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19<br />
se empleará para identificar la enfermedad estructural (valvulopatías),<br />
evaluar la función (sistólica y diastólica) y el tamaño del VI, el<br />
tamaño de las aurículas y la función del corazón derecho 339,340 . Aunque<br />
algunos biomarcadores, como los péptidos natriuréticos, están elevados<br />
en los pacientes con FA, no hay suficientes datos para establecer<br />
que su concentración en la sangre sea un marcador independiente de<br />
FA 341-343 .<br />
8.3.2. Pruebas adicionales para pacientes con fibrilación<br />
auricular seleccionados<br />
La monitorización ambulatoria mediante ECG de los pacientes con<br />
FA permite evaluar el control de la frecuencia cardiaca, relacionar los<br />
síntomas con las recurrencias de la FA y detectar la inducción focal de<br />
los episodios de FA paroxística. La ecocardiografía transesofágica<br />
(ETE) es útil para evaluar las valvulopatías y excluir la presencia de<br />
trombos intracardiacos, especialmente en la orejuela izquierda, y<br />
facilitar la indicación temprana de cardioversión o ablación con catéter<br />
344 . Los pacientes con signos o síntomas de isquemia miocárdica<br />
deben ser evaluados mediante coronariografía o prueba de estrés,<br />
según proceda. Para los pacientes con FA y signos de isquemia cerebral<br />
o ACV, están recomendadas la tomografía computarizada (TC) o<br />
la resonancia magnética (RM) cerebral para detectar la presencia de<br />
ictus y guiar las decisiones sobre el tratamiento agudo y la anticoagulación<br />
a largo plazo. La RM con realce tardío de gadolinio de la AI 345-347 ,<br />
el mapeo T 1<br />
mediante RM cardiaca 347 y la ecocardiografía intracardiaca<br />
348 pueden ayudar en las decisiones sobre el tratamiento de la FA,<br />
pero son necesarios más estudios multicéntricos para su validación.<br />
8.4. Seguimiento estructurado<br />
La mayoría de los pacientes con FA necesitan un seguimiento regular<br />
para garantizar un tratamiento óptimo. El seguimiento se puede<br />
realizar en atención primaria por personal de enfermería con formación<br />
específica, cardiólogos o especialistas en FA 325,330 . Un especialista<br />
debe coordinar los cuidados y el seguimiento. El seguimiento debe<br />
asegurar la implementación del plan de tratamiento, la adherencia<br />
del paciente y el ajuste del tratamiento cuando sea necesario.<br />
Recomendaciones para el diagnóstico de los pacientes con fibrilación auricular<br />
Recomendaciones Clase a Nivel b Ref c<br />
Los registros de ECG son necesarios para establecer<br />
el diagnóstico de FA<br />
Se recomienda realizar a todo paciente con FA una<br />
evaluación cardiovascular completa que incluya<br />
la historia médica completa, un examen clínico<br />
exhaustivo y la evaluación de enfermedades<br />
concomitantes<br />
Se recomienda ecocardiografía transtorácica para<br />
todo paciente con FA para guiar el tratamiento<br />
Se debe considerar la monitorización con ECG a largo<br />
plazo para pacientes seleccionados, para evaluar el<br />
control de la frecuencia cardiaca de los pacientes<br />
sintomáticos y relacionar los síntomas con los<br />
episodios de FA<br />
FA: fibrilación auricular.<br />
a<br />
Clase de recomendación.<br />
b<br />
Nivel de evidencia.<br />
c<br />
Referencias que respaldan las recomendaciones.<br />
8.5. Definición de los objetivos del tratamiento<br />
de la fibrilación auricular<br />
I B 349<br />
I<br />
C<br />
I C 339<br />
IIa<br />
C<br />
El tratamiento de la FA incluye tratamientos con un impacto pronóstico<br />
(anticoagulación y tratamiento de enfermedades CV) y tratamientos<br />
que proporcionan fundamentalmente alivio de los síntomas<br />
(control de la frecuencia y del ritmo cardiaco; tabla 10). Se debe explicar<br />
cuidadosamente los tratamientos con beneficio pronóstico a los<br />
