Ver libro completo - Universidad EAFIT
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Estudios Científicos del doctor Andrés Posada<br />
Si entre el Sol y nosotros hubiera algún medio conductor<br />
de los sonidos, oiríamos aquí los ruidos que allá se produjeran,<br />
al cabo de 5.020 días, es decir, trece años y nueve meses después de<br />
ocasionados. La luz tarda en venirnos desde él 8 minutos y 16<br />
segundos, por lo que, si pudiéramos ver la fogonada de un cañón,<br />
sería más de medio cuarto de hora después de disparado.<br />
El radio del Sol es casi el doble de la distancia de la Tierra a<br />
la Luna, de manera que si se pudieran poner el centro de nuestro<br />
planeta en coincidencia con el del Sol, la superficie de este último<br />
astro iría mucho más allá de donde quedara la Luna; esta seguiría<br />
girando dentro de la masa de aquel.<br />
Sería difícil, sin el trazo de figuras y sin entrar, además, en<br />
largas explicaciones, hacer formar idea de la manera como han<br />
llegado los astrónomos a determinar con precisión la distancia a<br />
que se hallan los cuerpos celestes, y a averiguar las dimensiones,<br />
peso y densidad de cada uno de ellos; baste advertir que tales<br />
números son el resultado de delicadas y prolijas observaciones y<br />
de escrupulosos y exactos cálculos.<br />
El Sol está fijo en el espacio 34 : si él tuviera qué voltear al<br />
rededor de la Tierra en 24 horas, en vez de ser esta la que giraba<br />
sobre su eje, necesitaría moverse con una velocidad de 2.211<br />
leguas por segundo; y las estrellas, que estan mucho más distantes,<br />
andarían, con una rapidez inconcebible.<br />
El Sol gira sin cesar sobre su eje, completando una vuelta en<br />
veinticinco días, lo que se reconoce por ciertas manchas negras que<br />
se notan en él al observarlo con el telescopio, las cuales aparecen por<br />
el borde oriental, atraviesan su disco, desaparecen por el occidental<br />
y reaparecen periódicamente, empleando en su movimiento el<br />
número de días indicado. Para observarlas sin fatiga para la vista,<br />
se le pone al instrumento un vidrio ennegrecido, que amortigüe<br />
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Bien podemos prescindir aquí, para mayor claridad en nuestras explicaciones, de<br />
cierto movimiento general, lentísimo y casi imperceptible, que lleva nuestro sistema<br />
planetario, en conjunto, hacia la constelación de Hércules.<br />
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