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PALABRAS GRIEGAS DEL NUEVO TESTAMENTO - vidayverdad.net

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11(VIII) El amor de Dios es inseparable (Ro. 8:39). Por la naturaleza de las cosas, el amor humano está llamadoa terminarse, al menos por un tiempo, pero el amor de Dios perdura sobre todos los azares, cambios y amenazasde la vida.(IX) El amor de Dios es recompensador (Stg. 1:12; 2:5). En esta vida, es algo precioso, y sus promesas parala vida venidera son todavía más grandes.(X) El amor de Dios es disciplinario (He. 12:6). El amor de Dios sabe que la disciplina es una parte esencialdel amor.El NT también tiene mucho que decir sobre cómo debe ser el amor del hombre a Dios.(I) Debe ser amor exclusivo (Mt. 6:24; Lc. 16:13). Solamente hay lugar para una lealtad en la vida cristiana.(II) Es un amor cimentado en la gratitud (Lc. 7:42, 47). Las dádivas del amor de Dios piden a cambio todo elamor de nuestros corazones.(III) Es un amor obediente. Repetidamente, el NT determina que la única forma de probar que amamos aDios es obedeciéndole incondicionalmente (Jn. 14:15, 21, 23, 24; 13:35; 15:10; 1 Jn. 2:5; 5:2, 3; 2 Jn. 6). Laobediencia es la demostración definitiva del amor.(IV) Es un amor extrovertido. Demostramos que amamos a Dios por el hecho de que amamos y ayudamos anuestro prójimo (1 Jn. 4:12, 20; 3:14; 2:10). Negar nuestra ayuda a los hombres es tanto como probar que es falsoel que haya amor de Dios en nosotros (1 Jn. 3:17).[página 21] Obediencia a Dios y amable ayuda a los hombres son las dos evidencias que patentizan nuestroamor.Veamos ahora la otra cara de la moneda: el amor del hombre por el hombre.(I) El amor debe ser la mismísima atmósfera de la vida cristiana (1 Co. 16:14; Col. 1:4; 1 Ts. 1:3; 3:6; 2 Ts.1:3; Ef. 5:2; Ap. 2:19). El amor es el emblema de la comunidad cristiana. Una iglesia en la que haya amargura ycontienda puede llamarse iglesia de los hombres, pero no de Cristo. Las luchas intestinas han enrarecido la atmósferade su vida espiritual y la han asfixiado. Ha perdido el emblema de la vida cristiana y ya no es reconociblecomo la tal iglesia.(II) La iglesia se edifica en amor (Ef. 4:16). El amor es el fundamento que la sostiene; el clima en el que puedecrecer; el alimento que la nutre.(III) La fuerza motriz del líder cristiano debe ser el amor (2 Co. 11:11; 12:15; 2:4; 1 Ti. 4:12; 2 Ti. 3:10; 2 Jn.1; 3 Jn. 1). No debe haber lugar en la iglesia para el hombre que sirve por razones de prestigio, de preeminenciay de poder. El móvil del líder cristiano debe ser únicamente amar y servir a su prójimo.(IV) Al mismo tiempo, la actitud del cristiano hacia sus líderes debe estar promovida por el amor (1 Ts.5:13). Demasiado a menudo, esa actitud es de criticismo, descontento e incluso de resentimiento. El vínculo queuna a los que militan en el ejército cristiano ha de ser el amor.El amor cristiano se va ensanchando en círculos cada vez más amplios.(I) El amor cristiano empieza en el hogar (Ef. 5:25, 28, 33). No debemos olvidar que la familia cristiana esuno de los mejores testigos de Cristo en el mundo. El amor cristiano empieza en el hogar. El hombre que ha fracasadoen hacer de su propia familia el centro del amor cristiano, tiene poco derecho a ejercer autoridad en laotra familia más numerosa que es la iglesia.(II) El amor cristiano debe ser percibido por los ajenos a la congregación (1 P. 2:17). La atónita expresión delos paganos en los primeros días del cristianismo era: “¡Mirad cómo se aman los cristianos!” Uno de los obstáculosmás grandes con que tropieza la iglesia moderna—bajo el punto de vista del testimonio—es que al espectadordebe aparecérsele como un conjunto de personas enzarzadas en disputas por verdaderas fruslerías. Una iglesiatotalmente sumida en la paz del mutuo amor es un fenómeno raro. Ahora bien, para lograr esa paz no es precisoque sus miembros piensen de idéntica forma ni que estén de acuerdo en todo; basta con que, aun difiriendo, puedantodavía seguir amándose.[página 22] (III) El amor cristiano alcanza a nuestro prójimo (Mt. 19:19; 22:39 cf. Mr. 12:31 y Lc. 10:27;Ro. 13:9; Gá. 5:14; Stg. 2:8). Nuestro prójimo es, simplemente, todo aquel que esté necesitado. Como el poetaromano dijo: “No considero extraño a ningún ser humano.” Como es sabido, muchas más personas han sido traídasa la iglesia por la bondad del amor cristiano que por todos los argumentos teológicos habidos y por haber.Asimismo, muchas más personas han abandonado las iglesias—o han sido echadas—por la dureza y deformidaddel mal llamado cristianismo que por todas las dudas del mundo.(IV) El amor cristiano alcanza a nuestros enemigos (Lc. 6:27; cf. Mt. 5:44). Hemos visto que amor cristianosignifica benevolencia insuperable y bondad invencible. El cristiano, olvidando lo que un hombre le haga, nuncacesará de procurar lo mejor para ese hombre. Aunque sea insultado, injuriado, injustamente agraviado y calum-

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