Gerencia y modernización de la Administración Pública en el Perú

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dentro del contrato que los vincula al Estado, hasta la imposibilidad de desarrollarse de una manera más o
menos predecible y meritocrática, esta variabilidad genera un hondo malestar en los servidores y propicia
un clima laboral ciertamente perverso. Desde esta perspectiva, acelerar el proceso de implementación de
la Ley del Servicio Civil es imperativo.
Por otro lado, la falta de habilidades gerenciales
elementales por parte de quienes tienen
responsabilidades directivas en el sector público,
tampoco abona a un buen trato ni al personal ni al
ciudadano. No son pocos los cargos de confianza
-y dirección- que son ocupados por personas cuyo
único mérito es gozar de la confianza del titular;
entonces, sin mayor formación ni experiencia en
la conducción de equipos, el trato no adecuado al
personal suele ser la regla. Aquí, la tarea que cumple
la Escuela Nacional de Administración Pública es
trascendental para el desarrollo de las competencias
directivas básicas que debe tener cualquier director
de personas, procesos o instituciones en el Estado.
“Si se maltrata al propio
servidor y su centro laboral no
es el adecuado, lo más lógico
es que esa insatisfacción y
maltrato sean posteriormente
trasladados al usuario externo,
estos son, los ciudadanos”.
Del mismo modo, la falta de claridad en los criterios que adoptan las auditorías a las que son sometidos
los servidores, procrea también ambientes de hostilidad y de “empapelamiento”, buscando “socializar”
la responsabilidad o, en todo caso, que esta recaiga en otros. Además, los procesos internos para adquirir
los bienes y servicios que se necesitan para el desarrollo de sus labores, son lentos y tortuosos. Las
normas de contrataciones del Estado parecieran partir de la premisa que siempre se va a defraudar al
mismo, y por ello, complican hasta el hartazgo los procesos de selección, perjudicando sensiblemente el
clima laboral por el hecho que resulta frustrante que la mayor parte de las necesidades institucionales
no sean cubiertas oportunamente.
En conclusión, al preguntarnos qué cambios harían irreversible y sostenible una atención oportuna y
cálida a los usuarios, la respuesta se basaría en la mejora del trato al usuario interno para así disponer
de un mejor servidor civil al servicio de la ciudadanía.
Mariana Llona
Past Secretaria de Gestión Pública de la Presidencia
del Consejo de Ministros
Sobre este tema se han realizado grandes planes de simplificación administrativa,
con el objetivo de disminuir los procedimientos. Sin embargo, al mismo tiempo van
apareciendo nuevos procedimientos en paralelo, porque la administración pública
tiende a crear más reglas, normas, procedimientos y trámites. Es algo que nace de
nuestro propio ser: la administración pública crea y complejiza las cosas. Así, nos
hemos concentrado en simplificar procedimientos, pero no han sido simplificaciones sostenibles en el
tiempo, toda vez que el escenario de la administración del Estado es muy voluble. Los recursos humanos
rotan constantemente y si bien se puede simplificar y generar un procedimiento óptimo, dentro de cuatro
meses aparece una persona nueva que recién se entera de lo que ocurre y surge otra complicación.
Aquí hay un asunto fundamental: es importante simplificar y muchos de los procedimientos en el
Estado, sobre todo aquellos que permiten la generación de mejores condiciones para la inversión, ya
están simplificados. Allí no hay nada más que hacer, pero el problema es que no se implementan. Otro
tema muy importante es que no se tiene control sobre el marco regulatorio: las entidades crean normas y
procedimientos sin coordinar entre sí y no hay ninguna instancia ni una supra instancia que revise toda
esta normativa y que determine cuál debe existir, sus incidencias y los riesgos de crear un procedimiento.