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—Vete al infierno —, escupió su amigo.<br />

Una tercera bala, su amigo rugió de dolor y el tirador habló de nuevo. —<br />

¿Dónde está ella<br />

El martilleo del corazón de Harrison le indicaba que tenía que actuar.<br />

Otros cinco segundos y podía ser demasiado tarde. Deslizó la mano al final de<br />

la espalda y sacó la pistola. Entregándose a su constante control, se dirigió<br />

hacia la puerta, se acercó al tirador de pelo oscuro por detrás. Harrison vio a su<br />

amigo más allá del tirador, pero cuando hizo contacto, la expresión de su<br />

amigo estaba llena de alarma.<br />

¡Vete!<br />

Harrison oyó la orden de su amigo tan fuerte como una campana y por un<br />

momento creyó que había gritado en voz alta, pero cuando el tirador no giró<br />

se sorprendió, Harrison se dio cuenta de lo confusamente fría que había sonado<br />

la voz de su amigo dentro de su cabeza.<br />

No, Harrison pensó en silencio con un movimiento de cabeza, su sentido<br />

de lealtad prevalecía, sobre lo que no podía entender. Este era el hombre con<br />

el que había pasado los mejores cuatro años de su vida. El hombre que le<br />

presentó a su esposa. Él no iba a dejarlo aquí, en las manos de un asesino.<br />

Harrison apretó el gatillo. Oyó el ensordecedor disparo y espero a que el<br />

tirador cayera. Harrison se encontraba realmente asustado. Tenía miedo del<br />

joven delante de él, pistola en mano.<br />

Miedo de la muerte, miedo de qué sería de su familia.<br />

Sintió los disparos rasgar a través de él con un fuego abrasador que<br />

parecía romperse en mil pedazos. Se dejó caer de rodillas. Vio el rostro de su<br />

esposa a través de su visión borrosa, seguido del de su hija. Abrió la boca, con<br />

sus nombres en los labios y trató de decir lo mucho que las amaba antes de que<br />

fuera demasiado tarde.<br />

El joven tenía las manos sobre Harrison ahora, lo arrastró hacia el<br />

callejón en la parte trasera de la casa. Harrison podía sentir la conciencia<br />

dejándolo mientras luchaba por conseguir sus pies debajo de él. Él no podía<br />

dejar a su hija. No había nadie quien la protegiera. Este tirador de pelo negro<br />

la buscaría y si su amigo tenía razón la mataría.<br />

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