Gerencia y modernización de la Administración Pública en el Perú

“Un buen funcionario
público en su institución debe
serlo porque más adelante
podría presentarse a otra
organización estatal como
demandante del servicio, y
allí él mismo se percatará si
existe respeto, equidad, no
discriminación, y todo lo que
significa ser un ciudadano
democrático”.
Todo ello constituye un reto bastante grande
porque vivimos en tiempos de escasez de recursos.
En el sector salud, por ejemplo, la percepción de los
servicios en las encuestas es poco satisfactorio, y ello
porque no hay más recursos para infraestructura.
En tales casos, además del hecho de buscar recursos
financieros y desarrollar capacidades, existen otras
oportunidades de mejora, como podrían ser las
Asociaciones Público Privadas y las Asociaciones
Plurales. Las instituciones provenientes del sector
social son las que poseen una mejor comprensión
de la naturaleza de los derechos que están en
juego y cómo desde la experiencia se puede
aportar al Estado. En este rediseño del Estado y
de los servicios sociales se tienen que aprender las
buenas prácticas, pero también se requieren otros
profesionales, al haber una escasez de abogados,
ingenieros, comunicadores sociales, y psicólogos
–entre otros- para entender qué está ocurriendo
en las regiones con el servicio al ciudadano. El
servicio debe ser adaptado a ese poblador que no
conoce, pero que sí desarrolla un gobierno abierto, como es el caso de las comunidades indígenas,
que eligen a sus autoridades y después tienen que rendir cuentas en una audiencia pública, esto es,
un Gobierno abierto. En resumen, no es suficiente aplicar los parámetros de la cultura occidental, sino
también observar más de cerca lo que nuestro propio país ofrece, nuestra diversidad, y así entender
cómo administrar esa cultura diversa, con equidad y ciudadanía.
Por ende, el Perú se encuentra ante una gran oportunidad, de la cual la tecnología no es ajena y va
a ayudar mucho. De allí que la importancia de la promoción de datos abiertos, que representan una
oportunidad para las situaciones de stress en donde ya no hay recursos del Estado y la ciudadanía
puede entonces cocrear soluciones. Hay muchos desarrolladores tecnológicos que están produciendo
aplicativos y soluciones tecnológicas, así como entidades sociales, demostrándose así que no consiste en
una función concreta del Estado el solucionar todos los problemas del país. Si deseamos que realmente
los ciudadanos conozcan, aprendan y sean mejores, tendrán que participar también en las soluciones.
César Álvarez
Profesor e Investigador de CENTRUM Católica
Cuando se habla de modelo no hay que olvidar que este es una abstracción
de la realidad. El caso peruano es una realidad multidiversa, con muchos
ecosistemas, diversas formas de pensar, lo que hasta ahora nos ubican como una
nación en formación, pese a que pronto se cumplirá el Bicentenario. Un Estado
débil, que responde a una época anterior, constituye un reflejo de lo antedicho.
Frente a ello pueden plantearse tres soluciones: primeramente, la necesidad de
ser transparentes, porque ello permite a la ciudadanía avanzar de frente y evitar muchos problemas;
segundo, el denominado accountability o la rendición de cuentas, fundamental en todas las entidades y
a todo nivel, sobre todo si arranca desde la cabeza, de modo que ello genere confianza en la población;
tercero, la tecnología, un punto substancial en una época en la que personas, empresas y sociedades se
dividen de acuerdo a si tienen o no tienen tecnología, porque sin ella el crecimiento solo es temporal y
la productividad tampoco crece sosteniblemente.
Por consiguiente, y pese al optimismo existente por lo avanzado, es permisible nuevamente citar a
Henry Mintzberg cuando se refiere a las tres características que debe tener un ejecutivo: señaló la
necesidad de la formación como condición básica, la necesidad de la experiencia, fundamental para
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