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Intente con la puerta una vez más, empujándola con toda mi fuerza, que<br />

no era mucha, mis músculos parecían mantequilla caliente a punto de fundirse<br />

cuando intentaba ejercitarlos. La cuerda estaba fuertemente atada entre las dos<br />

perillas, puede mover la puerta del laboratorio tan solo cinco pulgadas desde el<br />

umbral. Lo que no era ni siquiera útil para pasar.<br />

―¿Hay alguien allí ―grité por la hendidura de la puerta―. ¡Estoy<br />

atrapada en el tercer piso!<br />

La biblioteca me respondió con silencio.<br />

Mis ojos se habían adaptado a la oscuridad ahora, y logre dar con el reloj<br />

de la pared. ¿Once ¿Sería correcto ¿Estuve dormida por más de dos horas<br />

Saque mi celular, pero no tenia señal. Trate de conectarme a Internet pero<br />

este repetidamente me informaba que no habían redes disponibles.<br />

Mirando frenéticamente alrededor del laboratorio multimedia, arrastre<br />

mis ojos sobre cualquier objeto, buscando algo que pudiera usar para salir.<br />

Computadores, sillas giratorias, documentos en las gavetas… nada me servía.<br />

Me arrodille junto a la rendija de la ventilación y grite.<br />

―¿Puede alguien oírme ¡Estoy atrapada en el laboratorio multimedia del<br />

tercer piso! ―espere atenta a oír una respuesta. Mi única esperanza era que aun<br />

quedara alguna bibliotecaria, terminando algún trabajo de último minuto antes<br />

de irse. Pero era una hora cercana a la medianoche y sabia que las<br />

probabilidades estaban en mi contra.<br />

En la biblioteca principal, los engranajes resonaban por el movimiento de<br />

la jaula del ascensor al final del hall que se levanto del suelo. Dirigí mi cabeza<br />

hacia el sonido.<br />

Una vez, cuando tenía cuatro o cinco, mi papá me llevo al parque para<br />

enseñarme a andar en bicicleta sin las rueditas de entrenamiento. Para el final<br />

de la tarde, podía andar alrededor de todo el camino de un tercio de milla sin<br />

ayuda. Mi papá me dio un gran abrazo y me dijo que ya era tiempo de volver a<br />

casa y mostrarle a mi mamá lo que había logrado, le pedí dar dos vueltas más y<br />

acordarnos una. A mitad de camino, perdí el equilibrio y caí. Mientras me<br />

levantaba, vi un enorme perro marrón no muy lejos de allí. Me estaba mirando.<br />

En ese momento, mientras nos estábamos mirando, escuche a una voz susurrar,<br />

No te muevas. Trague saliva y contuve la respiración, incluso cuando lo único<br />

que querían mis piernas era correr tan rápido como pudieran hacia la<br />

protección de mi papá.<br />

Las orejas del perro se alzaron y avanzo hacia mí corriendo de manera<br />

agresiva. Temblé de miedo pero mantuve mis pies firmes. Entre más cerca<br />

estaba el perro, más ganas sentía de correr, pero sabía que en el momento en<br />

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