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— ¿Y<br />

—La raza Nefilim ya está en busca de venganza sobre los ángeles. Tal vez<br />

esto sólo es el comienzo.<br />

Patch levantó su gorra y pasó la mano por su cabello. Por la mirada en su<br />

rostro tengo la impresión de que la situación era mucho más peligrosa de lo que<br />

inicialmente me ha llevado a creer. ¿Cuán de cerca está la raza Nefilim para<br />

dominar a los ángeles caídos Seguramente no por ese Cheshvan. Patch no<br />

podía estar tranquilo que en menos de cinco meses los enjambres de ángeles<br />

caídos invadan y maten miles de seres humanos. Pero la forma en que lo dijo,<br />

hasta la mirada de sus ojos, me decían que eso era exactamente lo que pasaría.<br />

— ¿Qué estás haciendo al respecto –pregunté horrorizada.<br />

Cogió el vaso de agua que yo misma había derramado y lo dejó sobre la<br />

mesa, tomó un trago.<br />

—Me han dicho que me mantenga lejos del asunto.<br />

— ¿Por los Arcángeles<br />

—La raza Nefilim es mala. Se supone que nunca habitan la Tierra. Existen<br />

por el orgullo de los ángeles caídos. Los arcángeles no quieren tener nada que<br />

ver con ellos. No van a intervenir con lo referente a Nefilim.<br />

— ¿Y todos los seres humanos que van a morir<br />

—Los arcángeles tienen su propio plan. A veces las cosas malas tienen que<br />

suceder antes de que las cosas buenas ocurran.<br />

— ¿Plan ¿Qué plan ¿Para qué dejar morir gente inocente<br />

—Los Nefilim están caminando directamente hacia la trampa de su propio<br />

creador. Sí la gente tiene que morir para aniquilar a la raza Nefilim, lo<br />

arcángeles lo aprobaran.<br />

Los vellos de mi cuero cabelludo se erizaron. — ¿Y tú estás de acuerdo con<br />

ellos<br />

—Soy un ángel de la guarda ahora. Mi lealtad es con los arcángeles. –una<br />

llama de odio ardió en sus ojos, y por un breve momento creí que iba dirigido a<br />

mí. Como si él me culpara de lo que se había convertido. En mi defensa sentí<br />

una oleada de ira.<br />

¿Había olvidado todo lo de esa noche Habría sacrificado mi vida por él, y<br />

él me rechazo. Sí quería culpar a alguien por su circunstancia, ¡No a mí!<br />

— ¿Cuán fuertes son los Nefilim –le pregunté.<br />

—Lo suficientemente fuertes. —su voz dejo de ser preocupante para<br />

carecer de interés.<br />

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