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GUERRA ESPIRITUAL<br />
La defensiva cristiana<br />
encantaría mantenemos ignorantes de lo que significa ser<br />
herederos de Dios.<br />
En nuestro papel como hijos de Dios y como sus herederos,<br />
somos sus primeros representantes aquí en la tierra. Si<br />
Satanás puede lograr que vivamos nuestra vida en un nivel<br />
menor al de la gloria de Dios, puede impedir que cumplamos<br />
el propósito para el cual fuimos creados y recreados. Un<br />
cristiano que no sabe cómo apropiarse del poder de Dios para<br />
vencer los ataques del enemigo, ciertamente no está viviendo<br />
una vida para la gloria de Dios. Así que Satanás está bastante<br />
contento con sólo hacer que los cristianos vivan una vida<br />
espiritualmente ineficaz. El no reconocer esto como parte del<br />
combate espiritual, es no ver la primera táctica del enemigo.<br />
Satanás no se ve amenazado con las actividades religiosas,<br />
pero síes amenazado y se enoja por la demostración del poder<br />
de Dios para vivir vidas piadosas y victoriosas.<br />
Sin embargo, hay más razones para que Satanás nos odie.<br />
No sólo Dios nos ha hecho a su imagen y nos dado "todo lo<br />
que necesitamos para la vida y la piedad", sino que Él nos ha<br />
comisionado con su autoridad para invadir el territorio del<br />
enemigo y reclamarlo para el Señor. Incluso una vida piadosa<br />
vivida en el aislamiento del mundo no es la misma amenaza<br />
para Satanás de lo que lo es un ministerio activo y poderoso.<br />
Así que una búsqueda egoísta de la santidad puede ser animada<br />
siempre y cuando uno no se motive a evangelizar a los<br />
pueblos no alcanzados del mundo.<br />
La prueba final de cualquier avivamiento espiritual es si<br />
se convierte o no en misionero. Puede ser que Satanás no<br />
pueda impedir el avivamiento en un iglesia local, pero si<br />
puede mantenerlo allí y hacer que las personas se centren en<br />
su propia santidad, al menos puede evitar que se lleve a cabo<br />
el propósito final de Dios.<br />
Ya que los creyentes son el ejército poderoso de Dios y<br />
los comisionados espirituales, Satanás debe intentar neutralizarlos<br />
a cualquier costo. Esto tiene muchas implicaciones,<br />
pero sólo mencionaremos en este momento que hay amplias<br />
razones por las cuales Satanás está al ataque en contra de los<br />
cristianos, en especial de aquellos que presionan en la línea<br />
de batalla de la guerra espiritual.<br />
El grado de control<br />
demoníaco<br />
Asumiendo que hay una motivación adecuada para el ataque,<br />
y por las advertencias bíblicas de que estemos preparados<br />
para el mismo, entonces podemos preguntar hasta qué grado<br />
los demonios pueden influir o afectar a los cristianos.<br />
Necesitamos empezar esta discusión reconociendo que la<br />
Biblia no hace ninguna declaración clara o didáctica sobre el<br />
tema. En ningún lugar dice que un creyente no puede tener un<br />
espír!tu maligno dentro de él, y en ningún lugar dice que sí<br />
pueda tenerlo. Esta ausencia de una enseñanza clara puede ser<br />
frustrante, pero no está sin precedente en otras áreas claves de<br />
doctrina. Porejemplo, no hay ningún pasaje didáctico del cual<br />
se pueda enseñar la doctrina de la trinidad. En tales casos, uno<br />
tiene que tomar lo que se enseña en diferentes pasajes de la<br />
Escritura que se relacionen con el tema, considerar lo que la<br />
Iglesia ha enseñado a través de los siglos, y evaluar las<br />
experiencias presentes a la luz de las primeras dos.<br />
No estoy proponiendo que se revise el trato tan bueno que le<br />
da a esta pregunta Fred Dickason en su libro Demon Possession<br />
and the Christian. Sin embargo, unas pocas reflexiones sobre<br />
el tema serán útiles para proveer un escenario para el resto de<br />
nuestra discusión.<br />
Ante la ausencia de declaraciones categóricas sobre el<br />
tema, volvemos atrás para razonar como una de las proposiciones<br />
a la pregunta hecha. Esto nos lleva al argumento de<br />
que puesto que mi cuerpo es el templo del Espíritu Santo, un<br />
espíritu maligno no puede estar en él. Esta forma de pensar<br />
está basada en la ley de que dos objetos no pueden o~upar<br />
el mismo lugar al mismo tiempo. El mal razonamIento<br />
de este argumento se debe a que los espíritus no ocupan<br />
espacio, como tampoco es cuestión de espacio el ser llenos<br />
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