FORMA

C AR&DRIVER
W En este trayecto, Ferrer viaja junto a un copiloto de lujo,
el monstruo del monstruo: Federer. “Me gusta cómo habla
Roger, sobre todo, cuando explica de dónde saca la ilusión o
lo importante que es prevenir lesiones. Con esta edad no podemos
jugar tantos partidos, pero sí adaptarnos a los nuevos
tiempos y reinventarnos. Sí, la clave es aceptar y reinventar”.
Si su colega es un año mayor y, tras el apoteósico Open de
Australia, sustituye oficialmente al ave fénix como metáfora
del resurgido, ¿por qué no puede ser David el siguiente?
CLÁSICO PERO NO CHAPADO A LA ANTIGUA
La filosofía deportiva no es lo único en común entre Ferrer y
Federer. Viéndole ante el fotógrafo, el alicantino regala ráfagas
de esa elegancia que parece patrimonio del suizo. Quizá por
arrastre de su amigo Rafa, la imagen de David se vincula más
al guerrero, sudor y dientes apretados, pero en los primeros
planos aguanta como un dandi –“Podéis decir que poso bien
pero no es verdad, hago lo que puedo”, apunta con genuina
humildad– y, si duda, tiene a mano el recurso de agarrarse el
pelazo. Algo que, y no miramos
a nadie, no está al alcance
de todos. Que se lo digan
a Agassi, que llegó a jugar con
peluca por su profundo complejo.
“Miedos e inseguridades
tenemos todos, ¡hasta Federer!
A fracasar, a no ser aceptado,
a hacer el ridículo en la
cancha… Pero con el paso del
tiempo mejoras; si tropiezas
una y dos veces con algo así,
a la tercera ya sabes salvarlo”.
Es la contradicción de la
alta competición: la madurez
coincide con el declive físico.
Aunque la cuesta abajo puede
ser suave y prolongada, y además
no tiene por qué afectar
a la calidad de la percha; seguro
que, con 20 años, Ferrer
no habría tenido credibilidad
con este look de domingo en
la campiña. “Creo que mi estilo
es clásico, pero no chapado
a la antigua. No sabría
explicarlo porque la moda no
es mi parcela, pero intento ser
PEUGEOT 3008, FUERZA Y TECNOLOGÍA
El compañero de David Ferrer en este reportaje es
el nuevo Peugeot 3008, un SUV potente por dentro
y felino por fuera, con techo de efecto flotante y una
rejilla frontal rematada por unos originales faros
halógenos. En el interior, destaca el salpicadero futurista
con una tablet integrada, controles en forma de teclado
de piano y cámaras traseras con visión 360º.
elegante y no caer en lo ostentoso”. Sorprende que nadie ha
pulido profesionalmente esa apariencia: “No sé a otros jugadores,
pero en mi caso nunca me han asesorado, ni tampoco
me habría gustado. David Ferrer es lo que es, me gusta vestir
con prendas con las que me sienta cómodo y que se adapten
a mi estilo de mi vida y de ver las cosas. Estoy contento conmigo
mismo. Supongo que he tenido la suerte de que las marcas
que patrocino son de mi estilo”.
La imagen no estudiada pero casi ideal estuvo a punto de
enfangarse con el lío con la Federación y la imposición de
Gala León como capitana de la Davis, pero ese agresivo peloteo
cayó del lado de la coherencia. “Lo importante es que
los tenistas siempre estuvimos unidos y con un objetivo claro:
mirar por el bien de este deporte. Nos rebelamos ante una
situación negativa, y más cuando se hizo demagogia con el
tema del machismo. Justo el mundo del tenis es muy parejo,
y el hecho de que las mujeres generen tanto dinero es bueno
para todos”. La tormenta queda atrás, como el tramo de nubarrones
de la temporada pasada. Con la mente despejada y
el cuerpo a punto, Ferrer espera
días de sol en los próximos
torneos de tierra. Si mira
un poco más lejos… “Cuando
me retire, algo en lo que no
he pensado, sé que seguiré
vinculado al tenis: en mi academia
de Jávea, como comentarista,
viajando con mi familia
mientras hago el tour
senior…” ¿Hay hijos en ese
flashforward junto a su mujer?
“Seguro que sería una experiencia
bonita, pero si no los
tengo, sé que también puedo
ser feliz…”. Espera… ¡A ver si
no va a ser tan clásico y formal
como parece y es un Feliciano
López en potencia! “En la
vida nunca sabes lo que puede
pasar, eso lo tengo clarísimo,
ni puedes decir de este
agua no beberé. Puntos suspensivos…”,
responde a la
referencia a su amigo medio
en broma, medio en serio. El
próximo reportaje, con un
descapotable. ̇
56 EGO/PRIMAVERA 2017