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En la grabación de We Are The World
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lírica brillante, de profundo sentido humanitario y compromiso
social. Justificadamente número uno, solo en Estados
Unidos vendió más de siete millones de singles. Finalmente,
Geldof y sus colegas estadounidenses unieron fuerzas para
hacer, el 13 de julio de 1985, Live Aid, un concierto simultáneo
en Londres y Filadelfia, que contó con un batallón
de artistas de primera línea como Led Zeppelin, Santana,
Eric Clapton, Mick Jagger, Queen, U2, Madonna,
Elton John, The Who, INXS, David Bowie, Black Sabbath
y muchos otros. Los shows se extendieron durante más de
dieciséis horas y fueron vistos en directo por cientos de miles
de espectadores y más de 1500 millones de personas en todo
el planeta, a través de la televisión.
Más allá de los resultados posteriores de estas acciones, quedaron
buenas canciones que hablan de esperanza y, aunque
sea solo por un momento, esa gente en África debió haber
sentido que la palabra esperanza significaba algo.
Es imposible hablar de esperanza sin mencionar ese himno
local que es “Color esperanza”. Esta canción enorme fue
compuesta por Roberto Sorokin Esparza, más conocido
por el nombre artístico “Coti”, un brillante músico rosarino
que se hizo conocido a través de sus canciones pop compuestas
para otros artistas. Andrés Calamaro, Julieta Benegas,
Natalia Oreiro, Javier Calamaro, Diego Torres,
Enrique Iglesias, Paulina Rubio y Alejandro Lerner
son algunos de los músicos que disfrutaron de la inspiración
de Coti grabando sus hits.
Pero la canción que definitivamente lo puso en la vidriera del
mundo es “Color esperanza”. En 2001, en medio de una devastadora
crisis social provocada por el descalabro económico
y político, Coti estaba componiendo para el álbum Un mundo
diferente, quinto disco de estudio de Diego Torres. Escribió
la canción “No me olvides” junto al productor Cachorro
López. Un día, según narró, se le ocurrió el estribillo de la
canción y se la tarareó a López. El proyecto le gustó, pero la
cosa quedó ahí. Tiempo después, López le preguntó por ese
tema para incluirlo en el disco. Coti le dijo que no lo había grabado,
pero que lo recordaba. Había leído a Paul McCartney,
quien en una entrevista había dicho que a las buenas canciones
no hacía falta grabarlas, porque uno las recuerda siempre.
A caballo del contundente suceso del hit “Color esperanza”, el
álbum Un mundo diferente vendió más de cinco millones de
discos internacionalmente y llevó a Diego Torres a un nivel de
estrellato global. Así fue como, en 2003, la interpretó en España,
durante un acto multitudinario congregado por la visita del
Papa Juan Pablo II. Torres cantó, acompañado por cientos de
miles de jóvenes españoles, la canción que había sido elegida
por la Conferencia Conferencia Episcopal española, por considerar
que “resumía el espíritu positivo” de la juventud.
La crisis del 2001, su catastrófica secuela en Argentina y la
guerra de Irak, a nivel internacional, potenciaron a la categoría
de himno de la esperanza una canción de letra optimista y
estribillo adhesivo. En aquellos años, fue tan grande y popular
el éxito del tema que se convirtió en uno de esos motivos
musicales infaltables en cualquier reunión social, saturando,
por supuesto, los medios. En España, los candidatos a la alcaldía
de Madrid del Partido Popular y del Partido Socialista
se disputaron el tema para sus respectivas campañas.
Sin embargo, hay que reconocer la mano inspirada de Coti
para una canción que es pura esperanza y que tiene uno de
los estribillos más reconocidos de la música popular:
“Pintarse la cara color esperanza
Tentar al futuro con el corazón”.
El recientemente fallecido cantante George Michael compuso
una hermosa canción sobre la esperanza titulada “Praying For
Time”, que incluyó en su álbum Listen Without Prejudice
Vol. 1, de 1990, el segundo disco de estudio de Michael,
luego del explosivo debut multipremiado Faith, de 1987.
Un álbum en el que hizo un gran esfuerzo para mostrarse
como un compositor serio y comprometido con su realidad.
“Praying for Time” es una canción de protesta disfrazada de
sombría balada. Con palabras acerca de la desigualdad y la
desesperanza para el futuro, la forma en que la interpretación
de Michael crece, desde un susurro resignado a un grito desesperado,
hace que esta canción todavía resuene con fuerza,
27 años después de su lanzamiento.
“Es difícil amar, cuando hay tanto por odiar
Aferrados a la esperanza
Cuando no hay esperanza de la cual hablar”.
Pocas canciones en castellano tienen una letra tan poética
e intensa como “España, camisa blanca de mi esperanza”.
Compuesta por el brillante compositor e intérprete español
Víctor Manuel e interpretada por su mujer, la gran actriz
y cantante Ana Belén, este tema es una fotografía de la
España profunda, esa que sufre divisiones y enfrentamientos.
Víctor Manuel se inspiró en un poema del gran poeta
español Blas Otero, razón por la que muchos creyeron que
Manuel, simplemente, había musicalizado el poema.
“España camisa blanca de mi esperanza, aquí me tienes,
nadie me manda, quererte tanto me cuesta nada. Nos haces
siempre a tu imagen y semejanza lo bueno y malo que hay en
tu estampa, de peregrina a ningún lugar”.
Una curiosidad es “Hope Of The Future” (“Esperanza del
futuro”), un tema que compuso Paul McCartney para musicalizar
el videojuego Destiny. El video y la canción fueron
estrenados en el canal Vevo, en diciembre de 2014. Paul
aparece como un holograma, cantando una canción con todas
las marcas familiares y una letra muy bien armada. El tema fue
producido por el ex Beatle y el productor Giles Martin, hijo
del gran George Martin, y grabado en los estudios Abbey
Road junto a una orquesta de 120 músicos. “Hope Of The
Future” fue tan bien recibida por los seguidores de Paul, que
decidió editarla en el marco de un disco breve, en el que se
incluyó el tema original más otras tres versiones de la canción.
“Hope Of The Future” es un ejemplo del talento para componer
de McCartney y, aunque no es un producto de un momento
de inspiración sino un encargo, el resultado es sorprendente.
“Algunos tienen esperanza por el futuro
Algunos esperan la llamada
Para decir que los días venideros
Serán los mejores de todos”.
Indudablemente el ser humano necesita la esperanza, aunque
tenga algunos detractores como el filósofo alemán Nietzsche,
quien dijo que “La esperanza es, en verdad, el peor de los
males, porque prolonga las torturas de los hombres”. Dura
verdad, pero preferimos quedarnos con la reflexión del gran
Julio Cortázar, que decía: “La esperanza pertenece a la
vida, es la vida misma defendiéndose”