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bidos; la digoxina, el verapamilo y el diltiazem no son lo bastante<br />
potentes para reducir la frecuencia cardiaca durante la FA de esfuerzo.<br />
La ablación con catéter probablemente sea igual de efectiva en atletas<br />
que en no atletas 908,909 , pero son necesarios más datos. También se ha<br />
empleado la estrategia de «pastilla en el bolsillo» 620 . Tras la autoadministración<br />
de flecainida o propafenona, los pacientes deben abstenerse<br />
de practicar deporte mientras persista la arritmia y hasta que<br />
haya transcurrido el tiempo correspondiente a 2 vidas medias del fármaco<br />
antiarrítmico. Se puede considerar la ablación profiláctica del<br />
circuito del flutter para los deportistas tratados con bloqueadores de<br />
los canales del sodio 910 .<br />
13.4. Gestación<br />
La FA es rara en gestantes y normalmente se asocia a una cardiopatía<br />
preexistente. La FA se asocia con un aumento de complicaciones<br />
para la madre y el feto 911,912 . En el futuro, debido a los avances en el<br />
tratamiento de las cardiopatías congénitas, podría aumentar la incidencia<br />
de FA durante la gestación 913 . El embarazo de mujeres con FA<br />
se debe tratar como de alto riesgo y requiere la estrecha colaboración<br />
entre cardiólogos, obstetras y neonatólogos.<br />
13.4.1. Control de la frecuencia cardiaca<br />
Debido a la falta de datos específicos, los bloqueadores beta, el<br />
verapamilo, el diltiazem y la digoxina tienen la categoría C de la US<br />
Food and Drug Administration en cuanto a su perfil de seguridad<br />
durante la gestación (los beneficios pueden superar a los riesgos), a<br />
excepción del atenolol (categoría D: evidencia positiva de riesgo). Su<br />
uso se debe limitar a las dosis más bajas durante el menor tiempo<br />
posible. Ninguno de estos fármacos es teratógeno, pero todos atraviesan<br />
la placenta rápidamente 914 . Los bloqueadores beta se usan frecuentemente<br />
para embarazadas que sufren cardiopatías (p. ej., para el<br />
tratamiento de la hipertensión gestacional y la preeclampsia), pero<br />
pueden conllevar un retraso del crecimiento intrauterino 915 , por lo<br />
que se recomiendan pruebas de imagen para controlar el crecimiento<br />
a partir de la semana 20 de gestación. La digoxina se considera segura<br />
para el tratamiento de arritmias de la madre o del feto 916 . No hay suficientes<br />
datos sobre verapamilo o diltiazem, por lo cual se recomiendan<br />
los bloqueadores beta o la digoxina para el control de la<br />
frecuencia 917 . Respecto a la lactancia, se encuentran en la leche<br />
materna todos los fármacos para el control de la frecuencia, pero las<br />
concentraciones de bloqueadores beta, digoxina y verapamilo son<br />
demasiado bajas para considerarlas nocivas. El diltiazem tiene una<br />
concentración mayor y, por ello, se debe considerarlo tratamiento de<br />
segunda línea 918 .<br />
13.4.2. Control del ritmo cardiaco<br />
Los datos disponibles sobre el tratamiento para el control del<br />
ritmo para pacientes gestantes proceden únicamente de estudios de<br />
casos. La amiodarona se asocia con efectos secundarios graves para el<br />
feto y solo debe considerarse en casos de emergencia 919 . La flecainida<br />
y el sotalol pueden usarse para la conversión de arritmias fetales sin<br />
efectos adversos graves 920 , por lo que probablemente sean seguros<br />
para tratar la FA sintomática materna. La cardioversión eléctrica<br />
puede ser efectiva para restablecer el ritmo sinusal cuando la taquiarritmia<br />
causa inestabilidad hemodinámica y tiene tasas bajas de complicaciones<br />
graves tanto para la madre como para el feto 921 . Sin<br />
embargo, dado el riesgo de sufrimiento fetal, la cardioversión eléctrica<br />
solo debe realizarse cuando se disponga de monitorización fetal<br />
