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PALABRAS GRIEGAS DEL NUEVO TESTAMENTO - vidayverdad.net

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13(II) El amor al prestigio personal es un amor mal dirigido. Los escribas y fariseos amaban los principalesasientos en las sinagogas y las alabanzas de los demás (Lc. 11:43; Jn. 12:43). La pregunta de un hombre debesiempre ser: “¿Qué piensa Dios de mi conducta?” Y, no: “¿Qué piensan los hombres de mi conducta?”(III) El amor a las tinieblas y el miedo a la luz es la inevitable consecuencia del pecado (Jn. 3:19). Tan prontoun hombre peca, tiene algo que ocultar; y, entonces, ama las tinieblas. Ahora bien, las tinieblas pueden ocultarlode los hombres, pero no de Dios.Así, después de todo, vemos, sin la menor sombra de duda, que la vida cristiana es edificada sobre dos pilaresgemelos: el amor a Dios y el amor al prójimo.AGGAREUEIN 29(ἀγγαρεύω)LA PALABRA DE UN PAIS OCUPADOHay palabras que incluyen en su historia el relato del triunfo o de la tragedia de una nación; aggareuein esuna de ellas. Se usa tres veces en el NT con el significado de obligar. Es la palabra utilizada en Mt. 5:41, dondeJesús habla de ir dos millas aun siendo obligados a ir una. También se usa en Mt. 27:32 y en Mr. 15:21 con referenciaa Simón de Cirene, esto es, cuando fue obligado a llevar la cruz de Jesús al Calvario.Esta palabra proviene del substantivo persa aggaros, que significa “correo”, y llegó a ser naturalizada engriego con el mismo sentido que la palabra italiana estafette lo ha sido, hasta cierto punto, en inglés, es decir, conel sentido de “correo militar” o “mensajero expreso”. Herodoto lo describe en la forma siguiente: “Nadie viajatan rápidamente como los mensajeros persas. Todo el plan es invención suya [página 25] y, el método, comosigue: a lo largo del trayecto previsto, hay (dicen) tantos ji<strong>net</strong>es estacionados como días exija el viaje, a razón deji<strong>net</strong>e por día, y, para estos hombres, ni la nieve, ni la lluvia, ni el calor, ni la oscuridad de la noche, es obstáculopara cubrir en el tiempo acordado la jornada asignada. El primer correo entrega su despacho al segundo, éste altercero, etcétera, y así va pasando de mano en mano a lo largo de toda la línea, como la lumbre en la carrera de laantorcha … Los persas dan a este correo a caballo el nombre de aggareion” (Herodoto 8.98). Jenofonte tiene unadescripción todavía más expresiva (Ciropedia 8.6.17). Dice que Ciro, buscando la forma de estar al corriente dela marcha de su vasto imperio, hizo experimentos y averiguó la distancia que un ji<strong>net</strong>e podría cubrir en un día sinsufrir percance alguno; y, así, dispuso sus estaciones. En cada una de ellas, había un oficial para cuidar de latransferencia de las cartas y del cambio de caballos. Este servicio expreso era permanente, y “no se puede negar—diceJenofonte—que es el servicio por tierra más rápido del mundo”. Esquilo, en su obra Agamenón, refierecómo llegaron a Grecia las noticias de la conquista de Troya. El coro a duras penas creerá a Clitemnestra que lainformación hubiera podido recibirse con tanta rapidez, cuando ella cuenta que dichas noticias fueron transmitidascon una antorcha desde el Ida a Lemnos, y desde el Atos al Olimpo, por lo que llama “el correo de fuego”(aggarou puros). En aquel entonces, la ley determinaba que cualquiera podía ser obligado a suministrar un caballoo a hacer de guía para que el servicio no se interrumpiera, de ahí que aggareuein viniera a significar “reclutamientoforzoso de alguien para un servicio”; forzar a alguien a servir, le gustara o no. En un país ocupado, estoera algo serio y grave. Cualquiera podía ser compelido a llevar el bagaje del ejército a una cierta distancia; cualquierapodía ser obligado a ejecutar lo que los ocupadores le impusieran, como fue el caso de Simón de Cirene.Semejantes atropellos eran una de las más amargas y constantes humillaciones que las naciones subyugadas teníanque soportar. Epicteto (4.1.79) explica cómo un hombre debía someterse a cualquier cosa que los dioses leimpusieran. Ni siquiera podían pedir salud si los dioses deseaban quitársela. “Tú dispones de tu cuerpo, como deun vil asno con las aguaderas puestas, hasta donde se te permita, hasta donde sea posible. Pero si hubiera un actode requisa (aggareia) y un soldado lo cogiera, déjalo. No te resistas ni murmures, pues, si lo hicieras, serías primeramenteapaleado y, al final, perderías el asno.” Un hombre no tenía apelación cuando era víctima de unahumillación así.Hasta qué punto la situación era degradante, y hasta qué punto se abusaba de la aggareia, puede verse en lasregulaciones que los gobernantes tuvieron que hacer para refrenar el ejercicio de ella. [página 26] Cuando, entiempo de Jonatán Macabeo, Demetrio de Siria intentaba seducir a los judíos, Josefo, en su obra Antigüedades(13.2.3), dice que prometió suprimir muchos impuestos como el de la sal y el de capitación, y “también ordenóque las bestias de los judíos no sean requisadas (aggareuein) para nuestro servicio”. Los papiros nos demuestranque, en Egipto, los ganados y las barcas eran regularmente requisados. Ptolomeo Euergetes II y la reina decreta-

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