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«EL SEAT 600 PERMITIÓ A MUCHOS ESPAÑOLES<br />

ACCEDER A LO QUE HOY LLAMAMOS ESTILO DE VIDA”<br />

se convertiría en un actor secundario casi inevitable en la<br />

prolífica filmografía española de la época. Esas listas de espera<br />

fueron disminuyendo poco a poco con el aumento de la<br />

producción y la llegada de nuevos rivales, también fabricados<br />

en España, como el Citroën 2CV y el Renault 4/4, y comprar<br />

un 600 se volvió algo mucho más sencillo. Años después de<br />

su lanzamiento ya se podía elegir color, cosa que al principio<br />

era casi imposible, o la versión llamada descapotable, que en<br />

realidad era un techo de lona enrollable manualmente y que<br />

costaba 5.000 pesetas más (unos 30 euros).<br />

Precisamente la aparición de sus competidores franceses,<br />

los dos con cuatro puertas laterales, dio lugar al primer Seat<br />

verdaderamente español, el 800, una transformación realizada<br />

por Carrocerías Costa, de Terrassa (Barcelona). Básicamente<br />

era un 600 con 18 centímetros más de longitud al que<br />

se le acortaban las puertas delanteras y se le añadieron otras<br />

traseras. Dicho así suena sencillo pero la transformación de<br />

la carrocería era un trabajo artesanal y lento, pero a pesar de<br />

ello se realizaron algo más de 18.000 unidades de este curioso<br />

Seat 800 en los tres años de su producción, de 1964 a 1967.<br />

También sirvió para unir familias, para disfrutar del veraneo,<br />

solo reservado hasta entonces a las clases más pudientes, o<br />

para hacer turismo, algo completamente nuevo para los españoles<br />

y muy diferente a ir de vacaciones.<br />

Cuando el último Seat 600 salió de la factoría de Martorell<br />

en agosto de 1973, se habían fabricado algo más de 783.000<br />

unidades, una cifra realmente baja para sus 16 años de vida<br />

comparada con las producciones de hoy en día. Los trabajadores<br />

de la factoría catalana lo despidieron con una pancarta<br />

que decía: “Naciste príncipe pero has muerto rey”. Al fin y al<br />

cabo, el Seat 600 cambió la vida no solo de sus millares de<br />

propietarios, sino también de los miles de empleados, llegados<br />

de toda España, que encontraron en la fábrica de Seat una<br />

vida laboral estable y una seguridad en una época muy difícil.<br />

En definitiva, una nueva vida también para ellos, porque parece<br />

que el pequeño Seat transformó para siempre a todo un<br />

país y seis décadas después sigue despertando simpatía y cariño,<br />

incluso entre los que no vivieron lo que supuso la llegada<br />

de aquel mítico 600. ̇<br />

TAMBIÉN LLEGARON LOS MOTES<br />

Algo que se hace popular en España tiene que tener un mote<br />

y al Seat 600 no le faltaron los sobrenombres casi de inmediato.<br />

El más popular fue el de Pelotilla, pero también se le<br />

llamó Seilla, Hormiga u Orejas (por la apertura inversa de las<br />

puertas), además de los nombres con los que cada propietario<br />

bautizaba a su propio 600, algo muy habitual en aquella época<br />

con un objeto tan preciado.<br />

El Seat 600 también se exportó fuera de nuestras fronteras,<br />

un hecho muy normal en nuestros días ya que somos uno<br />

de los mayores productores de automóviles del mundo. Aquellos<br />

primeras 150 unidades del 600 para exportación fueron<br />

a Colombia en 1965.<br />

Pero tan importante como la propia historia del 600 son<br />

las miles y miles de historias que se vivieron con él y en él.<br />

Para muchos fue la primera oportunidad de viajar, de ver el<br />

mar, de consolidar parejas, de conocer otros países y de realizar<br />

un viaje de novios. Para algunos fue incluso lo primero<br />

que vieron al llegar al mundo, ya que está registrado hasta el<br />

primer parto en un 600, en Madrid en 1965, aunque seguro<br />

que también muchos fueron engendrados en el pequeño Seat.<br />

EL NIETO DEL 600 Y LA ‘SEX SYMBOL’<br />

El Seat 133 fue un producto 100% español que llegó para<br />

sustituir al 850, modelo que a su vez sustituyó al mítico 600.<br />

Se fabricó entre 1974 y 1981 y fue el último modelo de los ‘todo<br />

atrás’ de Seat, es decir, con motor y tracción traseros. Durante<br />

el verano de 1978, la actriz suiza Ursula Andress, auténtico mito<br />

erótico de la época, aprovechó unas vacaciones en Mallorca<br />

para posar así de sexy con el pequeño utilitario español.<br />

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