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Y así, bajo la noche, tras la piedra, / dialogó nuestra diáfana hermandad<br />
hasta que el rostro nos cubrió la yedra / y los nombres borró la eternidad.<br />
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Los pensamientos religiosos de Emily durante la pubertad se centraban en la preocupación de<br />
la sociedad calvinista por la salvación del alma humana, pero la escritura comenzó a ocupar un<br />
rol cada vez más importante en su día a día, el espacio de la religión se encarnó allí. En una carta<br />
a un amigo de esos años expresó: “He adquirido el hábito de escribir algunas cosas”. Un par de<br />
estos escritos antiguos se publicaron en el periódico estudiantil de Amherst Collage, The Indicator,<br />
de 1850, y en el republicano de Springfield, de 1852. Las cartas que Dickinson escribe a<br />
su hermano a partir de 1850, a su vez, revelan una creciente sensación de diferencia entre ella<br />
y los demás: “¿Qué hace que algunos de nosotros seamos tan diferentes de los demás? Es una<br />
pregunta que me hago a menudo”.<br />
A finales de 1855, Dickinson se trasladó nuevamente a Homestead, su lugar de nacimiento,<br />
junto a su familia. Su padre había comprado otra casa a principios de ese año y al año siguiente<br />
su hermano, Austin, se casó con su amiga Susan Huntington Gilbert, y se mudaron a la casa<br />
de al lado, conocida como The Evergreens. El enclave conformado por las dos casas se convirtió<br />
en un punto de reunión favorito de la alta sociedad de Amherst, y Dickinson participó<br />
de las reuniones que se celebraban con cierta reticencia, para ir volcándose cada vez más a la<br />
introspección que terminó con su seudoencierro voluntario y los famosos vestidos blancos que<br />
usaba como prendas excluyentes. Entre 1858 y 1865 escribió una cantidad impresionante de<br />
poemas, sin dejar de lado las actividades hogareñas y la lectura.<br />
Cayeron como Copos – / Cayeron como estrellas –<br />
Como Pétalos desde una Rosa – / Cuando de repente a través de Junio<br />
Pasa – un Viento con dedos – / Perecieron en la Hierba sin costuras –<br />
Ningún ojo podría encontrar el lugar – / Pero Dios puede convocar a cada una de las caras<br />
De su Lista – Irrevocable.<br />
Los tres hijos de su hermano, Ned, nacido en 1861; Martha, en 1866, y Gilbert, en 1875,<br />
trajeron mucha alegría a su vida, al igual que un invernadero montado por Austin en el que<br />
pudo dedicarse a la jardinería (actividad que adoraba) durante todo el año.<br />
¿De quién son estas camitas –les pregunté– / que en los valles están?<br />
Algunas sacudieron sus cabezas / y otras sonrieron, pero ninguna respondió.<br />
Tal vez no oyeron –dije–. / Preguntaré de nuevo.<br />
¿De quién son las pequeñas camas / que, tan juntas, en la llanura están?<br />
Tenía su dormitorio en la esquina suroeste del segundo piso de su casa. Este fue el espacio en el<br />
que se consagró a escribir el grueso de su profusa obra. A los 35 ya tenía más de 1100 poemas de<br />
los cuales unos 800 fueron plasmados en pequeños folletos hechos a mano en autoediciones que<br />
no compartía con nadie. Excepcionalmente, mostraba algunos de sus poemas a familiares y amigos<br />
a los que admiraba por la virtud de su gusto literario. Su cuñada Susan recibió de regalo más<br />
de 250 poemas a lo largo de los 40 años de amistad con la autora y Thomas Wentworth Higginson,<br />
clérigo, periodista y editor recibió unos 100, de los que solo publicó en vida de Dickinson unos<br />
pocos, modificándolos para hacerlos más “comerciales”. Muchos críticos lo mencionan como una<br />
suerte de mentor de la autora, en tanto otros aseguran que ella jamás lo tomó en serio.<br />
