Primer Salón de Bodegas Cooperativas - Cooperativas Agro ...

cuestiones horizontales
Propuesta de reforma de la Ley
de Arrendamientos Rústicos
Antecedentes
A lo largo del pasado año 2003
tuvo lugar el proceso de sustitución
de la Ley 83/1980, de 31 de diciembre,
sobre arrendamientos rústicos
que, a su vez, había derogado la antigua
Ley de 1935 sobre esta materia.
Pretendía esta nueva Ley una mayor
simplificación a la vez que una importante
“liberalización” de su régimen
contractual. Tan era así que, probablemente,
quedó cerca de hacer
innecesaria la existencia de una ley
específica de arrendamientos rústicos
y haber dejado sus contenidos
remitidos al Código Civil.
En efecto, de las escasas noticias
que llegaban al sector, la idea inicial del
MAPA o, cuanto menos, de sus asesores
externos, era la de reducir el período
del contrato a un año. Finalmente,
se dejó en tres. Entre otras modificaciones,
desapareció el requisito de que
el arrendatario fuese un agricultor profesional,
se suprimió las limitaciones en
cuanto a la extensión arrendada, y también
el derecho de tanteo y retracto a
favor del arrendatario, así como el
mecanismo de adquisición preferente.
Por suprimirse, se hizo también respecto
a la publicación oficial del modelo
de contrato tipo de arrendamientos
rústicos, así como de sus juntas arbitrales.
Finalmente, con el exclusivo
apoyo del partido que secundaba al
Gobierno, se aprobaría el texto en el
Parlamento. El principal partido de la
oposición anunció, de inmediato, que
si alcanzaba el poder formularía la
correspondiente revisión de la nueva
ley.Y así está siendo. Una de las primeras
iniciativas parlamentarias del
nuevo Gobierno ha sido la de acometer
tal reforma. De hecho, a principios
de este verano empezaron a
circular los primeros borradores de
Anteproyecto.
Contenidos
Sin entrar a mayores detalles o
matices jurídicos que, normalmente,
deberán ser revisados en trámite
parlamentario, conviene destacar:
– Agricultor profesional. La
Ley 49/2003 suprimió la referencia
contenida en el artículo
14.1. de su predecesora, Ley
83/1980, respecto a que “sólo
pueden ser arrendatarios y, en
su caso, subarrendatarios de
fincas rústicas los profesionales
de la agricultura”. Dicha supresión,
dentro del Capítulo II de
la Ley, partes contratantes, ha
sido fuertemente criticada
desde las organizaciones representativas
del sector. El actual
Anteproyecto de reforma mantiene
tal supresión pero, sin
embargo, sí incluye en su artículo
9, capacidad, una definición
del agricultor profesional
a efectos de la Ley.
La mencionada exigencia de
ser profesional de la agricultura,
según se incorporó en la
Ley 83/1980, fue ya, en su
momento, problemática ante la
previsión de un posible conflicto
con el principio de libertad
de empresa contenido en el
artículo 38 de la Constitución
y con el derecho a la libre elección
de profesión u oficio
recogido en el artículo 35 del
texto constitucional.
Por otro lado, el incumplimiento
del requisito de profesionalidad
no provocaba la nulidad
del contrato, sino el derecho del
arrendador a resolverlo (artículos
17 y 76). Finalmente,
para dar fuerza al requisito, se
incorporó en el artículo 17 la
opción de que el antiguo
IRYDA hiciera requerimiento al
arrendador para que este
resolviera el contrato con el
no profesional, so pena de que
el propio IRYDA quedase facultado
para arrendar la finca.
Parece, por tanto, que la vía
seguida por la actual reforma,
de no recuperar la condición de
profesionalidad como requisito
para ser parte contratante
en los arrendamientos rústicos,
incorporando el concepto
de agricultor profesional,
podría resultar adecuada y
correcta.
Ahora bien, también hay que
recordar que en la misma Ley
83/1980, artículo 15, se determinaban
los sujetos considerados
como profesionales de la
agricultura. Y así, además de
la persona natural... que se
dedique o vaya a dedicarse de
manera preferente a actividades
de carácter agrario y se
ocupe de manera efectiva y
directa (no se citaba la expresión
personal) de la explotación,
también se incluía como
profesional de la agricultura a
las cooperativas agrarias,
sociedades agrarias de transformación
y otras formas de
asociación de agricultores. En
esta expresión quedaba incorporada
la cooperativa de
explotación comunitaria de la
tierra.
– Agricultor profesional y
Cooperativas. Al incluir en el
presente Anteproyecto, artículo
9, la mención al agricultor
profesional desde la perspectiva
de la persona física con
dedicación directa y personal a
la actividad, nada se opone a
asimilar el concepto a la coo-
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