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su familia ni su abogado sabían de su paradero. Tampoco sabía Galiano<br />
bajo qué cargos había sido arrestada, o cuál era su situación procesal,<br />
y por tanto sólo había podido hacer gestiones informales ante la justicia.<br />
La buscaron por todas partes, y el abogado denunció su calidad de<br />
detenida-desaparecida.<br />
El 6 de noviembre, Galiano entró en la antesala del 12 Juzgado<br />
del Crimen con una foto de ella en la mano, y logró que un testigo<br />
confirmara la detención. Ese mismo día, el Prefecto de Investigaciones,<br />
Luis Jiménez Albornoz, reconoció que la joven se encontraba en sus<br />
dependencias, e hizo un comunicado a través de la prensa: “Fue detenida<br />
por la CNI, se encuentra en Investigaciones y a disposición de la<br />
Fiscalía Militar”. Galiano logró confirmar que su arresto estaba relacionado<br />
con una causa sobre la que había “prohibición de informar”: el<br />
secuestro del teniente coronel Carlos Carreño.<br />
El 10 de noviembre, a las tres de la mañana, Karin Eitel fue<br />
trasladada a la Cárcel de Hombres de San Miguel, donde la incomunicaron.<br />
Ese mismo día la llevaron, por primera vez, a declarar ante la<br />
fiscalía ad hoc. El fiscal militar Carlos Donoso Benedetti reemplazaba<br />
temporalmente en su cargo al coronel Fernando Torres, quien tenía feriado<br />
legal por estar en luna de miel. La tomó bajo su cuidado el Grupo<br />
de Operaciones Tácticas, de Investigaciones. La llevaron encapuchada<br />
hasta una oficina donde un hombre, visiblemente alterado, la amenazó<br />
con pegarle si no colaboraba. Ella no respondió nada y esperó la bofetada.<br />
Una y otra vez la sacaban, la paseaban y la metían nuevamente a<br />
la fiscalía, hasta que la recibió el capitán Carlos Donoso, y permaneció<br />
un tiempo con ella.<br />
A la salida de la entrevista, el fiscal militar encargado declaraba<br />
con aire triunfal:<br />
-Ella ha estado hablando en este tribunal y volverá a ser citada<br />
hasta determinar totalmente su responsabilidad en determinados hechos.<br />
Con lo que ya ha dicho, tenemos mucho más de lo que ya había.<br />
Entre tanto, Karin Eitel, todavía incomunicada por orden de<br />
la fiscalía castrense, era devuelta a la prisión de San Miguel. La llevaron<br />
al cuarto piso de la torre central, la hicieron atravesar un pasillo<br />
con cuatro celdas y la encerraron en una de ellas. Era tan estrecha que<br />
impedía el desplazamiento, y no tenía luz ni ventilación. Se tendió a<br />
oscuras en una deshecha cama metálica -el único objeto que había en la<br />
celda- y escuchó. Desde lejos le llegaban los ruidos de la prisión: gritos