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La chica del tren

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Así pues, la visita no me lleva a<br />

ningún lado. Simplemente me voy de la<br />

consulta de Kamal Abdic sintiéndome<br />

más relajada y esperanzada. Me ha<br />

ayudado. Al sentarme en el <strong>tren</strong>, intento<br />

conjurar la imagen <strong>del</strong> asesino que vi,<br />

pero ya no puedo. Me cuesta verlo como<br />

un hombre capaz de pegar y aplastarle el<br />

cráneo a una mujer.<br />

En un momento dado, acude a mi<br />

mente una imagen terrible y vergonzosa:<br />

Kamal y sus <strong>del</strong>icadas manos, su<br />

tranquilizadora presencia y su sibilante<br />

forma de hablar en oposición a Scott,<br />

enorme y poderoso, salvaje,<br />

desesperado. He de recordarme a mí<br />

misma que así es Scott ahora, pero que

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