividad, renunció a su participación considerándolo<br />

como un pecado, luego pidió libertad de los demonios<br />

que le causaban ese comportamiento compulsivo, y fue<br />

hberada. 2<br />

. / ~ctualmente queda muy poca duda de que Satanás y su<br />

ejercito de demonios están lanzando todo su ataque sobre los<br />

obreros cristianos en el área de los apetitos sexuales, y parece<br />

ser que no hay nadie que sea inmune a esto. El mundo provee<br />

suficientes estímulos sobre este tema en la dirección equivocada,<br />

y el diablo está contento en sacar ventaja de la situación.<br />

Aunado a esto está el hecho de que pocos cristianos están<br />

conscientes de las dimensiones espirituales de esta batalla.<br />

Muchos piensan que sólo es cuestión de la carne y que tienen<br />

esa área de su vida bajo control. Tenía un colega ministro que,<br />

cuando lo confronté sobre la aventura que tenía con la esposa<br />

de otro hombre me dijo: "Jamás pensé que podría ser tentado<br />

en esta m:ea". Son ~uchos los que han bajado la guardia por<br />

haber temdo demasIada confianza, y de esa manera se volvieron<br />

vulnerables.<br />

Un misionero experimentado vino a mi buscando ayuda<br />

después de una de mis clases. Me contó que unos pensamien­<br />

~os sexuales perversos venían a su mente casi cada vez que<br />

mtentaba orar. Sentía demasiada vergüenza para contárselo a<br />

alguien, así que intentaba soportarlos como si fueran "su<br />

cruz". Le pregunté si esos pensamientos provenían de Dios.<br />

O?viamente. no era así. Luego le pregunté si eran sus pensamIentos<br />

-SI le gustaban y si soñaba con ellos-o Me contestó<br />

lo co~trario, que los detest~ba. "Entonces, ¿de dónde crees<br />

que VIenen?" le pregunté. El jamás había considerado que<br />

tales pensamientos vinieran de un enemigo. Le dije cómo<br />

recha~arlos, cómo rehusarse a poseerlos, o cómo hacer para<br />

no dejar que lo controlaran, y que resistiera al espíritu que los<br />

enviaba, basándose en su posición en Cristo. Volvió casi un<br />

año después y pasó por mi oficina para decirme: "Sólo quiero<br />

agradecerle por lo que me enseñó el año pasado. Creí que iba<br />

a orar por mí, echar fuera un demonio, y hacer que mi<br />

problema se fuera, pero me alegro que no haya sido así. He<br />

aprendido mucho este año. Ha cambiado mi vida, mi matrimonio,<br />

mi familia y voy a regresar al campo misionero con<br />

una actitud completamente nueva en mi ministerio".<br />

En este momento algunos están seguros de poder acusarme<br />

de ver un demonio detrás de cada problema humano o<br />

podrían decir, "¿No cree que es más angustiante para una<br />

persona el sugerirle que es probable que tenga un problema<br />

con demonios?" Al contrario, lo angustiante es la sugerencia<br />

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