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—Ellos podrían acabar con los ángeles caídos tan<br />

Cheshvan puede, ¿verdad<br />

Él asintió con la cabeza.<br />

rápido como ese<br />

Me abracé a mí misma para protegerme del frío repentino, pero era más<br />

psicológico que físico. —Hay que hacer algo.<br />

Él cerró los ojos.<br />

—Sí los ángeles caídos no pueden someter Nefilim, van a pasar a los<br />

humanos. –dije, tratando de no quebrantarme por su actitud de no entrometerse<br />

y llegar a su conciencia. —Eso es lo que dices. Decenas de miles de seres<br />

humanos. Tal vez Vee. Mi mamá. Tal vez yo.<br />

Todavía nada.<br />

— ¿No te importa<br />

Sus ojos se movieron a su reloj, y se alejo de la mesa. —No quiero salir<br />

corriendo de aquí cuando tenemos asuntos pendientes, pero llegare tarde. –la<br />

llave de repuesto del Jeep estaba a un costado de un plato y la guardo. —<br />

Gracias por la llave.<br />

—Voy a añadir eso a tu lista.<br />

Me plante entre él y la puerta. — ¿Mi lista<br />

—Lo que paso en tu casa, en el techo de Marcie y ahora te dejo usar mi<br />

Jeep. Yo no doy favores gratis.<br />

Estoy bastante segura que no estaba bromeando. De hecho, estoy segura<br />

de que es enserio.<br />

—Podemos solucionarlo para que me pagues por cada favor, pero pensé<br />

que una lista sería más fácil. –su sonrisa se curvaba burlona. Era una sonrisa<br />

clase idiota – engreído.<br />

Estreché los ojos. —En realidad estás disfrutando de esto, ¿No<br />

—Un día de estos voy a venir a cobrarme esos favores, y entonces<br />

realmente estaré disfrutando.<br />

—Tú no me prestaste el Jeep. –argumenté. —Lo robé. Y no fue un favor, lo<br />

confisque.<br />

Él dio una segunda mirada a su reloj. —Vamos a tener que terminar esto<br />

más tarde. Tengo que correr.<br />

—Así es. –le espeté. —Una película con Marcie. Ve a divertirte mientras<br />

mi mundo pende de un hilo. –me dije a mi misma que quería que se fuera. Se<br />

merece a Marcie. No me importaba. Estuve tentada de arrojarle algo, pensé en<br />

golpear la puerta o su espalda. Pero yo no iba a dejarlo ir sin hacerle la pregunta<br />

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