* Estudios Científicos del doctor Andrés Posada domingo antes de Pascua es el de Ramos; el domingo anterior, el de Pasión; el que precede, el de Loetare; el anterior, el de Oculi; el que antecede, el de Reminiscere; el anterior a este, el de Cuadragésima; el miércoles que le antecede, que dista 46 días de la Pascua; es el de Ceniza o principio de Cuaresma; el domingo anterior es Qincuagésima; el que precede, Sexagésima, y Septuagésima el anterior, nono antes de Pascua. El domingo que sigue a la Pascua es el de Cuasimodo; el jueves, 40 días después de Pascua, es la Ascensión, y los tres días anteriores son las Letanías, el domingo, 10 días después de la Ascension, es Pentecostés; el domingo siguiente es la Trinidad, y el jueves que sigue, es el Corpus-Christi. Los 4 domingos que preceden al 25 de diciembre, son los de Adviento. Las CuatroTémporas, que son tres días de ayuno en miércoles, viernes y sábado de una misma semana, al principio de cada estación, comienzan en el miércoles inmediatamente posterior al de Ceniza, al día de Pentecostés, al 14 de septiembre y al 13 de diciembre. Para la determinación del plenilunio que sirve de punto de partida para fijar la Pascua, es preciso tener presente que la Iglesia lo supone siempre acaecido trece días, y no quince, después de la conjunción. En los antiguos almanaques no se omitía nunca el indicar el carácter y costumbres que tendrían los niños según el signo del Zodiaco bajo el cual nacieran. Hoy día sería inútil detenerse en combatir semejantes absurdas preocupaciones: el buen sentido de la época las ha rechazado. El carácter de los individuos depende, sobre todo, de la organización cerebral que heredan de sus padres, y de la profunda modificación que les imprime la buena o mala educación que ellos les den, sin que tenga que ver en eso el que el Sol, observado desde la Tierra, aparente hallarse en tal o cual constelación, ni el que tal o cual planeta, apenas perceptible por su distancia, se encuentre en ese instante sobre el horizonte, o haya de salir unas horas después. Nuestra existencia no está sujeta a tan ciegas influencias. * 79
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