Cuestiones - Facultad de Periodismo y Comunicación Social ...
Cuestiones - Facultad de Periodismo y Comunicación Social ...
Cuestiones - Facultad de Periodismo y Comunicación Social ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
epresentantes políticos, po<strong>de</strong>mos plantear que los partidos, temerosos <strong>de</strong> la “crisis <strong>de</strong><br />
representación” que los erosiona y concientes que el <strong>de</strong>sprestigio post 2001 pen<strong>de</strong> sobre sus<br />
cabezas como una amenaza latente, intentan compensar ese supuesto <strong>de</strong>sfasaje<br />
“sobrerepresentando” a sus electores. Nuevamente, el caso <strong>de</strong> la “seguridad” es sintomático,<br />
en tanto luego <strong>de</strong> algún hecho <strong>de</strong>lictivo violento <strong>de</strong> repercusión pública, la presión social<br />
ejercida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los sectores <strong>de</strong> la población que se sienten posibles nuevas víctimas -<br />
vehiculizada a su vez por los medios <strong>de</strong> comunicación- genera que los representantes<br />
políticos impulsen leyes que tien<strong>de</strong>n a “endurecer” la legislación penal, refuercen medidas <strong>de</strong><br />
control público, exacerben el discurso autoritario, realicen “gestos” en pos <strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrar su<br />
inflexibilidad con el <strong>de</strong>lito, entre otras actitu<strong>de</strong>s que en muchos casos hasta traspasan las<br />
<strong>de</strong>mandas <strong>de</strong> los reclamantes. Sin embargo, como el problema es más vasto y tiene múltiples<br />
aristas, el fracaso <strong>de</strong> esta política ante el nuevo <strong>de</strong>lito <strong>de</strong> repercusión pública le confirma a<br />
los ciudadanos escépticos la vigencia <strong>de</strong> la “crisis <strong>de</strong> representación”; por en<strong>de</strong> <strong>de</strong>nuncian a<br />
los políticos como inoperantes, reclaman nuevamente que se “haga algo” y así vuelve a<br />
renovarse el círculo vicioso. Un ejemplo actual, entre otros, que señala los límites <strong>de</strong> cierta<br />
repolitización que <strong>de</strong> todas maneras han tenido algunas <strong>de</strong> las discusiones públicas en los<br />
últimos años y que indica la continuidad <strong>de</strong> “núcleos duros” <strong>de</strong>l pensamiento don<strong>de</strong> se<br />
consagran prejuicios como verda<strong>de</strong>s sacralizadas antes que <strong>de</strong>batir argumentos verificables<br />
sobre un tema <strong>de</strong> por sí preocupante.<br />
Por último, junto con la circulación <strong>de</strong> los discursos que podríamos <strong>de</strong>finir como<br />
“antipolíticos” -con eje principal en lo antipartidario- se observa una revalorización <strong>de</strong> la<br />
militancia política -un fenómeno bastante ligado al oficialismo, pero no solo a él- que parece<br />
haber emergido como un rasgo distintivo <strong>de</strong> este tiempo y que indicaría un cambio<br />
sustancial en relación a los noventa -y que, en el caso <strong>de</strong>l peronismo oficialista, se preten<strong>de</strong><br />
ubicar en una línea <strong>de</strong> continuidad histórica con la militancia <strong>de</strong> los setenta-. Aunque es un<br />
proceso complejo y que todavía está en pleno <strong>de</strong>spliegue, al menos <strong>de</strong>be llamarse la atención<br />
sobre las posibilida<strong>de</strong>s creativas <strong>de</strong> esa intervención política si solo se trata <strong>de</strong> apoyar y<br />
repetir consignas preestablecidas; si esa fuerza militante es regulada por y puesta en función<br />
únicamente <strong>de</strong> los intereses <strong>de</strong> lí<strong>de</strong>res hiperpersonalistas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una estructura <strong>de</strong><br />
po<strong>de</strong>r inflexiblemente verticalista; o si su componente colectivo se reduce a <strong>de</strong>clamar<br />
<strong>de</strong> manera dogmática las verda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la facción a la que se pertenece, excluyendo a los<br />
“otros” <strong>de</strong> la discusión política por supuestos fines inconfesables que le restarían legitimidad<br />
a sus posturas.<br />
En <strong>de</strong>finitiva, si bien la dimensión <strong>de</strong> lo político ha sido revalorizada ciertamente luego