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de copas<br />
wine bar<br />
LOS MOVILIZADOS<br />
Cuando irrumpió MOVI con su contestataria declaración, sin duda fue<br />
una bocanada de aire fresco para una industria que permanecía algo<br />
dormida. Sin embargo, esa misma fuerza discursiva no se tradujo en<br />
el contenido de las botellas. Algunos periodistas pedían más riesgo<br />
e ir<strong>rev</strong>erencia en sus vinos. Pero, como explican sus socios, el objetivo<br />
del movimiento no es elaborar vinos naturales, ancestrales o<br />
extremos. Su propuesta es simplemente hacer vinos a escala humana,<br />
donde sus propietarios estén involucrados en toda la cadena de valor,<br />
desde la producción de uvas hasta la comercialización de sus etiquetas.<br />
Bajo este concepto, los vinos de MOVI representan toda la diversidad<br />
de orígenes y estilos chilenos a pequeña escala, presentándose<br />
al mundo a través de una puesta en escena suelta, entretenida y original,<br />
hoy dividida en tres categorías: The New Chile (vinos que provienen<br />
de las nuevas fronteras de la vitivinicultura chilena); Classic<br />
Reloaded (nuevas interpretaciones de vinos clásicos o tradicionales);<br />
Old is the New New (vinos que rescatan y proyectan nuestro valioso<br />
patrimonio de vides antiguas).<br />
THE NEW CHILE<br />
Kingston Cariblanco Sauvignon Blanc 2012<br />
Proveniente de una de las zonas más frescas de Casablanca, este Sauvignon<br />
Blanc impresiona por su gran estatura y concentración de sabores.<br />
Con elocuentes notas cítricas y tropicales, y un lado herbal que<br />
aporta complejidad y refresca el conjunto, Cariblanco seduce con su<br />
imponente estructura y acidez. Es un vino maduro, pero extremadamente<br />
fresco y profundo, elaborado con parsimonia, naturalidad y precisión.<br />
“Embotellamos tarde y salimos tarde”, dice Courtney Kingston.<br />
Peumayén 2010<br />
Con viñedos plantados en 1998 en la zona de Panquehue, junto al río<br />
Aconcagua, estos productores de uva decidieron hacer su propio vino.<br />
Un tinto jugoso y frugal, elaborado en forma absolutamente artesanal y<br />
sin presiones comerciales. No tienen enólogo. Las decisiones las toma<br />
la familia y están involucrados en todo el proceso. Si no venden el vino,<br />
se lo toman. Así de bonito.<br />
Starry Night Syrah 2011<br />
Se trata de un pequeño proyecto de la familia Atabales en el sector de<br />
María Pinto, en plena cordillera de la Costa en el valle del Maipo. Son apenas<br />
8 hectáreas de Syrah y Pinot Noir rodeadas de bosque nativo. Con<br />
una vinificación artesanal, este Syrah sorprende por la ligereza, jugosidad<br />
y excentricidad de su fruta. Maduro, incluso licoroso, pero bien hecho.<br />
Trabún 2011<br />
El enólogo Sergio Avendaño nunca trabajó en una viña. Se dedicó a la<br />
batería y a administrar los manzanos del campo familiar en Requinoa.<br />
Hasta que decidió plantar 1,6 hectáreas de Syrah y elaborar un vino que<br />
desde su primera cosecha nos asombró por su fuerza y honestidad. Notas<br />
de charcutería, fruta negra y mucha pimienta. Frescura, equilibrio y<br />
belleza. Trabún explora y logra atrapar esta cepa en su estado más puro.<br />
Polkura G+I Syrah 2010<br />
Proviene de una ladera con exposición sur en Marchigüe, donde el<br />
Syrah moldea su personalidad más fresca y extrovertida. Esta cosecha<br />
impresiona por su fuerza y complejidad aromática, fundiendo con mucha<br />
armonía sus notas de frutos negros, violetas y pimientas. Es un vino<br />
jugoso, estructurado, pero al mismo muy elegante. “Es lo mejor que he<br />
hecho en mi vida”, dice Sven Bruchfeld.<br />
Lagar de Bezana Syrah 2011<br />
Ubicado en el sector de Codegua, en el Alto Cachapoal, este proyecto<br />
de la familia Bezanilla destaca por la libertad de su equipo enológico<br />
para experimentar con distintos cepajes y estilos, profundizando en una<br />
propuesta cada vez fresca y alejada de los excesos de madera de sus<br />
inicios. En este Syrah se sienten los vientos que bajan de la cordillera,<br />
moldeando la personalidad de un vino con mucha concentración frutal<br />
y madurez, pero al mismo tiempo con una acidez punzante y redonda.<br />
Tunquén Malbec 2011<br />
Marcos Attilio y Ángela Mochi, este matrimonio de enólogos brasileros,<br />
se enamoró perdidamente de Casablanca. Allí han desarrollado durante<br />
los últimos años su pasión por la gastronomía y por un estilo de vinos<br />
delicados y punzantes. Desde El Mirador, salta este Malbec jugoso y especiado,<br />
goloso y profundamente rojo. Un vino fermentado sin apuros.<br />
Para enamorarse.<br />
CLASSIC RELOADED<br />
Clos Andino Le Carmenère 2011<br />
José Luis Martin-Bouquillard, quien trabajó en Veuve Clicquot, se unió<br />
a sus amigos Georges Blanck y Bertrand Couly para proyectar con sencillez,<br />
pero con toda la elegancia del know-how francés, la tipicidad de<br />
la fruta curicana. En este caso, un Carmenère que exhibe con mucha<br />
gracia su fruta roja, pero sin ocultar su fresco lado herbal. Un vino maduro,<br />
jugoso y profundo.<br />
Rukumilla 2009<br />
Angélica Grove y su marido Andrés Costa han convertido a Rukumilla<br />
en un proyecto familiar en el más amplio sentido de la palabra. Esta<br />
mezcla tinta, que proviene de unas pocas hectáreas en el sector de<br />
Lonquén, en el mismo corazón del Maipo, es un vino colaborativo y<br />
lo más cercano al concepto natural. Sabores de frutos rojos y tonos<br />
terrosos, cierta oxidación que aporta complejidad, en un conjunto que<br />
denota calidez y artesanía.<br />
38 ▼ Vitis Magazine l marzo/abril 2014