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de la casa, caminé descalza lentamente hacia al refrigerador y armé un paquete<br />
de hielo con cubitos de hielo y una bolsa Ziploc 17 . Me atreví a mirarme al espejo<br />
del baño y gruñí. Un moretón de un fuerte púrpura y rojo floreaban desde mi<br />
ceja hasta mi pómulo.<br />
—¿Cómo pudiste dejar que esto pasara —, le pregunté a mi reflejo—<br />
¿Cómo permitiste que Marcie te golpeara<br />
Saqué las últimas dos cápsulas de Tylenol 18 del envase que se encontraba<br />
en el botiquín con espejo, me las tragué, y después me hice un ovillo en la cama.<br />
El hielo escocía la piel alrededor de mi ojo y me causaba escalofríos. Mientras<br />
esperaba a que me hiciera efecto el analgésico, batallé con la imagen mental de<br />
Marcie subiéndose al Jeep de Patch. La imagen se reproducía, se rebobinaba, y<br />
se volvía a reproducir. Di vueltas en la cama, incluso doblé la almohada sobre<br />
mi cabeza para sofocar la imagen, pero bailaba fuera de mi alcance, burlándose<br />
de mí.<br />
Lo que debió haber sido una hora después, mi cerebro se desgastó<br />
pensando en todas las ingeniosas maneras en las que me gustaría matar a<br />
Marcie y a Patch, y volví a caer dormida.<br />
Me desperté al sonido de una cerradura girando.<br />
Abrí los ojos, pero mi visión estaba confusa por el mismo blanco y negro<br />
de mala calidad de cuando soñé mi ida a Inglaterra, hace demasiados años.<br />
Traté de parpadear para despejarla y poder ver bien otra vez, pero mi mundo<br />
permaneció con el color del humo y hielo.<br />
Abajo, la puerta principal se abrió fácilmente con un crujido grave. No<br />
esperaba a mi mamá sino hasta el siguiente sábado en la mañana, lo que<br />
significaba que era alguien más. Alguien que no pertenecía acá.<br />
Lancé una mirada alrededor del cuarto en busca de algo que pudiese<br />
usar como un arma. Unos cuantos marcos pequeños estaban colocados en la<br />
mesita de noche, junto con una lámpara barata de la farmacia.<br />
Unos pasos andaban suavemente por el piso de madera del vestíbulo.<br />
Segundos después, estaban en las escaleras. El intruso no se detuvo para<br />
escuchar señales de que había sido oído. Él sabía exactamente hacia donde se<br />
dirigía. Rodando silenciosamente fuera de la cama, alcancé mis medias que<br />
estaban tiradas en el piso. Las tensé entre mis manos y presioné mi espalda en<br />
la pared junto a la puerta de mi habitación, un pegajoso sudor moldeándose<br />
sobre mi piel. Todo estaba tan silencioso que incluso podía escucharme a mí<br />
misma respirar.<br />
17<br />
Marca de bolsa hermética.<br />
18<br />
Paracetamol, medicamento analgésico.<br />
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