obras-completas-de-sigmund-freud-volumen-xxi
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es perfectamente correcto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista psicológico.<br />
La figuración <strong>de</strong>l drama inglés es más indirecta; no ha<br />
sido el héroe sino otro quien consumó la acción, y para este<br />
no significa un parricidio. Por eso no hace falta disfrazar<br />
el motivo escandaloso <strong>de</strong> la rivalidad sexual por la mujer.<br />
También vemos por así <strong>de</strong>cir bajo una luz refleja el complejo<br />
<strong>de</strong> Edipo <strong>de</strong>l héroe, a medida que nos enteramos <strong>de</strong>l<br />
efecto que el crimen <strong>de</strong>l otro ejerce sobre él. Debería vengarlo,<br />
pero se encuentra asombrosamente incapaz <strong>de</strong> hacerlo.<br />
Nosotros sabemos que es su sentimiento <strong>de</strong> culpa el que<br />
lo paraliza; <strong>de</strong> una manera por entero a<strong>de</strong>cuada a los procesos<br />
neuróticos, el sentimiento <strong>de</strong> culpa es <strong>de</strong>splazado a<br />
la percepción <strong>de</strong> su insuficiencia para cumplir esa tarea. Se<br />
recogen indicios <strong>de</strong> que el héroe siente esa culpa como supraíndividual.<br />
Desprecia a los <strong>de</strong>más no menos que a sí<br />
mismo. «Dad a cada hombre el trato que se merece, y<br />
¿quién se salvaría <strong>de</strong> ser azotado?».'"<br />
La novela <strong>de</strong>l autor ruso avanza otro paso en esta dirección.<br />
También aquí es otro quien consumó el asesinato,<br />
pero uno que tenía frente al asesinado el mismo vínculo<br />
filial que el héroe Dmitri, respecto <strong>de</strong> quien se admite francamente<br />
el motivo <strong>de</strong> la rivalidad sexual; es, pues, otro<br />
hermano, a quien Dostoievski, significativamente, atribuye<br />
su misma enfermedad, la supuesta epilepsia, como si quisiera<br />
confesar que el epiléptico, el neurótico en mí, es un parricida.<br />
Y luego, en el alegato frente al tribunal, viene el<br />
famoso escarnio <strong>de</strong> la psicología, la que sería «una vara <strong>de</strong><br />
dos puntas».^^ Un grandioso disfraz, pues sólo hace falta<br />
invertirlo para hallar el sentido más profundo <strong>de</strong> la concepción<br />
<strong>de</strong> Dostoievski. No es la psicología la que merece<br />
el escarnio, sino el procedimiento judicial mismo. En efecto,<br />
es indiferente quién ejecutó <strong>de</strong> hecho el crimen; a la<br />
psicología sólo le importa quién lo quiso en su sentimiento<br />
y, una vez producido, lo saludó con beneplácito.'" Por eso<br />
frente a Aliosha, la figura <strong>de</strong> contraste, todos los hermanos<br />
—el apasionado gozador, el cínico escéptico y el criminal<br />
epiléptico— son culpables por igual. En Los hermanos Karamazov<br />
se encuentra una escena en extremo <strong>de</strong>finitoria pa-<br />
10 [Hamlet, acto II, escena 2.]<br />
11 [La frase aparece en el libro XII, capítulo X, <strong>de</strong> la novela <strong>de</strong><br />
Dostoievski.]<br />
12 [Se hallará una aplicación práctica <strong>de</strong> estas i<strong>de</strong>as a un caso<br />
judicial real en «El dictamen <strong>de</strong> la Facultad en el proceso Halsmann»<br />
(1931á), infra, págs. 249 y sigs., don<strong>de</strong> vuelve a someterse a examen<br />
Los hermanos Karamazov.]<br />
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