pacientes, ya que sus beneficios no se perciben de inmediato. El tratamiento<br />
para el control del ritmo cardiaco es eficaz si logra controlar<br />
los síntomas, aunque haya recurrencias de la FA. Explicar los beneficios<br />
esperados a cada paciente al inicio del tratamiento puede evitar<br />
que tenga expectativas infundadas y además tiene el potencial de<br />
mejorar la calidad de vida.<br />
9. TRATAMIENTO PARA LA PREVENCIÓN DEL ACCIDENTE<br />
CEREBROVASCULAR EN LOS PACIENTES CON FIBRILACIÓN<br />
AURICULAR<br />
El tratamiento con ACO puede prevenir la mayoría de los ACV isquémicos<br />
a los pacientes con FA y prolongarles la vida 38,39,42,194,201,329,350-352 .<br />
Este tratamiento es superior a la ausencia de tratamiento o el tratamiento<br />
con ácido acetilsalicílico (AAS) para pacientes con distintos<br />
perfiles de riesgo de ACV 353,354 . El beneficio clínico neto es prácticamente<br />
universal, con la excepción de los pacientes con un riesgo muy<br />
bajo de ACV, por lo que se debe emplear ACO en la mayoría de los<br />
pacientes con FA (figura 8). A pesar de la evidencia disponible, sigue<br />
siendo frecuente la infrautilización o la interrupción prematura de los<br />
ACO. Las complicaciones hemorrágicas, tanto graves como leves, el<br />
alto riesgo «percibido» de sangrado con los ACO y los esfuerzos necesarios<br />
para monitorizar y ajustar la dosis de AVK son las razones más<br />
comunes para interrumpir o no prescribirlos 352,355-359 . Sin embargo, el<br />
riesgo de ACV sin ACO normalmente excede el riesgo de sangrado,<br />
incluso en pacientes de edad avanzada, pacientes con disfunción cognitiva<br />
o con frecuentes caídas o fragilidad 360,361 . El riesgo de sangrado<br />
con AAS es similar al del tratamiento con AVK 362 o con NACO 354,363 ,<br />
mientras que estos, pero no el AAS, previenen de manera eficaz los<br />
ACV en pacientes con FA 38,354,362,363 .<br />
9.1. Predicción del riesgo de accidente cerebrovascular<br />
y riesgo hemorrágico<br />
9.1.1. Escalas de riesgo de accidente cerebrovascular y embolia<br />
sistémica<br />
A finales de la década de los noventa, se desarrollaron varios métodos<br />
de estratificación del riesgo de ACV de fácil aplicación clínica en<br />
pequeñas cohortes de pacientes, más tarde mejoradas y validadas en<br />
poblaciones más grandes 364-368 . La introducción de la escala de riesgo<br />
CHA 2<br />
DS 2<br />
-VASc (tabla 11) ha simplificado la decisión de indicar ACO a<br />
pacientes con FA. Desde que se incorporó en la guía de la ESC de<br />
2010 369 , se ha usado ampliamente 370 . Se recomienda la estratificación<br />
del riesgo de ACV de los pacientes con FA según la escala CHA 2<br />
DS 2<br />
-<br />
VASc 368 . Por lo general, los pacientes sin factores clínicos de riesgo de<br />
ACV no necesitan tratamiento antitrombótico, mientras que los que<br />
tienen factores de riesgo (CHA 2<br />
DS 2<br />
-VASc ≥ 1 punto los varones y<br />
≥ 2 puntos las mujeres) se pueden beneficiar de los ACO.<br />
Otros factores de riesgo de ACV menos establecidos son: una razón<br />
internacional normalizada (INR) lábil o un tiempo en rango terapéutico<br />
(TRT) corto en pacientes tratados con AVK, historia de sangrado o<br />
anemia, abuso de alcohol y otros marcadores de falta de adherencia al<br />
tratamiento, ERC, concentraciones elevadas de troponina de alta sensibilidad<br />
y concentraciones elevadas de la fracción aminoterminal del<br />
propéptido natriurético cerebral (NT-proBNP).<br />
9.1.2. Anticoagulación para pacientes con CHA 2<br />
DS 2<br />
-VASc<br />
de 1 punto los varones y 2 puntos las mujeres<br />
Numerosos estudios con grupo control que investigaron la anticoagulación<br />
oral en pacientes con FA incluían a pacientes con alto<br />
riesgo de ACV 38,39,42,194,201,329,351,352 , por lo que hay evidencia convincente