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–¿Cómo está la competencia –dije casi susurrando, mientras veía a los<br />

otros jugadores reunirse en las mesas de alrededor. Dos de cada tres estaban<br />

fumando. Tres de cada tres tenían tatuajes de cuchillos, pistolas y otras armas<br />

subiendo por sus brazos. Cualquier otra noche hubiera estado aterrada, o al<br />

menos incómoda, pero Patch seguía en la esquina. Mientras él estuviera aquí,<br />

estaba a salvo.<br />

Scott resoplo.<br />

–Estos tipos son novatos, podría vencerlos en mi peor día, la verdadera<br />

competencia se encuentra allá– dirigió su mirada hacia un corredor que<br />

separaba el área principal. El pasillo era estrecho y oscuro y se dirigía hacia una<br />

habitación que tenia una luz naranja. Una cortina de cuentas colgaba sobre el<br />

marco de la puerta. Una mesa de billar tallada que se encontraba justo en la<br />

entrada.<br />

–Allá atrás podría ganar en un juego lo que gano aquí en quince juegos.<br />

Por el rabillo del ojo vi a Patch dirigir su mirada hacia mí, pretendí no<br />

notarlo, llevé mi mano a mi bolsillo y me acerqué un paso a Scott.<br />

–Necesitas cien para el próximo juego ¿verdad Aquí hay… cincuenta –,<br />

dije mientras rápidamente contaba los dos billetes de veinte y el de diez que<br />

Patch me había dado. No era fanática de las apuestas, pero quería probarle a<br />

Patch que Z no iba a comerme viva y escupir mis restos. Podía encajar. O al<br />

menos no ser relegada. Y si parecía que coqueteaba con Scott en el proceso, que<br />

así sea. Púdrete, pensé atreves de la habitación, aun sabiendo que Patch no<br />

podía escucharme. Scott pasó su mirada entre el dinero y yo – ¿Es una broma<br />

–Si ganas dividiremos el total – Scott miró el dinero con una codicia que<br />

me tomó desprevenida, él necesitaba el dinero. Él no estaba en Z esta noche por<br />

el entretenimiento. Apostar era una adicción.<br />

Tomó el dinero y corrió hacia el hombre bajo con el chaleco, cuyo lápiz<br />

estaba escribiendo furiosamente números y balances para los jugadores.<br />

Di un vistazo a Patch para ver su reacción sobre lo que acababa de hacer,<br />

pero sus ojos estaban concentrados en el juego de póker y su expresión era<br />

indescriptible.<br />

El hombre del chaleco contó el dinero de Scott, alineándolos hábilmente<br />

para que todos estuvieran hacia el mismo lado, cuando terminó le dio una<br />

sonrisa forzada a Scott. Al parecer estábamos dentro.<br />

Scott regresó y puso tiza a su taco.<br />

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