VE-04 JULIO/AGOSTO 2014

–¿Sí?
Albert se alejó levemente para dar un poco de intimidad, aunque
podía escuchar con claridad.
–No, no tardo... Sí... No, con un amigo _Dijo mirándolo_. Vale, ahora
nos vemos, chao.
Guardó el móvil en el bolso.
–Lo siento, era Miguel.
Él asintió.
–Una última cosa antes de marcharte.
–Dime.
–¿Por qué estás aquí?
Se produjo un silencio lleno de intriga.
–Roberto, el novio, es el hijo mayor de Miguel, fruto de su primer
matrimonio.
–Ah, vaya, al final seremos casi familia _Añadió sonriendo.
–Bueno, la parte buena es que quizás así nos veamos más, o al menos
no tendrán que pasar 25 años para volver a hacerlo.
–Si, supongo. Bueno, deberías marcharte, a mí nunca me hiciste
esperar, ni siquiera para las malas noticias, así que él no se merece menos.
Me alegro mucho de verte, hablar contigo, saber de ti y que hayas sido
feliz, al fin y al cabo es lo que cuenta.
Nuria mostró una sonrisa débil y lo miró con gesto serio.
–Yo no he dicho que haya sido feliz, habla por ti.
Se dio media vuelta y se marchó despacio. Cuando la perdió de vista,
él comenzó a ir hacia el otro lado con gesto serio y triste.
–Yo tampoco.
Eric Grants (Málaga)
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