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—Eso es lo que tú crees —dijo la Sra. Parnell— las pandillas son para los<br />

chicos de la ciudad, ¿cierto Son cucarachas que salen sólo de noche —se quedó<br />

en silencio, y creí ver que posaba su mirada sobre la silla vacía de Scott—. Los<br />

tiempos están cambiando. Hace unas semanas vi La ley y el orden sobre una<br />

nueva variedad de pandilleros suburbanos. Ellos se hacen llamar sociedades<br />

secretas, o sociedades de sangre, o cosas sin sentido, pero todas son similares.<br />

Pensé que era basura sensacionalista de Hollywood, pero el padre de Scott dijo<br />

que él está viendo cada vez más de eso. Él debe saber, siendo policía.<br />

—¿Tú esposo es policía —pregunté.<br />

—Ex-esposo, pudre su alma.<br />

Es suficiente. La voz de Scott se escuchó desde el sombrío vestíbulo, y yo di<br />

un salto. Estaba a punto de cuestionarme si él había ido al baño o si se había<br />

quedado fuera del comedor, espiando, cuando me di cuenta que no había<br />

pensado que él no habló fuerte. De hecho, estaba muy segura de que él había<br />

hablado en mis... pensamientos. No. No mis pensamientos. En los de su madre.<br />

Y que de alguna manera yo los escuché.<br />

La Sra. Parnell subió sus manos<br />

—Lo que decía no era que su alma... no estoy tomándolo tan mal, es sólo<br />

como me siento.<br />

—Dije que pararas de hablar —la voz de Scott estaba tranquila, misteriosa.<br />

Mi madre giró, como si a penas notara que Scott había entrado en el<br />

comedor. Parpadeé aturdida. No podría realmente haberle escuchado hablar en<br />

los pensamientos de su mamá. Quiero decir, Scott era humano... ¿o no lo era<br />

—¿Así es como le hablas a tu propia madre —dijo la Sra. Parnell,<br />

agitando su dedo hacia él. Pero podía decir que era más para nuestro beneficio<br />

que por algún propósito real de poner a Scott en su lugar.<br />

Su mirada fría se mantuvo en su mamá por un momento, después se retiró<br />

hacia la puerta y la azotó tras su espalda.<br />

La Sra. Parnell limpió su boca, pintado su servilleta con su labial rosa.<br />

—El lado desagradable del divorcio —dejó escapar un suspiro largo y<br />

afligido—. Scott no era temperamental. Por supuesto, puede ser que esté<br />

creciendo para ser un digno hijo de su padre. En fin, éste es un tema<br />

desagradable e inapropiado para la cena. ¿Patch lucha, Nora Apuesto que<br />

Scott podría enseñarle unas cuantas cosas.<br />

—Él juega pool —dije, sin inspiración en la voz; no tenía deseos de hablar<br />

sobre Patch. No aquí, no ahora. No cuando el mencionar su nombre obstruía mi<br />

garganta. Más que nunca, deseé haber traído mi celular a la mesa. No me sentía<br />

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