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GUERRA ESPIRITUAL<br />
Ataques en el área espiritual<br />
me va a dar la gracia que necesito para soportarlo". A<br />
menudo es sorprendente lo que Dios hace con nosotros<br />
cuando elegimos hacer las cosas a su manera. Muchas personas<br />
quisieran decir: "Dios, quítame el dolor, y perdonaré".<br />
Pero Dios dice: "Tú perdona, y yo me encargo del dolor".<br />
Satanás intentará decirte que como has decidido perdonar<br />
pero en ocasiones todavía puedes sentir el dolor, en realidad<br />
aún no has perdonado. Esa es otra de sus mentiras.<br />
Nuestro sistema de memoria está hecho de tal forma que<br />
las emociones a menudo van junto con los recuerdos. Puedo<br />
recordar, por ejemplo, una ocasión cuando mi esposa, mis<br />
cuatro hijos y mi suegra, íbamos en el auto hacia Cleveland,<br />
Ohio. Llegamos a una autopista principal desde una carretera<br />
alterna por la cual viajábamos, pero la señal de "Alto" estaba<br />
parcialmente escondida por un árbol. Cuando la vi y presioné<br />
el freno, descubrí que había arena sobre la carretera, y literalmente<br />
me deslicé hasta quedar cruzado en la autopista. Cuando<br />
pienso lo que podría haber sucedido si un "camión"<br />
hubiese estado pasando por la misma intersección en ese<br />
momento, literalmente me da escalofrío.<br />
¿Significa eso que en este momento corro peligro? En lo<br />
absoluto. Similarmente, los recuerdos de un pecado pasado o<br />
de un abuso puede encender las emociones, pero eso no<br />
significa que estoy controlado por dichas emociones. En tales<br />
momentos necesitamos decir algo parecido a la frase que creo<br />
que dijo en cierta ocasión Clara Barton sobre algo que sucedió<br />
en su pasado: "Característicamente recuerdo haber olvidado<br />
eso". Simplemente podemos renovar nuestra decisión de perdonar<br />
y seguir adelante en la vida con la fuerza del Señor.<br />
Otras áreas clave de nuestra vida en la cual necesitamos<br />
trabajar son: la rebelión en contra de la autoridad, orgullo o<br />
egoísmo, y el pecado carnal. Tales cosas siempre necesitan<br />
ser enfrentadas de una manera honesta en la vida de un<br />
creyente, haya evidencia de actividad demoníaca o no. No<br />
obstante, es seguro el asumir que Satanás siempre sacará<br />
ventaja de la persona que le deja la puerta abierta a través de<br />
tales pecados.<br />
Ataques basados en pecados<br />
de los ancestros<br />
Existe otra base para los ataques demoníacos que necesita ser<br />
identificada. Es una que ha sido hallada por cualquier consejero<br />
experimentado una y otra vez. Fred Dickason dice que la<br />
mayoría de las personas a quienes ha ministrado tenían cierta<br />
medida de ataduras debidas al pecado de sus antecesores. 4<br />
Cuando Dios dice que el pecado de los padres visita a los<br />
hijos hasta la tercera o cuarta generación (Exodo 20:5), también<br />
dijo que visita con bendiciones a los hijos de aquellos<br />
que le aman y guardan sus mandamientos (20:6). Esto es<br />
operativo primeramente en el nivel de generaciones. Una<br />
generación vive con el efecto del bien o del mal realizado por<br />
la generación previa.<br />
Que esto tiene una aplicación en el nivel personal es<br />
aceptado en el área física. Un niño que nace de padres que han<br />
contaminado sus cuerpos con drogas, puede venir al mundo<br />
con una dependencia de las drogas de la cual el niño no tienen<br />
ninguna responsabilidad. Es víctima del pecado de sus padres.<br />
Casi todos los consejeros también han visto a niños que<br />
son víctimas del pecado de sus padres en el área emocional a<br />
través de toda clase de abusos, y el hecho bien conocido es<br />
que los niños de los cuales se ha abusado tienden a convertirse<br />
en padres abusivos si las consecuencias de tal abuso no son<br />
sanadas en su propia vida.<br />
El mismo principio se aplica en el área espiritual. Los<br />
demonios reclaman que si un padre les estuvo dando lugar a<br />
través de pecado sin confesar, tienen el derecho de acosar a la<br />
descendencia de esas personas. Esto no convierte al niño en<br />
culpable del pecado de sus padres; cada cual es responsable<br />
por sus propios pecados. Pero las consecuencias del pecado<br />
aún siguen presentes y deben ser tratadas. Esto se puede llevar<br />
a cabo por un simple acto de fe en la provisión de la cruz para<br />
tratar con el pecado. El renunciar a los pecados de los padres<br />
o de los antecesores debería ser una parte estándar del proceso<br />
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