Cuestiones - Facultad de Periodismo y Comunicación Social ...
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ajo crítica las cosas <strong>de</strong>l gobierno, ahora vemos abrirse una tercera. Dos esferas<br />
autonomizadas don<strong>de</strong> lo público (y lo privado) se <strong>de</strong>spolitizan <strong>de</strong>jando en manos <strong>de</strong>l Estado<br />
y <strong>de</strong> los partidos el manejo <strong>de</strong> lo político, a cambio <strong>de</strong> la compensación simbólica <strong>de</strong> la<br />
integración consumista en el espacio público y la revalorización y resguardo <strong>de</strong> la<br />
“intimidad” como ámbito propio <strong>de</strong> realización para la sociedad civil.<br />
Por lo tanto, si <strong>de</strong>s<strong>de</strong> nuestra concepción pensamos a lo público como un espacio <strong>de</strong><br />
productividad social en tensión permanente con la gestión política <strong>de</strong> las cosas <strong>de</strong>l Estado,<br />
observamos que durante los ’90 esta tensión se intenta “resolver” por una autonomización<br />
<strong>de</strong> ambas esferas que “juegan” a distanciarse, cuando ocurre que son rearticuladas <strong>de</strong> forma<br />
<strong>de</strong> reducir esa tensión irresoluble (y que se visibiliza/invisibiliza -sin <strong>de</strong>saparecer- según los<br />
momentos históricos particulares). En esta línea, es interesante pensar la aparición <strong>de</strong> las<br />
diferentes expresiones <strong>de</strong>l movimiento piquetero o la conflictividad social expresada en el<br />
estallido <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 2001 como momentos particulares don<strong>de</strong> tal tensión emerge a la<br />
superficie pública y en particular al espacio público. La forma <strong>de</strong> protesta social encarnada<br />
por los piqueteros se volverá paradójica para el régimen neoliberal: un régimen que había<br />
superficializado lo corporal bajo una cultura <strong>de</strong> la apariencia y <strong>de</strong>l culto al cuerpo mo<strong>de</strong>lado,<br />
ve surgir <strong>de</strong> sus propias entrañas un movimiento social que repolitiza el espacio público<br />
poniendo -literalmente- el cuerpo para cortar las rutas (espacio público a su vez fraccionado<br />
por la presencia <strong>de</strong> lo privado-patrimonial, por ejemplo con la presencia <strong>de</strong> las cabinas <strong>de</strong><br />
peajes en esas mismas rutas).<br />
Por otra parte, la reducción <strong>de</strong> la política a lo partidario implica una ligazón específica<br />
<strong>de</strong> la sociedad civil con sus dirigentes a través <strong>de</strong> la “representación”, en el marco <strong>de</strong>l sistema<br />
<strong>de</strong>mocrático. Lo político se reduce a la necesidad <strong>de</strong> representación y se escin<strong>de</strong> <strong>de</strong> la<br />
participación política, <strong>de</strong> la influencia directa en la toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones y la actividad<br />
ciudadana directa. La representación, que supuestamente conectaría en forma<br />
“transparente” la esfera civil con la política, es la forma que se consi<strong>de</strong>ra a<strong>de</strong>cuada en la<br />
articulación entre ciudadanía y política. En realidad, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la sociedad excluyente, la<br />
representación tien<strong>de</strong> a escindir y alejar la esfera social <strong>de</strong> las luchas políticas bajo la ficción<br />
<strong>de</strong> la conexión a-conflictiva. La representación se postula como una forma <strong>de</strong> articulación<br />
que resolvería la tensión entre sociedad civil y política, cuando lo que hace es consagrar un<br />
mo<strong>de</strong>lo que intenta restringir el ámbito <strong>de</strong> las luchas políticas. Es <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> este marco que<br />
<strong>de</strong>be pensarse la tan mentada “crisis <strong>de</strong> representación” gestada durante estos años. Esta<br />
efectivamente se basa en el supuesto <strong>de</strong> una relación “transparente” y “punto a punto” entre<br />
el votante que está en la esfera civil con su “representante”; sin embargo, si nos orientamos a