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*<br />
Estudios Científicos del doctor Andrés Posada<br />
puntos de contacto, si no de identidad, tienen con los bólidos,<br />
serían inexplicables por medio de la Luna, con especialidad las<br />
que aparecen periódicamente y en trayectorias paralelas. Todo<br />
tiende a hacer creer que nuestro satélite es absolutamente extraño<br />
a estos fenómenos.<br />
El calendario<br />
h<br />
Artículo Último<br />
Escribir una historia detallada de las diversas maneras de<br />
computar el tiempo, puestas en uso desde las épocas más remotas<br />
hasta hoy, sería tarea para muchos y muy extensos artículos.<br />
Encerrándonos en los límites restringidos que nos hemos<br />
impuesto, nos reduciremos, al presente, a consignar aquí las<br />
nociones principales del Calendario, tal como se usa actualmente<br />
en el mundo católico.<br />
Los fenómenos astronómicos han sido siempre la base de<br />
las principales divisiones cronológicas. Así es que el movimiento<br />
de rotación de la Tierra sugirió, desde luego, la idea del día,<br />
subdividido arbitrariamente en 24 horas, cada hora en 60<br />
minutos, estos en 60 segundos etc. La traslación de este planeta,<br />
o su movimiento alrededor del Sol, sirvió para establecer el año,<br />
computado en 365 días, y usado así desde tiempo de los antiguos<br />
egipcios. Pero como la Tierra emplea cerca de 365 días y 6 horas<br />
para recorrer su órbita, queda el año civil un poco más corto que el<br />
período astronómico, y al cabo de 4 años la diferencia es de todo<br />
un día, porque 4 veces 6 horas hacen 24. Para hacer corresponder,<br />
pues, el año con el movimiento aparente del Sol, se hizo preciso<br />
agregar cada 4 años un día más, para lo cual se eligió el mes de<br />
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