Anuario 2011 - Jesuitas del Perú

EDUCACIÓN - Jesuitas del Perú
Archivo Colegio de La Inmaculada
espacio podía, ya fueran reuniones
comunitarias, Eucaristías, Ejercicios
Espirituales o Asambleas.
Él no era una persona que mostrase
con frecuencia o facilidad sus
sentimientos más primarios. Más
bien, era fácil verlo a veces triste por
algo o sentido por alguna situación.
Pero cómo nos impresionó verlo
llorar en el entierro del hermano de
alguien que había tenido síndrome
de Down, tanto que parecía que
había fallecido su propio hermano
o su madre. “Sólo resisten hasta el
final los valientes”… “síganme los
buenos”… No es literal, pero frases
como esas se escuchaban de los
labios de Ángel cuando se trataba
de evitar que se quedara la comida
o de repetir el plato y tener poca
vergüenza de hacerlo. Era cosa de
“caballeros” evitar que se pudieran
desperdiciar los alimentos. Se
encargaba de poner el sentido de
Estuvo algunos años como Rector del Colegio de La Inmaculada. realidad en las cosas que se hacía
o en lo que se proponía. Ayudaba
Contrastaba ello con su actitud personal más a circunscribir mejor los sueños y a delinear
bien tímida y reservada, pese a que le gustaba los caminos y medios que podían hacerlos
gozar de las bromas y las festejaba riéndose realidad, o a veces, simplemente desecharlos.
de modo estrepitoso. El discernimiento era
para él uno de los componentes clave para la El soñar con los pies bien puestos en la tierra
formación ignaciana, e insistía en él en cuanto le era muy propio y también nos lo trasmitía.
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