obras-completas-de-sigmund-freud-volumen-xxi
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modo. Aun en el hombre actual, unos motivi)s puramente<br />
racionales pue<strong>de</strong>n poco frente a impiilsiones apasionadas;<br />
¡cuánto más impotentes <strong>de</strong>bieron <strong>de</strong> ser en aciuel animal<br />
humano <strong>de</strong> la prehistoria! Quizá sus <strong>de</strong>scendientes carecerían<br />
todavía hoy <strong>de</strong> inhibiciones, se matarían unos a otros,<br />
si entre aquellos asesinatos no hubiera habido uno, el <strong>de</strong>l<br />
padre primitivo, que convocó una reacción afectiva irresistible,<br />
grávida en consecuencias. De esta proviene el mandamiento<br />
«No matarás», que en el totemismo se limitaba al<br />
sustituto <strong>de</strong>l padre, más tar<strong>de</strong> se extendió a otros seres y<br />
aún hoy sigue teniendo excepciones.<br />
Ahora bien, <strong>de</strong> acuerdo con unas tesis que no necesito<br />
repetir aquí, aquel padre primordial fue la imagen primordial<br />
[ürbild] <strong>de</strong> Dios, su mo<strong>de</strong>lo {Mo<strong>de</strong>ll}, siguiendo el<br />
cual generaciones posteriores formaron {bil<strong>de</strong>n} la figura,<br />
<strong>de</strong> Dios. Por lo tanto, la figuración religiosa acierta; Dios<br />
participó efectivamente en la génesis <strong>de</strong> aquella prohibición,<br />
fue su influjo y no la intelección <strong>de</strong> la necesidad social el<br />
que la creó. Y el <strong>de</strong>splazamiento <strong>de</strong> la voluntad humana a<br />
Dios está por completo justificado; los hombres sabían, en<br />
efecto, que habían eliminado al padre mediante la violencia,<br />
y en la reacción frente a su impiedad se propusieron respetar<br />
en lo sucesivo su voluntad. Entonces, la doctrina religiosa<br />
nos comunica la verdad histórica {historisch}, sin duda con<br />
cierta trasformación y vestidura; nuestra figuración acor<strong>de</strong><br />
a la ratio, en cambio, la <strong>de</strong>smiente.<br />
Ahora caemos en la cuenta <strong>de</strong> que el tesoro <strong>de</strong> las representaciones<br />
religiosas no contiene sólo cumplimientos <strong>de</strong> <strong>de</strong>seo,<br />
sino sustantivas reminiscencias históricas {historisch}.<br />
Y esta acción conjugada <strong>de</strong> pasado y futuro, ¡qué infinito<br />
po<strong>de</strong>r no prestará a la religión! Pero acaso vislumbramos<br />
ya, con ayuda <strong>de</strong> una analogía, una intelección diferente. No<br />
es bueno trasladar los conceptos muy lejos <strong>de</strong>l suelo en que<br />
crecieron, pero estamos obligados a expresar la concordancia.<br />
Acerca <strong>de</strong> los niños, sabemos que no pue<strong>de</strong>n recorrer<br />
bien su camino <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo hacia la cultura sin pasar por<br />
una fase <strong>de</strong> neurosis, ora más nítida, ora menos. Esto se<br />
<strong>de</strong>be a que el niño no pue<strong>de</strong> sofocar, mediante un trabajo<br />
intelectual acor<strong>de</strong> a la ratio, consi<strong>de</strong>rable número <strong>de</strong> sus<br />
exigencias pulsionales inválidas para su vida posterior, sino<br />
que <strong>de</strong>be domeñarlas mediante actos <strong>de</strong> represión tras los<br />
cuales se encuentra, por regla general, un motivo <strong>de</strong> angustia.<br />
La mayoría <strong>de</strong> estas neurosis <strong>de</strong> la infancia se superan<br />
espontáneamente en el curso <strong>de</strong>l crecimiento; en particular,<br />
las neurosis obsesivas <strong>de</strong> la niñez tienen ese <strong>de</strong>stino. En<br />
cuanto a_las restantes, el tratamiento psicoanalítico <strong>de</strong>berá<br />
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