Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
escribir y poco después llamaba al diario Página 12, de Buenos Aires,<br />
del que era corresponsal en México, para anunciarles que tenía “una<br />
verdadera bomba”.<br />
La “bomba” explotó en la primera página del matutino porteño<br />
en la mañana del viernes 4 de diciembre, bajo el título «Teléfono<br />
abierto con el Frente Patriótico», pero la onda expansiva traspuso las<br />
fronteras y siguió vibrando durante varios días.<br />
Ese mismo viernes, Bonasso recibió un llamado de Ernesto<br />
Tieffemberg, jefe de redacción de Página 12, anunciándole exultante<br />
que su material había “armado un gran quilombo” y pidiéndole, “lo<br />
antes que puedas”, el relato que recién pudieron reunir los autores de<br />
este libro varios meses después.<br />
El teléfono siguió sonando. El siguiente interesado en conocer<br />
los pormenores del periplo de Carreño fue Alceu Nader, jefe de la sección<br />
internacional de la revista Veja, de Brasil.<br />
Un rato más tarde, apareció en escena Ivani Vassoler, corresponsal<br />
en México de O Estado de Sao Paulo, para entrevistar al periodista<br />
que había tenido la rara fortuna de estar vinculado a la noticia<br />
antes de que se produjera.<br />
Ivani, curiosamente, también jugaba un papel en la historia,<br />
porque Bonasso le había comentado -parcialmente y con grandes pedidos<br />
de discreción- los misteriosos llamados que había recibido de Brasil,<br />
en la noche misma del martes primero de diciembre. Ella le había<br />
proporcionado -creyendo que se trataba de un chileno perseguido por<br />
la CNI- las direcciones y teléfonos del diario, el Arzobispado de Sao<br />
Paulo y el ACNUR.<br />
El sábado 5, la entrevista apareció en O Estado, junto con<br />
otros materiales que integraban una plana entera dedicada a «O caso<br />
Carreño». Allí estaba, completa, la crónica que Bonasso había enviado<br />
a Página 12, bajo el título «Testemunha privilegiada» («Testigo privilegiado»).<br />
También venía un breve diálogo con Newton Carlos, a quien<br />
Bonasso no había identificado en su reportaje. Astutos, los informadores<br />
de O Estado habían logrado descubrir quién era “el periodista<br />
brasileño amigo” del que hablaba el corresponsal argentino.<br />
Newton Carlos, tras reírse y exclamar que “isso e inteiramente<br />
maluco” (eso es una locura), admitió haber recibido el llamado de<br />
Bonasso pero aseguró que en ningún momento se había hablado de<br />
Carreño, lo cual era cierto. También quiso tomar distancia del colega<br />
que le había pedido ayuda: