TRAUMAS EMOCIONALES
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pagar, y ahora voy a darte una maravillsa oport~nidad<br />
para que tú llenes este inmenso abIsmo vaCIO<br />
me cuides. ¿No es esto maravilloso?»<br />
El psicólogo Larry Crabbe compara este comportamiento<br />
al de una garrapata con un perro. La garrapata<br />
no está interesada en el perro para que é?te se<br />
lo pase bien. La tragedia en muchos matnmomos es<br />
que los dos cónyuges están en él para recibir, no para<br />
dar; así, ¡se trata de dos parásitos sin ningún perro!<br />
Dos cobradores de deudas mutuas sin dinero para pagarlas.<br />
. . ,<br />
Hace unos años vino a verme un matnmomo. HaCia<br />
quince años que estaban casados Quince años de pingpong<br />
matrimonial. Cada vez que uno tiraba una pelota,<br />
el otro la devolvía, y viceversa. Juego defensivo y ofensivo.<br />
A medida que fuimos lentamente avanzando en<br />
el proceso de aconsejamiento, primero quitamos algunas<br />
envolturas teológicas para poner a la vista los desengaños,<br />
heridas, llagas y resentimiento real que seguían<br />
el uno hacia el otro. Ella se había casado con él<br />
para recibir dirección espiritual (él era una persona<br />
destacada en la vida del campus universitario). Él parecía<br />
ser un hombre disciplinado, firme, trabajador,<br />
un joven que haría una buena obra para el Señor.<br />
Podéis imaginar el asombro de ella cuando se dio<br />
cuenta de que era inseguro, indisciplinado, holgazán,<br />
y que todo lo dejaba para mañana. En su ira, ella como<br />
el siervo de antaño, le agarraba por el cuello y le<br />
decía: «Me has engañado. Me debes todas aquellas expectativas<br />
por las que me casé contigo.» Ella le consideraba<br />
como una persona que estaba en deuda con<br />
ella. Con palabras acerbas le había importunado durante<br />
quince años diciéndole: «Págame lo que me<br />
debes.»<br />
Pero, a su vez, él se había casado con ella porque<br />
era de muy buen aspecto, limpia y ordenada. Imagínate<br />
su terrible desengaño cuando descubrió que era<br />
descuidada respecto al trabajo de la casa e indiferente<br />
sobre el aspecto de su vestido, pelo y persona. Él se<br />
consideraba engañado. «Me debes estas cosas porque<br />
esto es lo que me prometiste cuando éramos novios;<br />
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esto es lo que yo creí que eras. Me prometiste esto.»<br />
Y, así, él la agarraba por el cuello y, con ironía y palabras<br />
hirientes, le decía: «Págame lo que me debes. No<br />
has cumplido el día del vencimiento.»<br />
Cada uno había estado esperando que el otro cambiara,<br />
y esto durante quince años. ¡Oh, qué tragedia<br />
en las relaciones interpersonales entre cristianos profesos!<br />
Somos cobradores de deudas. Somos cobradore<br />
de agravios. ¿Por qué? Porque no nos damos cuenta<br />
de que nuestra deuda ha sido cancelada por completo,<br />
que ya no existe. Aunque Dios ha rasgado el<br />
pagaré en el Calvario, nosotros aún estamos esforzándonos<br />
cuanto podemos.<br />
Después de haber predicado sobre el cobrar deudas<br />
en una conferencia sobre el aconsejar, yo salía por el<br />
pasillo, cuando una madre me atajó, diciéndome:<br />
-Nunca me había dado cuenta de lo que he venido<br />
haciendo a mis hijos durante dieciocho años: cobrar<br />
deudas, insistiendo en que me pagaran lo que me deben,<br />
en vez de darles amor de modo incondicional.<br />
iY cuántos problemas causa esto!<br />
Tres pruebas<br />
¿Quieres hacerte tres pruebas o tests para ver si<br />
hay alguien a quien debes perdonar, incluido tú mismo?<br />
1. Primero, la prueba del resentimiento. ¿Hay alguien<br />
de quien estés resentido, de modo que nunca<br />
estás dispuesto a soltarle? Tu padre o tu madre, un<br />
hermano, hermana, el novio o novia, cónyuge, amigo,<br />
compañero de trabajo, alguien que te haya ofendido<br />
en la infancia, una maestra en la escuela elemental,<br />
o alguien que abusara de ti sexualmente cuando no<br />
podías o sabías defenderte.<br />
2. La prueba de la responsabilidad es un poco<br />
más difícil. Es como sigue: «Oh, si María, Pepe, mis<br />
padres, mi esposa, mis hijos, la vida, Dios: si éstos me<br />
hubieran dado lo que me deben, no estaría ahora en<br />
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