Los poemas que le regaló a su cuñada (a la que amaba como a una hermana) cuentan siempre<br />
con amorosas dedicatorias, y la firma “Emily”.<br />
Una Hermana tengo en nuestra casa – / Y una, a un seto de distancia.<br />
Solo una está inscrita, / Pero ambas me pertenecen.<br />
Una vino por el camino que yo vine – / Y llevó mi vestido del año anterior –<br />
La otra, como un pájaro su nido, / Entre nuestros corazones construyó.<br />
Daguerrotipo de Emily Dickinson<br />
tomado en el seminario de Mount<br />
Holyoke entre diciembre de 1846<br />
y principios de 1847, cuando<br />
tenía 16 años. Es la única imagen<br />
autentificada de la poeta más allá<br />
de su infancia. Debajo, el poema:<br />
“¡Yo no soy nadie! ¿Quién eres tú?<br />
¿No eres –Nadie– tampoco tú?<br />
¡Entonces somos un par!<br />
¡No lo digas! ¡Nos desterrarían –<br />
ya sabes!<br />
¡Qué aburrido – ser – Alguien!<br />
¡Qué público – como una Rana –<br />
Decir tu nombre –<br />
durante Junio entero –<br />
A un Cenagal admirado!”<br />
Ella no cantaba como nosotras – / Era una melodía diferente –<br />
Ella misma para sí una música / Como Abejorro de Junio.<br />
Hoy está lejos de la Infancia – / Pero subiendo y bajando las colinas<br />
Yo le cogía la mano aún más fuerte – / Lo que acortaba todas las distancias –<br />
Y todavía su zumbido / Pasados los años,<br />
Engaña a la Mariposa; / Todavía en sus Ojos<br />
Yacen las Violetas / Consumidas en tantos Mayos.<br />
Yo derramé el rocío – / Pero tomé la mañana;<br />
Escogí esta estrella singular / Entre las muchas que hay en la noche –<br />
¡Sue - para siempre!<br />
Fuera de lo que está documentado en cartas, documentos de uso legal, notas y borradores,<br />
los eventos en la vida de Dickinson durante su intenso período de escritura son difíciles de<br />
reconstruir. Los borradores de tres cartas, ahora llamadas las “cartas maestras”, sobreviven<br />
desde finales de 1858 y principios de 1861 y sugieren un enamoramiento de un desconocido al<br />
que algunos eruditos adjudican una influencia que explica la enorme producción creativa de la<br />
escritora en ese período. También se refirió por escrito a un trauma que describió en una carta:<br />
“Tuve un terror – desde septiembre – no podía decirle a nadie”, pero la causa de ese terror es<br />
desconocida. Amistades significativas como las de Samuel Bowles, fueron quedando de lado<br />
y se dice que Dickinson comenzó a sentir una creciente necesidad de que su trabajo se edite,<br />
pero no hay demasiadas constancias de ello. En 1864 y 1865, fue sometida a tratamientos muy<br />
penosos por una dolencia en uno de sus ojos (ahora se piensa que fue iritis), con un prestigioso<br />
oftalmólogo de Boston. Fueron casi dos años en los que viajó bastante junto a sus primos,<br />
Frances Dickinson y Louisa Norcros, para no volver a hacerlo prácticamente nunca más.<br />
No valió Medicina – / No era Enfermedad – entonces –<br />
Ni necesidad de Cirugía – / Y por tanto – no era Dolor –<br />
Se llevó las Mejillas – / Un Hoyuelo cada vez –<br />
Y dejó el Perfil – más feo – / Y en el lugar de la Lozanía –<br />
Dejó el pequeño Matiz / Que nunca tuvo Nombre –<br />
Lo has visto en una cara de Molde – / ¿Fue – culpa – del Paraíso<br />
Si momentáneamente entreabierto – / La temeridad – se acercó –<br />
Y enfermó – para siempre / Por Algo que vio?<br />
Según consigna Paola Kaufmann en La hermana, una novela biográfica escrita desde el<br />
presunto punto de vista de Lavinia, la historia oficial de Dickinson se fue escribiendo con omisiones.<br />
Según la autora, “Vinnie” fue una hermana injustamente olvidada porque ofreció otra<br />
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