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GUERRA ESPIRITUAL<br />

El poder de la cruz<br />

de cada elemento. Note como Pablo trata estos tres aspectos<br />

del mal en Efesios 2:<br />

y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos<br />

en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis<br />

en otro tiempo, siguiendo la corriente de este<br />

mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire,<br />

el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,<br />

entre los cuales también todos nosotros vivimos<br />

en otro tiempo en los deseos de nuestra carne,<br />

haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos,<br />

y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo<br />

que los demás.<br />

(vs. 1-3)<br />

Los tres elementos son tratados como trabajando juntos<br />

de una forma tan cercana que no se puede hablar de uno sin<br />

hablar del otro. La carne son las cualidades terrenales que<br />

tenemos, las cuales nos capacitan para responder a la tentación.<br />

El mundo es el entorno en el que vivimos y el cual está<br />

bajo el control del "príncipe de la potestad del aire". Satanás<br />

y los demonios saben qué partes de nuestra carne son especialmente<br />

vulnerables, y utilizan el estímulo del mundo que<br />

nos rodea para que se levanten pensamientos pecaminosos<br />

dentro nuestro. El diablo sería un tonto si no intentase sacar<br />

ventaja del mundo y la carne en su meta de destruirnos. Uno<br />

no tiene que "estirar" las Escrituras para verlo trabajando en<br />

todas estas relaciones.<br />

Nuestra posición en Cristo<br />

Hay otro factor importante involucrado en nuestra posición<br />

de victoria, y éste es la relación con Dios, la cual viene<br />

como resultado de haber sido trasladados a su familia. El<br />

principio de esta nueva relación a menudo es ilustrada a<br />

través de la metáfora del nacimiento. En Gálatas (4: 4-7) y en<br />

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Efesios (1 :5) Pablo utiliza la metáfora de la adopción para<br />

ayudarnos a comprender esta nueva relación. Nos dice que<br />

fuimos esclavos, pero que Dios nos adoptó en su familia y nos<br />

dio "la adopción de hijos" (Gálatas 4:5). Esta metáfora está<br />

llena de significado. Dos de mis cuatro hijos son míos por<br />

adopción. No tuve nada que ver con su concepción o nacimiento,<br />

más sin embargo su acta de nacimiento dice que yo<br />

soy su padre. Francamente, cuando llegaron las nuevas actas<br />

de nacimiento me sorprendí. No sabía que la adopción llegaba<br />

tan lejos.<br />

Ese es el concepto detrás de la oración de Pablo, empezando<br />

en el versículo 15 de Efesios 1. Una de las peticiones<br />

en esa oración es que estos nuevos cristianos puedan conocer<br />

"...las riquezas de la gloria de su herencia en los santos"<br />

(v. 18). El hecho fue que ellos necesitaban aprender a pensar<br />

como santos en lugar de pensar como pecadores, y como<br />

príncipes y princesas, en vez de pensar como comunes o<br />

plebeyos. Necesitaban reconocer que los recursos de su Padre<br />

adoptivo estaban a su disposición. Ya no era un monarca<br />

distante con quien necesitaban tener una audiencia para hablar<br />

con Él. Era su Padre, y eran bienvenidos en el salón,del<br />

trono en cualquier momento que necesitasen hablar con El.<br />

Cuando adopté a dos de mis hijos (una niña y un niño),<br />

fui a un juez y éste me dijo, "¿Ha entendido que estos niños<br />

deben ser herederos iguales que cualquier otro hijo que<br />

hayan concebido usted y su esposa?" Mi pronta respuesta<br />

fue, "Lo entiendo, su señoría, y lo acepto con gusto". Así<br />

que estos dos hijos tienen tanto derecho a mi nombre y a<br />

mis recursos como los dos hijos que nacieron dentro de<br />

nuestra familia. Nuestra adopción a la familia de Dios nos trae<br />

a la misma relación con Él que la que mis hijos adoptivos<br />

tienen conmigo. Pablo nos dice claramente que debido a que<br />

somos hijos de Dios somos "herederos de Dios y coherederos<br />

con Cristo" (Romanos 8: 17).<br />

Una de las principales tácticas que Satanás tiene con<br />

nosotros es el hacer que no comprendamos las implicaciones<br />

de esta nueva relación con nuestro Padre Celestial. A través<br />

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