obras-completas-de-sigmund-freud-volumen-xxi
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La historia <strong>de</strong> los puntos <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> Freud sobre la pulsión<br />
agresiva o <strong>de</strong> <strong>de</strong>strucción es complicada, y aquí sólo se<br />
la pue<strong>de</strong> reseñar <strong>de</strong> manera sumaria. En sus escritos iniciales,<br />
la examinó predominantemente en el contexto <strong>de</strong>l sadismo.<br />
Sus primeros análisis extensos <strong>de</strong>l sadismo se hallan<br />
en Tres ensayos <strong>de</strong> teoría sexual (1905¿), don<strong>de</strong> aparece<br />
como una <strong>de</strong> las «pulsiones parciales» que componen la<br />
pulsión sexual. En el primero <strong>de</strong> los ensayos dice: «El sadismo<br />
respon<strong>de</strong>ría, entonces, a un componente agresivo <strong>de</strong><br />
la pulsión sexual, componente que se ha vuelto autónomo,<br />
exagerado, elevado por <strong>de</strong>splazamiento al papel principal»<br />
(AE, 7, pág. 143). Sin embargo, en el segundo ensayo<br />
reconocía la primitiva in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> las mociones agresivas:<br />
«Tenemos <strong>de</strong>recho a suponer que las mociones crueles<br />
fluyen <strong>de</strong> fuentes en realidad in<strong>de</strong>pendientes <strong>de</strong> la sexualidad,<br />
pero que ambas pue<strong>de</strong>n entrar en conexión tempranamente.<br />
..» (ibid., pág. \Tjn.). Las fuentes in<strong>de</strong>pendientes<br />
señaladas <strong>de</strong>bían reconducirse a las pulsiones <strong>de</strong><br />
autoconservación. En la edición <strong>de</strong> 1915 <strong>de</strong> los Tres ensayos<br />
se modificó este pasaje, consignando en su lugar que «la<br />
moción cruel proviene <strong>de</strong> la pulsión <strong>de</strong> apo<strong>de</strong>ramiento» y<br />
eliminando la frase sobre su in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia respecto <strong>de</strong> la<br />
sexualidad. Pero ya en 1909, mientras libraba combate<br />
contra las teorías <strong>de</strong> Adler, Freud se había pronunciado <strong>de</strong><br />
un modo mucho más terminante. En el caso <strong>de</strong>l pequeño<br />
Hans (1909¿) se lee: «No puedo <strong>de</strong>cidirme a admitir una<br />
pulsión particular <strong>de</strong> agresión junto a las pulsiones sexuales<br />
y <strong>de</strong> autoconservación con que estamos familiarizados,<br />
y en un mismo plano con ellas» (AE, 10, pág. 112).' La<br />
hipótesis <strong>de</strong>l narcisismo abonaba la renuencia a aceptar una<br />
pulsión agresiva in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> la libido. Des<strong>de</strong> el comienzo<br />
se pensó que las mociones <strong>de</strong> agresividad, y también<br />
<strong>de</strong> odio, pertenecían a la pulsión <strong>de</strong> autoconservación,<br />
y como esta era ahora subsumida en la libido, no<br />
hacía falta suponer ninguna pulsión agresiva in<strong>de</strong>pendiente.<br />
Y ello pese a la bipolaridad <strong>de</strong> las relaciones objétales, las<br />
frecuentes mezclas <strong>de</strong> amor y odio y el complicado origen<br />
<strong>de</strong>l odio mismo. (Cf. «Pulsiones y <strong>de</strong>stinos.<strong>de</strong> pulsión»<br />
(1915c), AE, 14, págs. 132-3.) Hasta que Freud no esta-<br />
- En una nota al pie agregada en 1923, Freud introdujo las in<br />
evitables salveda<strong>de</strong>s a este juicio. Des<strong>de</strong> la época en que lo formulara<br />
«me he visto obligado —escribe— a sostener la existencia <strong>de</strong><br />
una "pulsión agresiva", pero es diferente <strong>de</strong> la <strong>de</strong> Adler. Prefiero<br />
<strong>de</strong>nominarla "pulsión <strong>de</strong> <strong>de</strong>strucción" o "<strong>de</strong> muerte"». En verdad, lo<br />
postulado por Adler había tenido más bien la índole <strong>de</strong> una pulsión<br />
ár- autoafirmación.<br />
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