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PALABRAS GRIEGAS DEL NUEVO TESTAMENTO - vidayverdad.net

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49estas palabras no tenían, ¡ni mucho menos!, un significado tan importante como en el griego del NT. En el griegoclásico, hamartia expresa básicamente la idea de “yerro”. Hamartanein empezó significando “errar el blanco”,como, por ejemplo, cuando se dispara una flecha, que no acierta. Se puede usar respecto de haber equivocadouna carretera, de habernos fallado un plan, de habérsenos frustrado una esperanza o un propósito. En el griegoclásico, pues, estos vocablos están siempre conectados con alguna clase de fallo negativo, más bien que con algúntipo de transgresión positiva, pero en el NT describen algo mucho más serio.Hay que tener en cuenta que, en el NT, hamartia no describe un acto definido de pecado, sino el estado depecado, del cual dimanan las acciones pecaminosas. De hecho, en Pablo el pecado está tan a punto de personalizarse,que podría escribirse con inicial mayúscula y pensarse que fuera un poder personal y maligno que tiene alhombre en sus garras.Veamos lo que enseña el NT sobre hamartia.(I) Hamartia, “pecado”, es “universal” (Ro. 3:23; 7:14; Gá. 3:22; 1 Jn. 1:8). El pecado no es como una deesas enfermedades que algunos hombres contraen y otros no. Es algo en lo que todo ser humano está envuelto yde lo que todo ser humano es culpable. El pecado no es una simple erupción esporádica, sino el estado, la condición,universal del hombre.[página 92] (II) Hamartia, “pecado”, es “un poder que somete al hombre”. Las palabras que se usan para expresaresta idea son muy interesantes y significativas: el hombre está huph’ hamartian, i.e., “bajo pecado”. Peroesta preposición, hupo, en caso acusativo, como aquí, se utiliza para significar “dependiente de”, “en sujeción a”,“bajo el control de”. Un menor de edad, por ejemplo, está “bajo su padre”; un ejército está “bajo su comandante”;así, nosotros estamos “bajo pecado”, “en poder del pecado”, “controlados por el pecado” (Gá. 3:22; Ro. 3:9).Por tanto, hay ciertas palabras que se asocian a la idea de pecado. Del pecado se dice que “reina (basileuein) sobreel hombre” (Ro. 5:21).Basileus es la palabra griega que significa “rey”. El pecado gobierna a los hombres, “se enseñorea de nosotros”(kurieuein) (Ro. 6:14). Kurios es la palabra griega que significa “señor”, y connota absoluta “posesión” y“dominio”. Del pecado se dice que “nos tiene cautivos” (aichmalotizein) (Ro. 7:23). La palabra es la misma quese usa respecto de hacer a uno prisionero de guerra. Se dice que el pecado “mora en el hombre” (oikein, enoikein)(Ro. 7:17, 20). El hombre está tan cogido por el pecado, que éste no se nos presenta como un mero poderexterno que ejerza su soberanía sobre el individuo, sino como algo que se ha introducido en las mismas fibras, enel centro y corazón del ser del hombre, hasta ocuparlo, como un enemigo ocupa un país. El resultado es que“somos esclavos del pecado” (doulos, douleuein) (Jn. 8:34; Ro. 6:17, 20; Ro. 6:6). Debe recordarse que el poderdel amo sobre el esclavo era absoluto. No había parte de la vida, ni momento, ni actividad, que fuera propiedadpersonal del esclavo. Pertenecía a su amo en la forma más absoluta. Así, el hombre está totalmente bajo el dominiodel pecado. Pablo explica, como ningún otro, la relación que hay entre “ley” y “pecado”, entre nomos yhamartia.(I) La ley “enseña lo que es el pecado” (Ro. 3:20); y hasta puede decirse que, en un sentido, es la misma leyquien lo crea (Ro. 5:13). El pecado no es tal si no es definido. Es decir, que el hombre no puede saber lo que especado mientras éste no haya sido definido; y el hombre no puede ser culpable de pecado hasta que no exista unaley que lo determine. Pongamos un ejemplo. La calle de una ciudad puede tener mucho tiempo doble tránsito,por tanto, un conductor puede circular en ambas direcciones. Pero, después, se promulga una ley que determinaque la calle es de una sola dirección. Entonces, sería una infracción a la ley, conducir en dirección contraria a laautorizada por la señal de tráfico. La determinación de la ley ha creado una nueva infracción de la ley. La leytanto ha definido como ha creado el pecado. Si no hubiera ley, no habría pecado.(II) Pero “la ley crea el pecado”, tal y como Pablo lo ve, en otro [página 93] sentido. Basta que una cosahaya sido prohibida, para que, de algún modo, adquiera un nuevo y fatal poder fascinador que la hace deseable, yla ley es quien, de hecho, produce el deseo de pecar (Ro. 7:8–11). Hay cierto ingrediente en la naturaleza humanaque da a lo prohibido un doble atractivo. C. H. Dood cita el clásico ejemplo sobre este asunto, tomado de lasConfesiones de Agustín (2.4–6). “Había un peral próximo a nuestra viña, cargado de peras. Una noche tormentosa,un grupo de pésimos muchachos fuimos a robar y a llevarnos grandes cantidades de peras—no para regalonuestro, sino para arrojarlas a los puercos—y si llegamos a catarlas fue sólo para darnos el gusto de hacer lo quenos estaba prohibido. Eran peras hermosas pero no las apeteció mi alma miserable, pues yo tenía en casa abundanciade otras mejores. Las tomé sólo por robar. Mi único festín fue con la iniquidad con que me holgaba yfruía. ¿Qué es, pues, lo que yo amé en aquel robo? ¿Era el placer de quebrantar la ley siquiera por engaño, ya quepor fuerza no podía, y siendo cautivo simulé una raquítica libertad, haciendo impunemente, por una tenebrosaimitación burlesca de vuestra omnipotencia, aquello que no me era permitido?” Y, después, el doctor Dood co-

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