13.07.2015 Views

tercera epoca revista hispano - americana num. 271 - Frente de ...

tercera epoca revista hispano - americana num. 271 - Frente de ...

tercera epoca revista hispano - americana num. 271 - Frente de ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

pel importante), y nunca se dignan darle al lector"una cucharada <strong>de</strong> té", y buscan su profundida<strong>de</strong>n el hermetismo. Les concedo el <strong>de</strong>recho<strong>de</strong> escribir, <strong>de</strong> construir sus obras como lo <strong>de</strong>seen.También les admiro la inteligencia, la pacienciay la sapiencia. Sin embargo, casi siempre,al terminar <strong>de</strong> leer libros <strong>de</strong> ese tipo, tengouna pregunta qué hacerles: "¿Creen uste<strong>de</strong>s quecon todos esos trucos verbales consiguen darleal lector una impresión <strong>de</strong> vida, crear tipos humanosque permanezcan en su memoria, comolos <strong>de</strong> un Simenon, por ejemplo, que utiliza losmétodos narrativos más simples y el lenguajemás claro que pueda imaginarse?" Se habla <strong>de</strong>novelas lineales. Las mías siempre las clasificaronasí. Eso no me preocupa. Nunca me consi<strong>de</strong>ré"profundo". Sin embargo, a este respecto,tengo que hacer otra observación: no haynada tan lineal como un electrocardiograma y,sin embargo, sus líneas nos indican muchas cosassobre la vida íntima <strong>de</strong> un corazón humano:todo <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> quién lo lee ...-Por lo <strong>de</strong>más -continúa mi amigo, connuevo aire-, no creo que haya dos novelas enInci<strong>de</strong>nte em Antares. Como en muchas obras<strong>de</strong> ficción <strong>de</strong>l siglo XIX, ese libro se divi<strong>de</strong> endos partes. En la primera, <strong>de</strong>scribo el escenario,el palco, la historia <strong>de</strong> la ciudad don<strong>de</strong> tienelugar la acción <strong>de</strong> la novela. He comprobado-y al propósito es pertinente la digresión-,que las nuevas generaciones saben poco o nada<strong>de</strong> nuestra historia más reciente. Hice, poren<strong>de</strong>, una especie <strong>de</strong> resumen <strong>de</strong> ella; pero nodoctamente, como <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong>un historiador o un sociólogo agudo. sino procurando<strong>de</strong>scribir hechos y figuras históricas<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> los personajes importantes,los jefes políticos <strong>de</strong> Antares, y losque, en la mayoría <strong>de</strong> los casos, los reflejabanlas noticias <strong>de</strong> los periódicos, o sea: la superficie<strong>de</strong> los hechos. Quiero recordar a quien melee, que incluso en la primera parte (especie<strong>de</strong> prólogo) <strong>de</strong> esa novela, comienza ya <strong>de</strong>cierto modo la segunda, puesto que el profesorMartim Francisco Terra, director <strong>de</strong>l equipo <strong>de</strong>sociólogos que fue a estudiar las costumbres<strong>de</strong> Antares, traza en su diario particular el perfil<strong>de</strong> personajes que iban a representar papelesimportantes en la "historia propiamentedicha", o sea, la que se narra en la segundaparte. A través <strong>de</strong> sus impresiones comenzamosa conocer al prefecto <strong>de</strong> la ciudad, al pianistapsicótico ... y ya no recuerdo a quiénesmás. Estoy convencido <strong>de</strong> que la novela tieneunidad.No pensé en ningún momento en la ficcióncientífica, durante la composición <strong>de</strong> Inci<strong>de</strong>nteem Antares: en el segundo volumen <strong>de</strong> Solo <strong>de</strong>Clarineta, voy a relatar, con la mayor sinceridadposible. cómo fue que tuve la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>aquel libro, cómo se <strong>de</strong>sarrollo, los errores quecometí, etc: en fin, procuraré analizar el acto<strong>de</strong> la creación, principalmente en lo que respectaa los personajes. Pasemos ahora al elementofantástico <strong>de</strong> la narrativa. Sin la menorduda, es arbitrario. Lo importante, me parece,era crear una ciudad suficientemente prosaica,absolutamente "creíble", para que sirvieracomo escenario para un inci<strong>de</strong>nte "increíble".Las estratagemas mejores siguen siendo lasmás simples. Un cuento o una novela en don<strong>de</strong>todo sea insólito, excepcional, sobrenatural, notendrá fuerza suficiente para hacerle aceptaral lector todas las fantasías <strong>de</strong>l escritor. Otracosa importante es la <strong>de</strong> no tratar <strong>de</strong> explicarlos "imposibles", sino hacer que el lector losacepte con naturalidad. A fin <strong>de</strong> cuentas, la líneaentre lo real y lo imaginario no es tan nítidacomo nos lo imaginamos en general, sobretodo en nuestros días, cuando la ficción más<strong>de</strong>scabellada pali<strong>de</strong>ce cuando se compara conla realidad. Si en 1930 me hubieran preguntadoqué consi<strong>de</strong>raba más absurdo: que siete cadáveresputrefactos se levantaran <strong>de</strong> sus ataú<strong>de</strong>sy salieran a caminar y hablar, o ver un paísculto y civilizado como Alemania seguir fanáticamentea un paranoico como Adolfo Hitler yjustificar, aplaudir o aceptar pasivamente lasatrocida<strong>de</strong>s que practicaron sus nazis en loscampos <strong>de</strong> concentración y exterminio y en elgenocidio <strong>de</strong>l que se hicieron responsables, hubierarespondido que el primer caso me parecíamenos fantástico que el segundo.Intranquilizadoramente lúgubre, prosiguemi ent<strong>revista</strong>do:-La verdad es que los hombres casi nuncaconsiguen enterrar completamente a susmuertos. Continúan éstos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> nosotros,en nuestros hábitos, nuestros tabúes, nuestrassupersticiones, nuestros sentimientos <strong>de</strong> culpabilidad,nuestros convencionalismos, etc. El novelistatiene que dar credibilidad a lo "increíble".Para lograrlo, no <strong>de</strong>be apelar <strong>de</strong>masiadoa la capacidad <strong>de</strong> creer que supone en el lectory, al mismo tiempo, evitar el peligro <strong>de</strong>caer en lo grotesco. La operación es <strong>de</strong>licada,como la <strong>de</strong> tratar <strong>de</strong> atravesar un abismo enuna frágil piragua hecha <strong>de</strong> palabras e imágenes.Esa es una acrobacia que el escritor <strong>de</strong>berealizar, <strong>de</strong> tal modo que el lector no se décuenta en ningún momento <strong>de</strong> que aquél tienemiedo <strong>de</strong> la fragilidad <strong>de</strong>l puente ilusorio o<strong>de</strong>l abismo.Rememorando, pensativo, casi para sí, Ericodice:-Sí, en Inci<strong>de</strong>nte em Antares traté <strong>de</strong> haceruna crítica a nuestra sociedad burguesacontemporánea. En otros libros intenté lo mismo;pero tímidamente, utilizando el lápiz entrazos leves. En la novela que estamos comentando,fui violento y recurrí a la tinta china.Tuve que controlar a veces al satírico que habitaen mí, para que no cometiera excesos quepudieran transformar el Inci<strong>de</strong>nte en un pan-NORTE/75

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!