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Alter ego /N EGOCIAR<br />
W Si planteas la cuestión buscando beneficios<br />
para ambas partes es más fácil conseguir el<br />
objetivo. “Hay veces que este win/win puede<br />
plantearse en términos de cómo ganar más y<br />
en otras ocasiones será en términos de cómo<br />
perder menos”, recuerda Marta Ruiz. Una<br />
buena forma de ganar siempre es realizando<br />
un doble listado: identificar en primer lugar<br />
nuestro objetivo directo y a continuación<br />
plantearse dos, tres o cuatro alternativas que<br />
puedan resultarnos también interesantes.<br />
De manera que en función de la respuesta<br />
que obtengamos, planteemos una u otra<br />
alternativa. Imaginemos, por ejemplo, que<br />
estás negociando el destino de las vacaciones<br />
con tu pareja. Uno quiere ir a la playa<br />
y el otro a la montaña. El interés directo es<br />
el descanso. El interés secundario puede ser<br />
la necesidad de desconexión, aire libre,<br />
un tiempo juntos… Y en función de esas<br />
necesidades secundarias pueden surgir otras<br />
alternativas que os satisfagan a los dos:<br />
un viaje exótico, una ciudad desconocida…<br />
Se trata de establecer un óptimo y<br />
un mínimo sobre los que estés dispuesto<br />
a trabajar y en función de ellos negociar.<br />
5. CON UN POCO DE ASERTIVIDAD<br />
Porque yo lo valgo<br />
¿Por qué decir sí cuando quieres decir no?<br />
Si eso es algo que te ocurre habitualmente<br />
en la empresa, en la familia y con los amigos<br />
es importante que lo trabajes. La asertividad<br />
pasa por ser capaces de reconocer nuestra<br />
capacidad y nuestros méritos sin sentirnos<br />
ni culpables ni avergonzados por ello y<br />
sin entrar en conflicto con la otra persona.<br />
En una negociación se trata de creer que<br />
nosotros o nuestra propuesta es la mejor<br />
opción porque objetivamente así es. Una<br />
buena forma de desarrollar la asertividad en<br />
una negociación es plantear nuestra opción<br />
de la forma más despersonalizada posible,<br />
con datos objetivos. Es decir, si yo quiero<br />
negociar una subida de sueldo, debo apelar<br />
a los datos concretos en los que apoyo esta<br />
petición: “En el tiempo que llevo aquí, las<br />
cifras del departamento se han multiplicado<br />
por x; los conflictos han desaparecido; hay<br />
cuatro nuevos clientes…”. Y, ante una<br />
negativa, insistir en nuestros logros y<br />
resultados y, en último caso, buscar, como<br />
planteábamos en el recuadro anterior, una<br />
solución alternativa: “Si no puedes subirme el<br />
sueldo por razones objetivas, ¿por qué no me<br />
ofreces alguna solución compensatoria:<br />
un proyecto nuevo, más beneficios sociales,<br />
porcentaje sobre ventas o beneficios…”.<br />
6. CEDE LA VICTORIA<br />
Hazle creer que es mérito suyo<br />
La estrategia más acertada para conseguir<br />
que el otro adopte tu decisión como propia<br />
es acorralarle a preguntas: indagar de forma<br />
activa, de manera que acabe creyendo que<br />
tus intereses son los suyos porque a base de<br />
cuestiones cada vez más cerradas le cedes a<br />
él el poder de la decisión. Por ejemplo,<br />
imagina que quieres negociar con la<br />
dirección un nuevo proyecto. La clave pasa<br />
por ir acotando cada vez más las cuestiones:<br />
“¿No crees que si optamos por esta nueva<br />
línea de producción podremos ahorrar un<br />
CUANDO CEDAS EN<br />
ALGO, HAZLE CREER<br />
QUE ES POR MÉRITO<br />
SUYO. A TODOS NOS<br />
ENCANTA GANAR<br />
20% en costes? ¿Qué te preocupa más? ¿Qué<br />
te interesa?” Y en función de sus respuestas,<br />
continúa formulando preguntas que te<br />
permitan ir cerrando cada vez más sus<br />
opciones para que finalmente llegue él<br />
a la conclusión. Carlos Segui, director de<br />
Canvia!, empresa de consultoría y coaching<br />
empresarial, lo aplica, por ejemplo,<br />
a una reunión de ventas: “Consigue que<br />
sea la otra persona la que diga lo que<br />
tú quieres. Si, por ejemplo, estás intentando<br />
ver qué necesidades tiene la otra persona<br />
que tú le podrías vender, después de<br />
un rato de escucha le sueltas: ‘Entonces,<br />
con lo que te he contado hasta ahora,<br />
¿qué crees tú que hacemos nosotros que<br />
a ti te puede ayudar?’”.<br />
7. HALÁGALE Y FELICÍTALE<br />
Con la palmadita en la espalda<br />
Cierra la negociación premiando verbalmente<br />
a tu interlocutor: “Has sido muy inteligente”,<br />
“No esperaba tanta presión”, “Lo has<br />
planteado muy bien”. Una felicitación o un<br />
halago es siempre un estimulador muy<br />
potente. Se trata de darle coba al otro para<br />
que se vaya contento. ̇<br />
FOTO: HEARST INFOGRAFÍA<br />
130 EGO/PRIMAVERA 2017