y la posibilidad de practicar una cesárea de urgencia. Al igual que en<br />
otras urgencias durante la gestación, las pacientes deben recibir oxígeno<br />
al 100%, se debe establecer una vía de acceso intravenoso y la<br />
madre debe colocarse en posición lateral izquierda para favorecer el<br />
retorno venoso 922 .<br />
13.4.3. Anticoagulación<br />
Se debe evitar los AVK durante el primer trimestre debido a sus<br />
efectos teratogénicos y en las 2-4 semanas que preceden al parto para<br />
evitar el sangrado fetal. Las heparinas de bajo peso molecular son una<br />
opción segura, ya que no cruzan la placenta 923 . En el tercer trimestre<br />
se aconseja realizar frecuentes pruebas de laboratorio (p. ej., cada<br />
10-14 días) y ajustar la dosis correspondientemente, dado que algunas<br />
mujeres necesitan dosis altas de AVK o heparina para mantener<br />
una anticoagulación adecuada. Las gestantes con FA y válvula protésica<br />
mecánica que deciden interrumpir el tratamiento con AVK en<br />
consulta con el equipo de especialistas entre las 6-12 semanas de gestación<br />
deben recibir dosis ajustadas y continuas de heparina no fraccionada<br />
o dosis ajustadas de heparina de bajo peso molecular<br />
subcutánea. Como son escasos los datos disponibles sobre los efectos<br />
teratogénicos de los NACO, hay que evitar estos fármacos durante el<br />
embarazo.<br />
Recomendaciones durante la gestación<br />
Recomendaciones Clase a Nivel b Ref c<br />
La cardioversión eléctrica se puede realizar<br />
de modo seguro en todas las fases de la<br />
gestación y se recomienda para los pacientes<br />
hemodinámicamente inestables debido a la FA<br />
o cuando el riesgo de aparición de FA sea alto<br />
para la madre o el feto<br />
Se recomienda la anticoagulación para<br />
pacientes embarazadas con FA y riesgo de<br />
ACV. Para minimizar el riesgo teratogénico<br />
y el sangrado intrauterino, se recomienda<br />
administrar dosis ajustadas de heparina<br />
durante el primer trimestre del embarazo y en<br />
las 2-4 semanas previas al parto. Durante los<br />
periodos restantes de la gestación, se puede<br />
administrar antagonistas de la vitamina K<br />
o heparina<br />
Se debe evitar la administración de NACO a<br />
mujeres embarazadas o que pretendan gestar<br />
13.5. Fibrilación auricular posoperatoria<br />
La FA es frecuente tras la cirugía cardiaca (ocurre al 15-45% de los<br />
pacientes) 924-926 y se asocia con un aumento de la estancia hospitalaria<br />
y tasas de complicaciones y muerte más altas 927 . La FA posoperatoria<br />
es relativamente frecuente en otros tipos de cirugía mayor, especialmente<br />
en pacientes ancianos. El tratamiento de la FA posoperatoria se<br />
basa principalmente en estudios de pacientes sometidos a cirugía cardiaca,<br />
ya que en contextos no cardiacos la evidencia es mucho más<br />
escasa.<br />
13.5.1. Prevención de la fibrilación auricular posoperatoria<br />
Los bloqueadores beta reducen la FA posoperatoria y las taquicardias<br />
supraventriculares, aunque con gran heterogeneidad y un riesgo<br />
de sesgos moderado según una revisión sistemática de los estudios<br />
publicados. El fármaco más estudiado es el propranolol, con FA en el<br />
16,3% del grupo de tratamiento frente al 31,7% del grupo de control 925 .<br />
En la mayoría de estos estudios, los bloqueadores beta se administraron<br />
en el posoperatorio; los resultados de un reciente metanálisis respaldan<br />
este régimen de tratamiento 928 . La amiodarona redujo la<br />
incidencia de la FA posoperatoria comparada con los bloqueadores<br />
I<br />
C<br />
I B 923<br />
III<br />
(perjudicial)<br />
FA: fibrilación auricular; NACO: nuevos anticoagulantes orales no dependientes de la<br />
vitamina K.<br />
a<br />
Clase de recomendación.<br />
b<br />
Nivel de evidencia.<br />
c<br />
Referencias que respaldan las recomendaciones.<br />
C