Cuestiones - Facultad de Periodismo y Comunicación Social ...
Cuestiones - Facultad de Periodismo y Comunicación Social ...
Cuestiones - Facultad de Periodismo y Comunicación Social ...
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Sin <strong>de</strong>sconocer el cambio <strong>de</strong> escenario operado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 2003, es necesario preguntarse por<br />
las continuida<strong>de</strong>s que se observan entre los años noventa y los <strong>de</strong> la poscrisis <strong>de</strong> 2001 en<br />
relación a la ligazón <strong>de</strong> esa tríada <strong>de</strong> espacios constitutivos <strong>de</strong> la práctica social. En principio,<br />
algunas <strong>de</strong> las características <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong>l consumidor puro que se <strong>de</strong>scriben en el artículo<br />
como paradigma <strong>de</strong> la década menemista mantuvieron una fuerte vigencia en estos años, en<br />
tanto la capacidad <strong>de</strong> consumo continuó funcionando como un integrador simbólico y<br />
material para diversas capas <strong>de</strong> la población, así como fue útil para que se recompusiera el<br />
or<strong>de</strong>n socio-político vinculado al capitalismo que había sido puesto en entredicho durante la<br />
crisis <strong>de</strong> 2001. Por otra parte, se observa con claridad en la exacerbación <strong>de</strong>l discurso <strong>de</strong> la<br />
“seguridad” individual frente al impacto <strong>de</strong> los <strong>de</strong>litos en las gran<strong>de</strong>s urbes -y con ello la<br />
<strong>de</strong>manda <strong>de</strong> un control total <strong>de</strong>l espacio público por las fuerzas <strong>de</strong> seguridad estatales- que<br />
la esfera pública aparece en reiterados discursos como un ámbito “peligroso” que <strong>de</strong>be ser<br />
regulado ante la posibilidad <strong>de</strong> una anomia incontrolable. Frente a ello en cambio se postula<br />
la armonía <strong>de</strong> la intimidad <strong>de</strong>l hogar, don<strong>de</strong> por supuesto el control estatal <strong>de</strong>be disminuirse<br />
a su mínima expresión, a solo que se trate <strong>de</strong> causas excepcionales. Más allá <strong>de</strong> la gravedad<br />
concreta <strong>de</strong> esta problemática para la vida en sociedad, el tipo <strong>de</strong> diagnóstico que se realiza<br />
<strong>de</strong>l problema y las soluciones propuestas en base a él, tien<strong>de</strong>n a reproducir una lógica que<br />
fractura el lazo social -ya herido por las causas que generan la mayoría <strong>de</strong> esos <strong>de</strong>litos-, y<br />
que presupone que el espacio privado tendría que estar exento <strong>de</strong> las consecuencias <strong>de</strong> las<br />
<strong>de</strong>cisiones públicas <strong>de</strong> los ciudadanos (como si los límites físicos <strong>de</strong> un hogar fueran una<br />
condición suficiente para que el “afuera” no se introduzca con su carga anómica).<br />
Por otra parte, ¿qué ha ocurrido con lo político? No preten<strong>de</strong>mos dar una respuesta en<br />
esta breve introducción; solo indiquemos algunos ejemplos. La celebración en los gran<strong>de</strong>s<br />
medios <strong>de</strong> comunicación masiva <strong>de</strong> las movilizaciones “espontáneas”, “sin ban<strong>de</strong>ras”,<br />
“apartidarias” nos hablan <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sprestigio que la política partidaria -¿y con ello la política<br />
en su conjunto?- mantiene en gran<strong>de</strong>s sectores <strong>de</strong> la población a los cuales esos medios<br />
intentan hiperrerpresentar al exacerbar lo que consi<strong>de</strong>ran como el pensamiento <strong>de</strong>l<br />
“ciudadano promedio”. Así también, la estigmatización <strong>de</strong> los grupos sociales que<br />
protagonizan conflictos políticos <strong>de</strong> cierta resonancia pública -más aún cuando se expresan<br />
en el espacio público; aunque, “crisis <strong>de</strong>l campo” mediante, <strong>de</strong>scrédito que se asigna según<br />
la extracción social <strong>de</strong> los reclamantes-, o la glorificación acrítica <strong>de</strong> conceptos como<br />
“consenso” y “diálogo”, expresan la vitalidad <strong>de</strong> aquella concepción que rechaza el conflicto<br />
social por enten<strong>de</strong>rlo como un elemento distorsivo <strong>de</strong> la vida en común.<br />
Retomando una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Marcos Novaro en torno al vínculo entre los ciudadanos y sus