TRAUMAS EMOCIONALES
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e que tenía un talento se quedó inmovilizado por el<br />
sentimiento de temor y de su impotencia. Por el temor<br />
que sentía de un posible fallo no invirtió su talento,<br />
sino que lo enterró en el suelo, quedando así a cubierto<br />
de todo riesgo. Hizo lo que muchos hacen con su propia<br />
estimación deficiente: nada. Y esto es exactamente<br />
lo que Satanás quiere que hagas tú como cristiano,<br />
que te quedes atado de pies y manos, paralizado, atascado<br />
en una obra y una vida inferior a tu potencial.<br />
2. La estimación propia inferior destruye tus sueños.<br />
Probablemente has oído la antigua definición:<br />
«Los neuróticos son personas que edifican castillos en<br />
el aire; los psicóticos son los que van a vivir en ellos;<br />
iY los psiquiatras son los que cobran el alquiler!»<br />
Sin embargo, no estoy hablando de sueños o fantasías<br />
irreales. No podemos vivir en nuestros sueños, no<br />
podemos vivir de nuestros sueños, pero podemos vivir<br />
por nuestros sueños. Una de las características de Pentecotés,<br />
tal como fue profetizado por Joel y cumplido<br />
al tiempo de los apóstoles según vemos en los Hechos,<br />
fue que cuando el Espíritu Santo fue derramado los<br />
jóvenes vieron visiones y los viejos soñaron sueños<br />
(Hch. 2: 17). El Espíritu Santo nos ayuda a soñar sueños<br />
osados, a ver visiones de lo que Dios quiere hacer<br />
por nosotros y en nosotros y, especialmente, a través<br />
de nosotros.<br />
«Donde no hay visión, el pueblo perece» (Prov.<br />
29: 18). Sí, y cuando la visión que tienes de ti mismo<br />
es equivocada, con una imagen de tu estimación propia<br />
inferior e insuficiente, sin duda vas a ser derrotado<br />
y destruido. Tus sueños serán destruidos y el<br />
gran plan de Dios para tu vida no podrá cumplirse.<br />
La mayor ilustración de esto se halla en el Antiguo<br />
Testamento, en el libro de Números, capítulos 13 y 14.<br />
Dios había tenido una visión para su pueblo, un sueño<br />
hermoso, osado. Había implantado en su corazón y en<br />
su mente la imagen de una Tierra de Promisión, que<br />
fluía leche y miel, una tierra que ellos iban a poseer.<br />
Dios les llevó a los lindes de la Tierra de Promisión,<br />
al plan osado que había hecho en favor suyo. Moi-<br />
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sés tenía órdenes del Señor de enviar una partida de<br />
reconocimiento militar a la tierra y considerarla. Ésta<br />
es la primera mención histórica de un comando de espionaje:<br />
la Agencia de Información de Canaán. Moisés<br />
envió a Canaán a sus mejores hombres, uno de cada<br />
tribu. Y esperaba plenamente que las realidades de<br />
Canaán confirmarían los sueños y la promesa de Dios.<br />
y en un sentido lo hicieron, porque todos los espías<br />
regresaron diciendo: «Es una tierra fantástica. Mirad<br />
el fruto; nunca habíamos visto racimos y granadas de<br />
este tamaño. Y la miel, ¡la más dulce que hemos probado<br />
en la vida!» (Véase Nm. 13:23.)<br />
«Pero la gente son gigantes de estatura increíble.<br />
y las ciudades no son realmente ciudades, son fortalezas.<br />
Y los descendientes de Anac son tan grandes,<br />
que a su lado nosotros somos como langostas» (Ver<br />
Nm. 13:31-33.)<br />
Ahora bien, no es posible tener un concepto inferior<br />
de ti mismo por el hecho de verte como una langosta.<br />
Los espías empezaron a llorar y estaban llenos de miedo.<br />
Sólo Caleb y Josué hablaron de modo distinto. Estaban<br />
de acuerdo con todos los hechos. Lo que habían<br />
observado era lo mismo; pero, debido a que su percepción<br />
era distinta, sus conclusiones eran diferentes.<br />
¿Por qué? Porque Caleb era un hombre de un espíritu<br />
diferente (Nm. 14: 24). Ésta es la respuesta. Caleb no<br />
tenía una teología de gusano. Él y Josué no se consideraban<br />
como langostas, sino que dijeron: «Conforme,<br />
son hombres de gran estatura; pero no les tememos.<br />
El Señor está con nosotros.)}<br />
Me gustan las expresiones que usaron Caleb y J 0<br />
sué: «Nos los comeremos como pan. No nos importa,<br />
y podemos hacerlo porque Dios está con nosotros. No<br />
los temáis. Él nos ha dado un sueño y ahora nos dará<br />
su tierra}} (Ver Nm. 14:8-10).<br />
El gran sueño de Dios, el único propósito por el<br />
cual Él había salvado y librado a Israel de la esclavitud<br />
de Egipto, fue demorado y desviado en su curso durante<br />
un período de cuarenta años que tuvieron que pasar<br />
en el desierto. El sueño de Dios no eran castillos en el<br />
aire, era una realidad; la tierra fluía leche y miel, ha-<br />
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